El mal y lo irracional no tienen la última palabra, aclara
Quien ama a Dios no tiene miedo, pues sabe que el mal y lo irracional no tienen la última palabra, considera Benedicto XVI.
Al rezar la oración mariana del Ángelus este domingo, el Papa profundizó en los miedos del mundo moderno, provocados por la indiferencia o el rechazo ante Dios.
De este modo comentó el pasaje del Evangelio de la liturgia dominical en el que Jesús invita a no tener miedo de los hombres sino más bien a temer a Dios.
«Sobre todo hoy se da una forma de miedo más profunda, existencial, que acaba en ocasiones en angustia: nace de un sentido de vacío, ligado a una cierta cultura penetrada por la influencia del nihilismo teórico y práctico», constató el Papa.
«Ante el amplio y variado panorama de los miedos humanos -advirtió el obispo de Roma-, la Palabra de Dios es clara: quien teme a Dios ¡no tiene miedo!».
Según el sucesor de Pedro, «el temor de Dios que las Escrituras definen como el principio de la verdadera sabiduría coincide con la fe en Él, con el respeto sacro por su autoridad sobre la vida y sobre el mundo».
«No tener temor de Dios equivale a ponerse en su lugar, sentirse dueños del bien y del mal, de la vida y de la muerte. Por el contrario, quien teme a Dios experimenta en sí la seguridad del niño en brazos de su madre: quien teme a Dios está tranquilo incluso en medio de las tempestades, pues Dios, como Jesús nos ha revelado, es un Padre lleno de misericordia y de bondad. Quien le ama no tiene miedo», aseguró.
«El creyente -reconoció-, por tanto, no se asusta con nada, pues sabe que está en las manos de Dios, sabe que el mal y lo irracional no tienen la última palabra, sino que el único Señor del mundo y de la vida es Cristo, el Verbo de Dios encarnado, que nos ha amado hasta sacrificarse a sí mismo, muriendo en la cruz por nuestra salvación».
«Cuanto más crecemos en esta intimidad con Dios, impregnada de amor, más fácilmente superamos toda forma de miedo», indicó.
El Papa concluyó presentando a san Pablo como ejemplo de quien se ha despojado del miedo tras haber descubierto el amor de Dios.
El mismo Papa inaugurará el próximo sábado el año jubilar dedicado a recordar los dos mil años del nacimiento del apóstol de las gentes.
«Que este gran acontecimiento espiritual y pastoral suscite también en nosotros una nueva confianza en Jesucristo, que nos llama a anunciar y testimoniar su Evangelio, sin tener miedo de nada», dijo.