Hoy comienza la primera visita de Benedicto XVI a EEUU, un viaje que tocará sólo dos ciudades, Washington y Nueva York, aunque los encuentros y discursos del Papa tendrán una dimensión nacional e internacional
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Hoy comienza la primera visita de Benedicto XVI a EEUU, un viaje que tocará sólo dos ciudades, Washington y Nueva York, aunque los encuentros y discursos del Papa tendrán una dimensión nacional e internacional.
El miércoles día 16, fecha de su 81 cumpleaños, será recibido por Bush en la Casa Blanca, mientras que el viernes 18 pronunciará un discurso ante la Asamblea General de la ONU con motivo del 60 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Al coincidir el viaje con la campaña electoral, no está previsto que el Papa salude a los tres principales candidatos. El Vaticano quiere evitar que un gesto o una palabra del Santo Padre puedan ser instrumentalizados en clave política.
Como novedad, Benedicto XVI ha querido anticiparse a este viaje, difícil y delicado, con un videomensaje, dirigido a todos "los hermanos y hermanas de los Estados Unidos", evocando el lema de la visita pastoral: Cristo, nuestra esperanza. "Esperanza para los hombres y mujeres de todas las razas, culturas y condiciones sociales", a los que recuerda "que hoy más que nunca el mundo necesita esperanza de paz, de justicia y de libertad".
Este objetivo sólo se alcanzará "obedeciendo a la ley de Dios, al mandamiento de amarse unos a otros, ley escrita en la conciencia humana y regla de oro".
Benedicto XVI desea dar esperanza y serenidad a una América en crisis, al borde de la recesión, con la pesadilla interminable de la Guerra de Irak. Pero también afrontar, con claridad y valentía, el escándalo de los sacerdotes pederastas, que ha provocado profundas heridas a la Iglesia, que sangran y siguen abiertas.
En Nueva York, en la catedral de San Patricio, el Papa hablará el sábado a los sacerdotes, exhortando a pedir perdón a las víctimas de abusos, a una purificación de vida para construir una cultura de integridad moral, de confianza recíproca, de reconciliación. Antes, el viernes, intervendrá en la Asamblea General de la ONU.
Intervención ante la ONU
Benedicto XVI es el tercer Papa que toma la palabra en el palacio de cristal. Pablo Vl, el 2 de octubre de 1965, pronunció su famosa oración por la paz y contra la guerra: "¡No más guerras! ¡No más guerras!", gritó con lacerado corazón. En su intervención de 1995, Juan Pablo II planteó la necesidad de elaborar una Carta Internacional de los Derechos de las Naciones, y acusó a los "nacionalismos exclusivos y exacerbados" de causar "una pesadilla de violencia.
Con la ayuda de Dios, podemos construir una verdadera cultura de la libertad. ¡Podemos y debemos hacerlo! Y haciéndolo, podremos darnos cuenta de que las lágrimas del siglo XX han preparado el terreno para una nueva primavera del espíritu humano".
El de Juan Pablo II fue un mensaje apasionado que hizo que, al terminar, puestos en pie, los cientos de delegados, desde el rico Norte al pobre y olvidado Sur del planeta, lo acogieran con quince minutos de aplausos.
El viernes 18, con ocasión del 60 aniversario de la Declaracion Universal de los Derechos Humanos, Benedicto XVI dirigirá a la Asamblea un discurso que, según filtraciones, se concentrará, en una reflexión filosófico-teológica sobre los derechos del hombre, el encuentro entre las culturas y el diálogo entre las religiones; todo bajo un mínimo común denominador: la vida en democracia, la libertad y la dignidad del hombre.
Antes de volver a Italia, el Papa se acercará a la Zona Cero de las Torres Gemelas, donde, en un silencio hecho oración, rezará por las víctimas de un odio implacable, del fanatismo ciego de un 11 de Septiembre que ha cambiado la Historia.