El escritor Juan Manuel de Prada intervino en una conferencia organizada por los colegios Attendis de Almeria en la que se trataron los problemas actuales de la educación

Gaceta de Los Negocios

La educación está de moda. Expertos, políticos, profesores y padres empiezan a sacarle puntilla al sistema educativo. Pero esto supone un peligro, porque las modas pasan y aparecen otras nuevas. Para que la educación no se convierta en algo pasajero, los colegios Attendis de Almeria (Saladares y Altaduna), preocupados por la formación de las futuras cabezas pensantes del país, organizaron el pasado 12 de marzo la conferencia 'Los Riesgos de la Educación', ofrecida por el literato y articulista Juan Manuel de Prada, con el fin de arrojar un poco de luz sobre los aspectos más significativos de la Educación actual.

Tal como recoge el periódico Ideal de Almeria, el autor comenzaba la sesión señalando que "el fin último de la educación es poder explicarnos a nosotros mismos que nuestra vida tenga un argumento, que sea algo inteligible". Para explicar esto hizo alusión a una cita del pensador alemán Gottfried Leibniz: "el dueño de la educación es el dueño del mundo".

Durante la conferencia, Prada fue identificando, una a una y según su criterio, las principales dificultades educativas que se presentan en la actualidad.

Tradición y autoridad

El primer aspecto al que hizo referencia, según recoge la edición almeriense del periódico Ideal, fue al poder establecido: "el poder estatal ha intentado arrebatar la propiedad de la educación a sus legítimos dueños y convertir así al individuo en un esclavo".

Según el escritor, la situación se desata porque el Estado no se conforma con ejercer su función de "asegurar que todas las personas puedan ejercer el derecho a la educación, una labor asistencial, de estímulo de la vocación educativa". Prada continuó diciendo que "el poder rechaza esa labor porque sabe que la educación es un valor adoctrinador". de modo que según el articulista "Cuando la educación es una concesión, un regalo del Estado, nos convertimos en reos de ese favor, que habrá que devolver".

Este caracter adoctrinante de la educación destacado por Juan Manuel de Prada, se ejemplifica con asignaturas tales como Educación para la Ciudadanía o aquella del franquismo que se impartía con el manual de la editorial Doncel "Convivencia humana", cuyo autor era Eugenio Frutos y que buscaba la formación en el espíritu nacional.

Según Prada es preciso recuperar los conceptos de autoridad y tradición en los que está basada toda la labor educativa pero que "están muy mal vistos, han sido malversados y connotados negativamente".

El escritor explicó que el termino autoridad ha sido rechazado porque "es una palabra connotada negativamente, que se ha asociado a comportamientos tiránicos. Pero la 'autoritas' latina significa hacer crecer, ayudar a crecer". Del mismo modo, asentó que el termino tradición "hace referencia a transmisión de vida, de afecto, de conocimiento. En el sentido original del término la palabra tradición es igual a entrega". Por ello, Prada no dudó en señalar: "Para que la educación funcione hay que rescatar la tradición y la autoridad en el sentido original de ambos términos".

La falta de identidad

Juan Manuel de Prada señaló como otro de de los males de la educación el desconocimiento de todo lo que nos procede: "Uno de los principales problemas es la falta de identidad, nos encontramos en un mundo que no entendemos porque carecemos de genealogía cultural".

También hizo referencia, tal como señala el periódico Ideal de Almeria, al abuso del conocimiento útil. Según Juan Manuel de Prada, la búsqueda de utilidad es tan inmediata que termina por no servir para nada: "La tecnología que parece que nos permite dominar el mundo acaba dominándonos a nosotros. Para que esto no ocurra hace falta el conocimiento de lo anterior".

La figura del maestro

El autor señaló, también, que el proceso de un buen aprendizaje pasa por la figura del maestro ya que a través de él los conocimientos cobran vida. "Todo el conocimiento del pasado que se nos lega necesita de una persona que la encarne y ahí entra en juego el papel del maestro que ayuda a crecer porque se erige en alguien provocador y seductor porque a través de él todos los conocimientos yertos cobran vida".

Formar personas críticas

Juan Manuel de Prada destacó asímismo que el fin último de la educación es "formar personas con capacidad crítica. Pero para poder indagar en la realidad es preciso contar con criterio suficiente, en caso contrario somos víctimas del criterio dominante".

Y concluyó, tal como destaca el diario Ideal, señalando el excesivo valor que se ha concedido a la libertad, convirtiéndose en una tiranía que impide que el hombre tenga un conocimiento directo de la realidad. "La verdadera libertad nace de la capacidad para vincularse a aquellas cosas a las que se les concede valor".

Según el panorama actual y las lanzas de Juan Manuel de Prada a la situación de la educación, parece que lo que se avecina es una catástrofe educativa.

Carlos Monsiváis, una de las voces más reconocidas del panorama cultural hispánico, decía en su discurso de agradecimiento al recibir el Premio de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara en 2006 que cuando se anuncia una catástrofe educativa se habla de varios procesos simultáneos: la incapacidad de las escuelas públicas y privadas de actualizar los métodos de enseñanza; el crecimiento de la población escolar y la disminución constante de recursos del Estado en el caso de escuelas públicas; el fin de la creencia en las bondades providenciales del título universitario; la falta de previsión en lo tocante al mercado de empleos; y la conversión de la modernidad de atmósfera indispensable en religión civil.