En Italia, España y EE.UU. la cuestión de la defensa de la vida se ha incorporado al debate político
La propuesta de una moratoria del aborto comienza a abrirse camino en el debate político. En tres países que se encuentran en plena campaña electoral (Italia, España y Estados Unidos), el debate del aborto está presente en la agenda política.
La iniciativa más creativa y audaz viene de Italia, donde la crisis política desembocará finalmente en unas elecciones anticipadas al próximo 13 de abril.
El padre intelectual de la moratoria, el periodista Giuliano Ferrara, da un paso más en su acometida contra el aborto anunciando su candidatura a las elecciones. Su propósito, defender la vida en lo que considera una batalla cultural: dado que la ciencia, con algunos de sus descubrimientos más significativos en el ámbito genético posteriores a la Declaración de Derechos del Hombre, documenta de forma irrefutable la existencia de un patrimonio genético humano en el embrión, un patrimonio único e irrepetible, a partir de su primera etapa de desarrollo, es necesario que los gobiernos se empeñen decididamente en la defensa de sus derechos. Me presento con la Lista por la Vida ha anunciado Ferrara, citando una lista que, de momento, no está inscrita y concurriré aunque sea en solitario.
En España la espita ha sido el dramático caso de los abusos cometidos por algunas clínicas abortistas de Madrid y Barcelona. Y derivado de allí, una propuesta del gobierno para que solo los restos que provengan de fetos con una gestación superior a veintiocho semanas tengan consideración de restos humanos que debieran ser inhumados (los demás solo serían residuos sanitarios). En el programa del PSOE, sin asumir el compromiso de una ley de plazos, se anuncia una reflexión sobre el tema. Por parte del Partido Popular, no hay ninguna intención declarada de cambiar la actual ley permisiva.
En Estados Unidos, el enfrentamiento pro life-pro choice es un clásico, y por supuesto no falta en la actual campaña. Aun con sectores a favor de la vida en el seno de su partido, Obama y Clinton tienen un punto en común: el sí al aborto. McCain ha manifestado que luchará por los nacidos y por los no nacidos.
Estando el aborto metido de lleno en arena política, la moratoria se presenta como una propuesta precisa para un contexto internacional. Los firmantes piden a la ONU enmendar el artículo 3 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948): quieren que a la frase todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona, se añada el texto desde la concepción hasta la muerte natural.
La propuesta cuenta ya con un nutrido grupo de signatarios, entre los que se encuentran lord David Alton, miembro de la Cámara de los Lores; René Girard, antropólogo y miembro de la Academia Francesa; Robert Spaemann, profesor emérito de filosofía en la Universidad de Múnich; Roger Scruton, filósofo en el Bircbeck College; George Weigel, teólogo y biógrafo de Karol Wojtyla; John Neuhaus, teólogo; Carlo Casini, presidente del Movimiento por la Vida italiano...