"Le debo mi vida a mis niñas, y por eso nunca hubiera podido estar de acuerdo con el aborto. Sabía que una operación me hubiera podido curar el cáncer, pero eso hubiera significado deshacerme de mis bebés y nunca habría podido hacerlo"
Alice y Harriet Stepney tienen poco más de un año de vida. Estas gemelas inglesas aún no saben que durante su gestación salvaron la vida de su madre al expulsar con sus patadas parte de un tumor maligno alojado en su útero.
Según el sitio pro-vida LifeSiteNews.com, los médicos que atendieron a Michelle Stepney aseguran que esta madre de familia inglesa de 35 años ganó una guerra contra el cáncer gracias a sus hijas.
A las 17 semanas de embarazo, Michelle tuvo un sangrado y acudió al médico porque pensó que había sufrido un aborto espontáneo. Gran fue sorpresa al saber que no había perdido a sus niñas, ellas seguían creciendo en su vientre y con sus patadas habían removido parte de un tumor cancerígeno en su útero.
Los médicos advirtieron a la madre que debía someterse a un aborto para iniciar un tratamiento de inmediato y evitar que el cáncer avanzara. Sin embargo, Michelle que tiene un hijo mayor de 5 años- no podía sacrificar a quienes habían permitido que detectaran su enfermedad. Decidió seguir adelante con su embarazo y someterse a un tratamiento especial de quimioterapia que no afectaría a las niñas.
"Le debo mi vida a mis niñas, y por eso nunca hubiera podido estar de acuerdo con el aborto. Sabía que una operación me hubiera podido curar el cáncer, pero eso hubiera significado deshacerme de mis bebés y nunca habría podido hacerlo", asegura.
Michelle y su esposo Scott aseguran que "fue una decisión difícil. Queríamos estar seguros de hacer lo correcto para Jack (su hijo mayor), pero no queríamos hacerles nada malo a las niñas".
"No podía creer lo que me decían los médicos: las bebés sacaron el tumor. Las sentía patear, pero no me daba cuenta de lo importante que eso sería. Nacieron sin cabello, dada la quimioterapia, pero pese a eso, estaban saludables. Escucharlas llorar fue el mejor sonido del mundo", sostiene.
Alice y Harriet nacieron por cesárea y con buena salud en diciembre de 2006. Cuatro semanas después, esta joven madre fue sometida a una histerectomía para eliminar por completo el tumor, que no se había extendido. Hace unas semanas unas pruebas revelaron que no quedan rezagos del cáncer; y sus gemelas celebraron su primer cumpleaños.
"Las gemelas fueron también una gran ayuda. Me mantuvieron fuerte durante todo el proceso. Me siento afortunada. Y un día les diré a mis hijas como ambas salvaron la vida de su mamita", sostiene.