Llamada a la conversión e invitación de Benedicto XVI a abrir el corazón y a acoger al Hijo de Dios que viene en medio de nosotros para manifestar la justicia divina
Antes de rezar el Ángelus este mediodía, 9 de diciembre, el Papa Benedicto XVI resaltó la llamada a la conversión que continúa haciendo Juan Bautista a los hombres y mujeres de nuestro tiempo, en los cuales el modo de vivir y percibir la Navidad suele lamentablemente padecer de una mentalidad materialista.
Ante miles de feligreses que se hicieron presentes en la Plaza de San Pedro este mediodía para la oración mariana, el Santo Padre reflexionó en la lectura del Evangelio de la Misa de este segundo Domingo de Adviento señalando que esta llamada es una invitación a abrir el corazón y a acoger al Hijo de Dios que viene en medio de nosotros para manifestar la justicia divina.
El Padre escribe el evangelista Juan no enjuicia a nadie, pero ha dado al Hijo el poder de enjuiciar, porque es Hijo del hombre. Y es hoy, en el presente, que se juega nuestro destino futuro; es con el comportamiento concreto que tengamos en esta vida que decidimos nuestra suerte eterna, dijo el Pontífice.
Al respecto indicó que al final de nuestros días sobre la tierra, al momento de la muerte, seremos valorados según nuestra semejanza o no con el Niño que está por nacer en la pobre gruta de Belén, porque Él es el criterio de medida que Dios ha dado a la humanidad.
Más adelante, el Papa explicó que el Padre celestial, que en el nacimiento de su Hijo Unigénito ha manifestado su amor misericordioso, nos llama a seguir sus huellas haciendo, como Él, de nuestras existencia un don de amor. Y los frutos del amor son aquellos dignos frutos de conversión a los que se refiere san Juan Bautista.
Al finalizar su alocución antes del Ángelus, el Papa señaló que mediante el Evangelio, Juan Bautista continúa hablando a través de los siglos, a cada generación.
Sus claras y duras palabras -constató- resultan cuánto más saludables para nosotros, hombres y mujeres de nuestro tiempo, en los cuales el modo de vivir y percibir la Navidad suele lamentablemente padecer de una mentalidad materialista.
La voz del gran profeta que llama a preparar el camino al Señor que viene, en los desiertos de hoy, desiertos exteriores e interiores, sedientos del agua viva que es Cristo, señaló Benedicto XVI antes de pedirle a la Virgen María que nos guíe en el camino de una auténtica conversión del corazón para comprender la necesidad de sintonizar nuestra mentalidad con el Evangelio.