"Tanto hoy como en el pasado, quien quiera ser discípulo de Cristo está llamado a ir contracorriente" y a no dejarse influenciar por mensajes que invitan "a la prepotencia y a la conquista del éxito con todos los medios"
Benedicto XVI recibió este mediodía en la Sala Clementina, en el Vaticano, a una delegación de la Federación Universitaria Católica Italiana (FUCI) con motivo del 110 aniversario del nacimiento de la asociación.
El Papa puso de relieve que "la FUCI ha contribuido a la formación de enteras generaciones de cristianos ejemplares, que han sabido traducir el Evangelio en la vida y con la vida, comprometiéndose en el ámbito cultural, civil, social y eclesial". En este sentido, recordó a los beatos Piergiorgio Frassati y Alberto Marvelli, así como a los políticos italianos Aldo Moro y Vittorio Bachelet, vilmente asesinados y a Pablo VI, que fue asistente eclesiástico central de la FUCI en los difíciles años del fascismo.
A mediados de los años 90, continuó el Santo Padre, se puso en marcha "una reforma radical del sistema académico en Italia, que ahora presenta una nueva fisonomía, llena de perspectivas prometedoras, junto con elementos que suscitan una preocupación legítima".
"Precisamente en este ámbito -afirmó el Papa-, la FUCI puede expresar plenamente también hoy su antiguo y siempre actual carisma: el testimonio convincente de la "posible amistad" entre la inteligencia y la fe, que conlleva el esfuerzo incesante de conjugar la madurez en la fe con el crecimiento en el estudio y la adquisición del saber científico".
Benedicto XVI subrayó que "el estudio es, al mismo tiempo, una oportunidad providencial para avanzar por el camino de la fe, porque la inteligencia bien cultivada abre el corazón del ser humano a la escucha de la voz de Dios, evidenciando la importancia del discernimiento y de la humildad".
"Tanto hoy como en el pasado -dijo-, quien quiera ser discípulo de Cristo está llamado a ir contracorriente" y a no dejarse influenciar por mensajes que invitan "a la prepotencia y a la conquista del éxito con todos los medios".
Tras poner de relieve que en la sociedad actual existe "una carrera a veces desenfrenada a la apariencia y al deseo de poseer en detrimento, por desgracia, del ser", el Santo Padre aseguró que "la Iglesia, maestra en humanidad, no se cansa de exhortar especialmente a las nuevas generaciones, a las que pertenecéis, a estar atentas y a no temer a la hora de decidir caminos "alternativos" que solo Cristo sabe indicar".
"Jesús llama a todos sus amigos a modelar su existencia de un modo sobrio y solidario, a establecer relaciones afectivas sinceras y gratuitas con los demás. A vosotros, jóvenes estudiantes -concluyó-, os pide comprometeros honradamente en el estudio, cultivando un sentido de responsabilidad maduro y un interés compartido por el bien común. Que en los años de la Universidad ofrezcáis un testimonio evangélico convencido y valiente. Y para realizar esta misión, tratad de cultivar una amistad íntima con el Maestro divino, estando en la escuela de María, Trono de la Sabiduría".