Se está jugando con la educación y con la libertad, y es demasiado jugar. Y encima Zapatero dice que la fe no puede estar por encima de la ley,...
El Mundo
¡La que ha armado Zapatero con la asignatura Educación para la Ciudadanía, prevista por la Ley Orgánica de Educación (LOE)! Y promete ir en aumento, porque los sucesivos decretos que ha ido desarrollando la LOE subrayan el afán adoctrinador de esta asignatura, de pretender formar la conciencia de los jóvenes con esta asignatura obligatoria y evaluable, arrebatando a los padres y a la sociedad el derecho y deber de formar moralmente a los jóvenes.
Esta nueva asignatura sólo se va a impartir en siete comunidades autónomas en el curso 2007/08, y el plan es que se implante progresivamente en los próximos años. Me da la impresión de no va a ser así, o al menos deseo que la educación se rija en este país por una ley nueva, que sustituya a la LOE.
Se está jugando con la educación y con la libertad, y es demasiado jugar. Y encima Zapatero dice que la fe no puede estar por encima de la ley, para rechazar los miles de objeciones de conciencia a esta asignatura que se han presentado en toda España o los intentos de desenmascarar el totalitarismo que entraña esta ley. La asignatura de religión es voluntaria, síntoma claro de la libertad que la Iglesia Católica defiende para sí y para toda creencia religiosa; sin embargo, la Educación para la Ciudadanía se establece como obligatoria, y eso la hace todavía más sospechosa, así como los autores de los manuales que se han preparado para esa asignatura.
El verano es un paréntesis necesario, que viene bien a todo el mundo. Esperemos que, a la vuelta de las vacaciones, se encauce esta cuestión de la famosa y controvertida asignatura.
La Conferencia Episcopal Española ha sido firme: esa asignatura, por su carácter obligatorio y por su contenido, no es compatible con la doctrina católica. Más claro no se puede ser. En reiteradas declaraciones colectivas o particulares, los obispos españoles han hecho ver la gravedad de la cuestión, apelando a que los padres y las diversas asociaciones reaccionen proporcionadamente, con los medios que estimen oportunos.
Por supuesto que cabe la objeción de conciencia en esta cuestión, aunque Zapatero diga que no. Es licenciado en Derecho, pero en sus apreciaciones jurídicas prevalece su sectarismo sobre el exigible razonamiento jurídico. Por ahora, los socialistas dicen que cada comunidad autónoma resuelva como sepa las objeciones de conciencia: ¡todo un monumento a la frivolidad semejante contestación!
No se sabe qué es más imprudente: aprobar la LOE sin dialogar con los sectores implicados, dar lecciones de moral por parte de Zapatero o trasladar a las comunidades autónomas los problemas que genera el Gobierno. ¿Es demasiado pedir que se gobierne con un mínimo de prudencia y madurez?