Asombroso: formar la conciencia por ley desde el Gobierno, arrebatando algo que pertenece a los padres y a las personas
Las Provincias
La tristemente famosa asignatura Educación para la ciudadanía, que la Ley Orgánica de Educación ha introducido como obligatoria, es un atropello a la libertad en toda regla. Un atropello contra los ciudadanos, no una batalla de la Conferencia Episcopal Española ni del PP, aunque lógicamente no pueden inhibirse.
La Conferencia Episcopal Española está manteniendo una postura firme, constante y clara, recordando que esa asignatura tal como se ha diseñado- no es conforme con la doctrina de la Iglesia, porque el Estado arrebata a las personas la formación de la conciencia y porque los contenidos de la asignatura se oponen a las enseñanzas de la Iglesia. A la vez, subraya que la gravedad de la situación no permite posturas pasivas ni acomodaticias, y urge a defender la libertad de enseñanza por parte de los padres y por parte de los centros, tanto en centros estatales como en los de iniciativa social.
El tono de las diversas notas de la Conferencia Episcopal contrasta con la escasa reacción, y hasta confusa, de instituciones y padres de familia. Han bastado algunos cruces de declaraciones y algunas opiniones para generar mayor confusión y parálisis entre los españoles.
Un nefasto servicio ha prestado, con sus declaraciones, Manuel de Castro, secretario general de la FERE-CECA, que debería sintonizar con las notas difundidas por la Conferencia Episcopal, y viene a decir que no pasa nada con esa asignatura, porque se puede adaptar su contenido al ideario de cada centro, porque puede extender la objeción de conciencia incluso a la asignatura de religión, y varias afirmaciones más que son un despropósito lamentable. Olvida que la religión es voluntaria, y menosprecia a quienes llevan a sus hijos a centros estatales: ¿cómo puede incurrir en errores tan considerables? ¿Intereses o ingenuidad? ¿Sospechoso? No sé de qué, pero la FERE-CECE no ha rectificado o desautorizado esas declaraciones, y debería hacerlo.
Por su parte, la CONCAPA se ha mantenido valiente y clara, denunciando una y otra vez la imposición que entraña esta asignatura y el consiguiente recorte de la libertad de enseñanza, demandando que se paralice esta asignatura.
¿Dónde y quién defiende en este país la libertad? El rodillo socialista está feliz, porque pretende imponer el relativismo moral que caracteriza los contenidos de esta asignatura obligatoria, en un ejercicio de laicismo radical que asombra por su virulencia, pero también por la falta de reacción social entre padres e instituciones educativas. Los obispos están hablando muy claro, pero sin mucho éxito hasta ahora. Parece como si flotase en el ambiente la sensación de que, en la práctica, no entrará en vigor, y habrá pronto otros gobernantes en España: es una actitud cómoda, peligrosa y que transfiere a los políticos toda la responsabilidad, viejo defecto de la sociedad española. O simplemente que estamos en verano.
En un ejercicio más de agresividad totalitaria, Zapatero fue contundente en la clausura del XXIII Congreso de las Juventudes Socialistas el pasado domingo, 22 de julio. Ninguna fe o creencia dijo- puede imponerse a las leyes, y por eso debe impartirse la asignatura de Educación para la Ciudadanía en todas las comunidades autónomas como muy tarde a partir de septiembre de 2008. Asombroso: formar la conciencia por ley desde el Gobierno, arrebatando algo que pertenece a los padres y a las personas. Es un adoctrinamiento en toda regla. Y el hecho de que esta asignatura sea obligatoria es la señal más inequívoca. Zapatero, en uno de sus malabarismos habituales, llegó a afirmar que el Gobierno socialista es el que más ha hecho por la familia en España. Todo un manual de cinismo.
Los totalitarios se están desenmascarando. Por ejemplo, José-Antonio Marina, que durante años engañó a muchos con una ética suave, sospechosamente sin fundamentos ni compromisos reales. Ahora es autor de uno de los libros de Educación para la Ciudadanía de una editorial religiosa-, y se ha destapado con la siguiente afirmación: el monopolio moral que hasta ahora han ejercido las religiones resulta inaceptable. José-Antonio Marina, junto con Zapatero, se presentan con aires mesiánicos: unos nuevos dioses de las conciencias, con la sospechosa actitud de imponer y obligar.
El Consell se mantiene firme en retrasar al máximo la implantación de Educación para la Ciudadanía en los centros educativos de la Comunitat Valenciana. El PP, con Rajoy a la cabeza, se han manifestado en contra de esta asignatura por el atentado que supone a la libertad. Los ciudadanos esperamos que, en el programa electoral que está redactando el castellonense Juan Costa, se recoja con claridad la postura del PP en esta materia.
Benigno Blanco, presidente del Foro Español de la Familia, ha afirmado que esta asignatura del PSOE es una intromisión ilegítima del Estado en la intimidad de las familias. Por eso ofrece a las familias un arma, que es la objeción de conciencia, ya planteada en España por 13.000 familias, y él no se va a quedar a la zaga, porque piensa acudir al Tribunal Supremo, al Tribunal de Derechos Humanos, al Tribunal Constitucional y a al ONU. Parece que no conozcan todavía la tenacidad de Benigno Blanco: nadie le detendrá, porque el sentido común y la libertad están de su parte, es decir, la mayoría de los españoles.