Si descubre que su mujer no es morena sino pelirroja y que su hija o hijo de 10 años ya dicen algo más que papá, no es que se haya equivocado de casa, ha redescubierto la vida familiar. Todo es posible sin televisión
Gaceta de los Negocios
Los directivos de televisión están tan preocupados por el bienestar de los espectadores que son capaces de adelantarse a sus necesidades. Por ejemplo. Llegan las vacaciones y algún padre o madre con buenos reflejos neuronales tiene la sana idea de convivir de manera más intensa con su pareja y su prole, y decide tener una experiencia familiar sin televisión; o sea, pone el cartel de Cerrado por vacaciones en la pantalla del televisor. Pues bien, los de la tele, que son tan listos como los ministros, van y se adelantan a ese feliz propósito familiar. Y antes de que alguien, saturado de tanta rutina catódica, decida vivir sin televisión, emiten un programa que se llama así, Sin tele, y que refleja las experiencias de unas cuantas familias que han decidido mandar al ostracismo el aparato de televisión.
La cadena que emite esta paradójica idea, según ellos sociológica, es la autonómica de Catalunya, TV-3. Lo hace los miércoles por la noche, y lo curioso es que Sense (Sin) tele está teniendo gran audiencia. Sorprendente: miles de personas viendo por televisión cómo viven otras personas sin televisión. ¿Hay algo más insólito que sea la propia televisión la que analice la vida sin televisión y que miles de personas se entretengan viendo en televisión cómo sería la vida sin televisión? Se puede entender que la gente vea a través de la pantalla lo que no puede vivir directamente, pero es más difícil de comprender que la vida sin televisión que está a su alcance prefiera verla por televisión.
La media de consumo televisivo en España ronda las cuatro horas. De ahí que para muchos una experiencia sin televisión pueda ser casi traumática. Después de tanto tiempo de relación, la tele es ya un miembro más de la familia, aunque sea el miembro tonto, y desprenderse de ella puede generar problemas. Para ver qué tal anda usted de adicción, puede poner en práctica la sugerencia de TV-3 y pasar unos días sin tele. Si descubre que su mujer no es morena sino pelirroja y que su hija o hijo de 10 años ya dicen algo más que papá, no es que se haya equivocado de casa, ha redescubierto la vida familiar. Todo es posible sin televisión.