(...) cuál es la institución que, en tantos casos, mantiene juntas a las familias. Más que nada, el matrimonio.
El candidato del Partido conservador británico al 10 de Downing Street, David Cameron, que había conquistado el protagonismo electoral en el último año, ha visto su iniciativa desplazada por el cambio de primer ministro, ahora Gordon Brown. Con el objeto de recuperar terreno vuelve al que se ha convertido en uno de sus pilares programáticos: la familia. Lo hace a través de un artículo publicado en el Daily Mail (11-07-2007), con el título La hora de hacer del matrimonio una prioridad.
He aquí una pregunta fácil: ¿Qué institución se ocupa de los enfermos, cuida de niños y mayores, sostiene a trabajadores y desempleados, y proporciona a la gente sus relaciones más satisfactorias y sus recuerdos más queridos? La respuesta no es el Estado del bienestar; es la familia. Esa es la institución de la que Gran Bretaña depende para su bienestar, escribe Cameron, para a continuación preguntarse cuál es la institución que, en tantos casos, mantiene juntas a las familias. Más que nada, el matrimonio. Recuerda el dato recogido en su momento por un informe del Social Justice Policy Group de su partido de que después del nacimiento de un hijo, la mitad de los progenitores sin casar se separan durante sus cinco primeros años. En el caso de padres casados, solo una pareja de cada doce.
La mayoría de la gente quiere casarse y permanecer casada, afirma el líder conservador. ¿Por qué entonces es el Partido Laborista tan hostil al matrimonio?. Y trata de explicar la herencia de sus rivales porque a la mayoría de los laboristas les salieron los dientes en las batallas de los 70 y 80, cuando parecía obligatorio que los de izquierdas atacasen los valores familiares por burgueses y desfasados.
No resignarse a la crisis familiar
Cameron señala que Brown tiene un ángulo muerto al enfocar la política familiar, por no centrarse en la familia misma, sino en más gasto público y más control estatal. Cameron alaba que en la última década la sociedad británica ha llegado a ser notablemente más tolerante con los cambios sociales. Pero al mismo tiempo nos hemos hecho demasiado tolerantes con el fracaso social, como si fuese una señal de progreso que una parte amplia de la población viviese permanentemente de los subsidios.
Difícilmente será una sorpresa que tengamos tan elevados índices de endeudamiento, depresión, crimen, alcoholismo y abuso de drogas. Y no sorprende en absoluto que tengamos tales elevados índices de fracaso familiar, causa y efecto de los otros problemas. Mucha de nuestra política social se dirige a sobrellevar las consecuencias de la crisis familiar recoger las piezas cuando las familias fracasan. Y no es difícil de entender. Las crisis familiares suponen a menudo pobreza, especialmente para madres solas. Es acertado tratar de ayudar, para compensar la ausencia del progenitor.
Protección preventiva
Pero, frente a esta política bienintencionada, ha llegado la hora de un acercamiento diferente, que ayude a los padres solos, pero no les tenga atrapados en la dependencia. (...) Y más que nada, en primer lugar necesitamos ayudar a las parejas a mantenerse unidas. Es por lo que acojo con agrado la recomendación de dar un reconocimiento al matrimonio en el sistema fiscal y retirar progresivamente las penalizaciones que este sistema provoca en el Reino Unido a las parejas con hijos, casadas o no. Cameron afirma, además, que reclaman subsidios monoparentales 200.000 personas más de las que encabezan familias monoparentales en Gran Bretaña, fraude que facilita la falta de claridad del sistema.
Los impuestos no lo son todo, por supuesto, dice Cameron antes de hablar del reciente estudio de Unicef, según el cual el país británico es el peor lugar del mundo desarrollado para criar un hijo, destacando el poco tiempo que los adultos dedican a los niños (...). Necesitamos responsabilizarnos como padres y vecinos de educar a la siguiente generación.