El autor cree que la devoción a la Virgen no es algo de creyentes sentimentales o ignorantes, sino una exigencia irrenunciable para todo creyente
La Razón
Acaba de publicarse en español el libro Hipótesis sobre María -editado por LibrosLibres- en el que el escritor Vittorio Messori hace un riguroso estudio donde considera a la Virgen la mujer más influyente de la historia.
La obra más conocida de este escritor fue Hipótesis sobre Jesús (1976), escrita tras él haber experimentado un largo camino hacia la conversión.
Messori entrevistó a dos Papas. Primero al que era prefecto de la Congregación vaticana para la Doctrina de la Fe, el cardenal Joseph Ratzinger, en el libro Informe sobre la fe (1984).
En su obra, Hipótesis sobre María, Messori aclara quién es la Virgen María, qué credibilidad merecen sus apariciones en Lourdes, Fátima, etc., y qué significado tiene la Madre de Dios para el cristianismo.
Cuando en 1976 publiqué mi primer libro, Hipótesis sobre Jesús, muchos lectores me pidieron que me pusiera al trabajo con las Hipótesis sobre María confiesa Messori en declaraciones a Zenit. El asunto, entonces, me parecía extraño, inaceptable. El hecho es que a Jesús se le encuentra en las calles, la Madre está en casa, en la discreción: se la conoce y se la ama cuando se alcanza bastante intimidad con el Hijo para entrar donde Él habita, afirma.
María, para la sabiduría del mundo, no es nada -aclara-. Para la perspectiva de la fe es un abismo de misterio: es persona humana como nosotros y a la vez es instrumento indispensable para el mayor acontecimiento y con diferencia: la encarnación de Dios mismo, explica. El autor busca con estas 470 páginas mostrar que es posible ser devotos marianos sin caer en una cierta retórica, en un devocionismo. El autor cree que la devoción a la Virgen no es algo de creyentes sentimentales o ignorantes, sino una exigencia irrenunciable para todo creyente, explica.
El periodista considera que todo lo que la Iglesia ha dicho y dice sobre la Madre está al servicio de Cristo, en defensa de su humanidad y a la vez divinidad. Afirma que la mariología es, en realidad, cristología; sus dogmas no son sino confirmación y baluarte de los de su Hijo.
Allí donde María ha sido olvidada, antes o después se ha desvanecido también Cristo, insiste. En estas hipótesis sobre María me ocupo mucho de apariciones, aun limitándome a las reconocidas por la Iglesia. En las apariciones la Virgen continúa su vocación de madre que corre junto a los hijos en los momentos difíciles. Las apariciones son una llamada, una sacudida, una confirmación, un afianzamiento, agrega.
El autor italiano afirma que cuando puede acude como peregrino a los santuarios marianos europeos: allí encuentro a las multitudes que ya no acuden a sus parroquias, pero que son atraídas por aquellos lugares donde la presencia materna se ha manifestado, concluye.
En concreto, el escritor expone que en Occidente el incremento de las peregrinaciones ha sido el único índice de signo positivo en una Iglesia donde todo disminuía, desde la participación en los sacramentos hasta las vocaciones.
Y considera que la devoción mariana es actualmente tal vez el mayor recurso pastoral: y no sé qué pensar de ciertos clérigos intelectuales que rechazan o hasta desprecian esta extraordinaria posibilidad, concluye.