La escritora y periodista italiana Alessandra Borghese presentó, hace pocas fechas, su nuevo libro, Sed de Dios (Rialp). En esta entrevista a Alfa y Omega habla acerca del don de la conversión y de la fe, la relación entre la libertad y la moral, la vida en el seno de la Iglesia...
No es muy común que una persona de relevancia social dé testimonio público de su fe. ¿Qué le mueve a ello?
Yo no soy conversa de profesión, sino que soy escritora y periodista. Pero es verdad que he decidido contar mi encuentro con la fe. La fe es un gran regalo, algo que puede completar la vida y cambiarla radicalmente para mejor. Por eso pienso que quien la encuentra tiene que testimoniarla. Yo lo hago con el carisma que tengo, contando esta historia que es una historia muy bonita, porque el cristianismo es bellísimo.
¿Estamos los cristianos con miedo de decir que lo somos en nuestra vida diaria?
Pienso que sí. Esto es así porque vivimos en una sociedad en la que los valores son otros; los medios de comunicación, las revistas, la televisión... nos dicen que lo más importante es poseer cosas y tener éxito en la vida. Todo ello pone otros valores como prioridad, pero la verdad es que no te dan la felicidad, sino un placer momentáneo y repentino. El hombre y la mujer se realizan cuando pueden desarrollar su interior, su espiritualidad. Precisamos de ello, porque no somos meramente humanos, todos tenemos algo divino dentro.
¿Cómo fue su acercamiento a la fe?
Fue bastante normal. Lo primero que me encontré fue que se rompieron prejuicios y pensamientos preestablecidos, como el que la Iglesia es una cosa vieja, con una moral que no se puede adaptar a la modernidad, que no puede pronunciarse en cuestiones políticas..., y esto no es así. Si tú lo ves con ojos nuevos, con el corazón tocado por el amor de Dios, todo adquiere otra dimensión. La moral católica no se ve entonces como una privación terrible de libertad, sino como una gran mejora de nuestra vida, al mismo tiempo que la Iglesia, aunque es verdad que no hace política, sí debe pronunciarse sobre los temas éticos y los que son importantes para la sociedad. En un Estado verdaderamente laico, la Iglesia tiene que hablar. Y no es verdad que la Iglesia sea una cosa vieja, porque seguimos a un Dios vivo y porque nuestra religión es un encuentro con Jesucristo, no una filosofía ni una ideología abstracta.
¿Qué diferencia hay entre tener y no tener fe?
Bajo la premisa de que somos todos hijos de Dios, que nos ama y tiene un diseño para cada uno, la diferencia es muy importante. Tener fe quiere decir tener confianza en Dios, no sentirme solo y no tener miedo; tres cosas que son difíciles de encontrar en la sociedad. Por eso, tener fe es un complemento muy importante.
Alguien puede pensar: ella es una princesa, vive en un palacio..., así es fácil tener fe. ¿Es así? ¿Ha sido fácil?
También puede decir que hablo muchos idiomas, tengo muchos estudios..., ¿para qué quiere la fe, si ya lo tiene todo? Hay que ver las cosas de una manera distinta. Yo quiero testimoniar con mi vida, con mi pensamiento, con mis escritos y artículos, que encontrar la fe hoy es un gran tesoro, no porque te haga rico y te dé mucho éxito, sino porque Dios está a nuestro lado para acompañarnos en cada momento de nuestra vida, y esto es muy importante.
Se dice que la mujer está sometida hoy en la Iglesia...
Yo soy un ejemplo de que hoy, en el año 2007, soy una mujer que habla de Dios, de la Iglesia, del Papa. ¡He encontrado mi espacio como laica! Quien quiera servir a la Iglesia, sea hombre o mujer, joven o anciano, puede hacerlo encontrando su espacio. Yo pienso que los laicos son muy importantes hoy en la Iglesia, tienen un papel muy importante.
Usted ha trabajado en el mundo del arte y de la literatura. ¿Falta hoy en este ámbito una visión trascendente del hombre, un sentido de la vida?
No hay muchos artistas católicos practicantes. Artistas como Miguel Ángel en la Capilla Sixtina, o Rafael en el Vaticano, eran hombres de fe, que querían pintar y trabajar para la gloria de Dios. Y esto ha pasado durante siglos con otros muchos artistas. Hoy tenemos una crisis de fe en la sociedad, y esto aparece también en el arte, en el cine, en la literatura, pero también hay personas que intentan mostrar este mensaje de fe. Faltan artistas enamorados de Jesús.
Juan Luis Vázquez Díaz-MayordomoIntroducción a la serie sobre “Perdón, la reconciliación y la Justicia Restaurativa” |
San Josemaría, maestro de perdón (1ª parte) |
Aprender a perdonar |
Verdad y libertad |
El Magisterio Pontificio sobre el Rosario y la Carta Apostólica Rosarium Virginis Mariae |
El marco moral y el sentido del amor humano |
¿Qué es la Justicia Restaurativa? |
“Combate, cercanía, misión” (6): «Más grande que tu corazón»: Contrición y reconciliación |
Combate, cercanía, misión (5): «No te soltaré hasta que me bendigas»: la oración contemplativa |
Combate, cercanía, misión (4) «No entristezcáis al Espíritu Santo» La tibieza |
Combate, cercanía, misión (3): Todo es nuestro y todo es de Dios |
Combate, cercanía, misión (2): «Se hace camino al andar» |
Combate, cercanía, misión I: «Elige la Vida» |
La intervención estatal, la regulación económica y el poder de policía II |
La intervención estatal, la regulación económica y el poder de policía I |