«La verdadera laicidad es algo positivo que garantiza un espacio de neutralidad en el que germina el principio de libertad religiosa y de libertad de conciencia».
El catedrático de la Universidad Complutense y académico de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España, Rafael Navarro-Valls, considera que el objetivo del nuevo laicismo radical es «desencadenar un proceso de nuevo fundamentalismo, esta vez orientado a una purificación social, que arroja los valores morales o religiosos fuera del ámbito de lo público».
Navarro Valls intervino el 26 de abril, en el Aula Arrupe, con una conferencia que tituló «Nacional agnosticismo contra nacional catolicismo: dos corrupciones de la laicidad».
Durante su intervención, el académico mostró que «la característica más sorprendente del nuevo laicismo radical es su tendencia a sustituir la vieja teocracia por ideocracias», calificando estás últimas como «religiones incompletas».
Para argumentar este postulado, el catedrático puso como ejemplo los intentos de «diseñar unas Navidades laicas, o sustituir las celebraciones cristianas (bautismo, primeras comuniones, matrimonios, etc) por celebraciones civiles»; aunque afirmó también que «la verdadera laicidad es algo positivo que garantiza un espacio de neutralidad en el que germina el principio de libertad religiosa y de libertad de conciencia».
Para Navarro Valls, «las arremetidas del laicismo tienen además un efecto negativo en el tejido social que comienza a debilitarse con el chantaje de lo políticamente correcto». Según el catedrático, se crea así «una especie de temor, por parte de las Iglesias y de sus adeptos a entrar en el juego de la libre concurrencia de las ideas y los valores morales» y se trata de presentar «una religiosidad light dispuesta a transigir en sus creencias».
«De este modo, ciudadanos sólidamente religiosos que podrían aportar muchas cosas al torrente circulatorio de la sociedad quedan marginados de la vida político y social», concluyó.