Ciudad del Vaticano, 24 oct 2006 (VIS).-Ayer por la tarde, al final de la concelebración eucarística presidida por el cardenal Zenon Grocholewski, prefecto de la Congregación para la Educación Católica, el Santo Padre bajó a la basílica vaticana para saludar a los estudiantes y profesores de los Pontificios Ateneos Romanos con ocasión de la inauguración del año académico.
La comunidad de estudiantes y profesores, que son de diversas nacionalidades y diferentes culturas, "manifiesta en modo elocuente -dijo el Papa-, la universalidad y la unidad de la Iglesia católica. Una hermosa comunidad porque se dirige sobre todo a los jóvenes, dándoles la oportunidad de entrar en contacto con instituciones de alto valor teológico y cultural y ofreciéndoles experiencias eclesiales y pastorales enriquecedoras".
Tras hacer hincapié en la "importancia prioritaria de la vida espiritual y la necesidad de cuidar, junto al crecimiento cultural, una equilibrada madurez humana y una profunda formación ascética y religiosa", Benedicto XVI pidió cultivar el "silencio y la contemplación para poder escuchar con el corazón a Dios que habla".
"El pensamiento tiene siempre necesidad de purificación para poder entrar en la dimensión en la que Dios pronuncia su Palabra creadora y redentora. (...) Sólo si provienen del silencio y de la contemplación, nuestras palabras pueden tener valor y utilidad, evitando la inflación de los discursos del mundo, que buscan el consenso de la opinión común", indicó el Papa.
El Papa señaló que "quien estudia en un instituto eclesiástico debe estar dispuesto a obedecer a la verdad, y por tanto, a cultivar una especial ascesis del pensamiento y de la palabra".
"Vuestro apostolado será rico y fructífero -terminó- en la medida en que, en estos años, os preparéis estudiando con seriedad, y sobre todo, alimentéis vuestra relación personal con Dios, tendiendo a la santidad y teniendo como único objetivo de vuestra existencia la realización del Reino de Dios".