Hace un llamamiento a las autoridades públicas para que apoyen a esta institución
CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 8 octubre 2006 (ZENIT.org).- Benedicto XVI aseguró este domingo que el mundo necesita hoy familias que vayan contra la corriente de las modas culturales inspiradas por el hedonismo y el relativismo.
Al mismo tiempo, al rezar la oración mariana del Ángelus desde la ventana de su estudio junto a los miles de peregrinos congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano, lanzó un llamam...
Hace un llamamiento a las autoridades públicas para que apoyen a esta institución
CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 8 octubre 2006 (ZENIT.org).- Benedicto XVI aseguró este domingo que el mundo necesita hoy familias que vayan contra la corriente de las modas culturales inspiradas por el hedonismo y el relativismo.
Al mismo tiempo, al rezar la oración mariana del Ángelus desde la ventana de su estudio junto a los miles de peregrinos congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano, lanzó un llamamiento a los responsables de la vida pública para que apoyen a la familia.
El tema escogido por el Papa para su alocución dominical se inspiraba en el pasaje evangélico de la liturgia de ese domingo, en el que Jesús ofrece su visión sobre el matrimonio indisoluble: «lo que Dios unió, no lo separe el hombre» (Marcos 10, 2-16).
«Que los esposos cristianos, conscientes de la gracia recibida, construyan una familia abierta a la vida y capaz de afrontar unida los numerosos y complicados desafíos de nuestro tiempo», deseó el obispo de Roma.
Según él mismo reconoció, «hoy es particularmente necesario su testimonio. Hacen falta familias que no se dejen arrastrar por las modernas corrientes culturales inspiradas en el hedonismo y en el relativismo, y que estén dispuestas a realizar con generosa dedicación a su misión en la Iglesia y en la sociedad».
En este sentido, citando entre los aplausos de los peregrinos a Juan Pablo II, definió a los esposos cristianos como «auténticos “misioneros” del amor y de la vida».
Al mismo tiempo, el Papa invocó la ayuda divina «sobre todas las familias, especialmente, sobre aquellas que atraviesan dificultades».
Tras rezar el Ángelus, hablando en francés, el Papa pidió que «por el bien de todos los responsables de la vida pública apoyen a la institución conyugal y familiar, fundamental para la sociedad».