Donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy Yo en medio de ellos es el título del Mensaje de la última Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española, con ocasión del V Encuentro Mundial de las Familias, que se celebrará el próximo mes de julio en Valencia y que será presidido por el Papa Benedicto XVI
El Papa Benedicto XVI nos convoca, en el nombre del Señor, para celebrar el don divino de la familia. Los pastores de la Iglesia en España, reunidos en Asamblea Plenaria, os invitamos cordialmente a todos a acudir al V Encuentro Mundial de las Familias con el Papa, que tendrá lugar en Valencia del 1 al 9 del próximo mes de julio. Jesucristo se hará presente, con la fuerza del Espíritu Santo, para fortalecer y alegrar a su Iglesia, enviando a las familias cristianas a vivir y anunciar el Evangelio.
El Papa viene a Valencia a anunciar el Evangelio de la familia, cuyo valor es central para la sociedad y la Iglesia. Las familias del mundo y, en particular, las de España están preparando ya con ilusión ese momento singular de gracia.
Juan Pablo II, que convocó el primer Encuentro Mundial de las Familias en 1994, ya señaló que, en la familia, se fragua el futuro de la Humanidad. Desde entonces, centenares de miles de familias de los cinco continentes se reúnen cada tres años en torno a Jesucristo, para rezar, celebrar, compartir y anunciar con alegría al mundo entero el maravilloso tesoro que, como Iglesias domésticas, llevan consigo.
Esta hora de la Historia, llena de graves interrogantes y de profundas esperanzas, exige la participación de todos. Los que puedan harán el esfuerzo de ir a Valencia. Merecerá la pena. Quienes no puedan acudir se unirán a los objetivos del Encuentro en colaboración activa y orante desde sus casas o desde sus parroquias y comunidades.
El Evangelio del matrimonio
Los Encuentros Mundiales de las Familias tienen como objetivo fundamental ayudar a fortalecer la identidad de la familia, basada en el matrimonio, como lugar en el que las personas reciben el don de la vida y los impulsos humanos necesarios para saber vivirla con dignidad. Se trata, en definitiva, de la construcción sólida del hogar del amor. Sólo el amor verdadero da vida y ofrece condiciones humanas para vivir. He ahí la buena noticia de la familia: ¡el hogar del amor, humanizador y fecundo, es posible y es necesario!
Siempre ha sido importante anunciar con cuidado y con vigor el Evangelio de la familia. Hoy, es particularmente urgente. Nuestro pueblo aprecia mucho la familia. Los jóvenes la valoran y desean crear una familia feliz, a pesar de las dificultades. Hay fuerzas empeñadas en desfigurar la realidad misma del matrimonio ante las nuevas generaciones, pero creemos que ser esposo y esposa, padre y madre, es algo imprescindible para formar un hogar sobre el quicio del matrimonio.
El Encuentro de las Familias será una ocasión privilegiada para descubrir y proclamar de nuevo la belleza de la vocación matrimonial. El matrimonio es el modo específico en el que los esposos son discípulos de Jesús. Se trata de una vocación inscrita en la realidad de la persona que, en cuanto varón o mujer, tiende a una comunión de vida y amor, capaz de poner en el mundo una fuerza creadora de vida humana semejante a la del mismo Creador, como imagen viva del amor originario que Dios es.
La transmisión de la fe
Ya en los primeros momentos del cristianismo, la familia aparece como transmisora de la fe de los padres. El lema del Encuentro de Valencia, La transmisión de la fe en la familia, nos permite recordar que la familia es el lugar idóneo para acoger a los hijos y para cuidar de su salud corporal y espiritual: es el ámbito de la ecología humana, santuario de la vida y esperanza de la sociedad. Una Iglesia pujante y evangelizadora pasa por la familia como institución básica para transmitir la fe.
«La transmisión de la fe – afirma la Instrucción pastoral La familia, santuario de la vida y esperanza de la sociedad, de la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española– encuentra en la familia un entramado de comunicación, afecto y exigencia que permite hacerla vida. En el ámbito de las relaciones personales, se produce el despertar religioso que tan difícilmente se logra en otras circunstancias. Igualmente, es un lugar privilegiado para aprender la oración. En la familia, la plegaria se une a los acontecimientos de la vida, ordinarios y especiales. La oración familiar es germen e inicio del diálogo de cada hombre con Dios. El seno de la familia es el primer lugar natural para la preparación de los Sacramentos. Éstos santifican esos acontecimientos básicos que constituyen la historia misma de la familia: el nacimiento de los hijos, su crecimiento, el matrimonio y la muerte de los seres queridos. (…) Por otro lado, la misma familia, como Iglesia doméstica, está indicando a todo el pueblo de Dios cómo debemos entender la comunión eclesial que lo anima. Porque la Iglesia es una familia: la familia de los hijos de Dios, en donde nos reúne una fraternidad que se basa en la paternidad divina y en la maternidad eclesial, donde cada miembro es valorado por lo que es, y no por lo que hace o tiene».
Una hora de gracia
Nuestra atención, y la de todos vosotros, a la salud material y espiritual de las familias se va notando en que, poco a poco, nuestra Iglesia es cada vez más una Iglesia de las familias, donde ellas mismas, acompañadas por los sacerdotes y alentadas por tantos consagrados, en el seno de diversas realidades eclesiales de vocación familiar, asumen el protagonismo que les corresponde en la obra evangelizadora de la Iglesia.
El Encuentro de Valencia será, sin duda, un paso importante en el camino que la Iglesia en España está recorriendo a favor de la familia y con las familias. Allí nos conoceremos mejor unos a otros y estrecharemos lazos de amistad; descubriremos nuevas posibilidades, viendo lo mucho que se hace entre nosotros y en todo el mundo por la familia; y celebraremos a Jesucristo, unidos a toda la Iglesia católica, especialmente visible con la presencia del Papa.
Informaos en vuestras diócesis, parroquias, movimientos, o por medio de la página web del Encuentro (www.emf2006.org), de cómo se puede participar en los actos programados. Os invitamos a rezar, ya desde ahora, por el éxito y los frutos espirituales del Encuentro Mundial de las Familias en Valencia. Nos encomendamos a la Sagrada Familia de Nazaret y, en especial, a María, Madre de la Iglesia y Virgen de los Desamparados.
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