Critican la discriminación en las ayudas del Estado tras anunciar el Gobierno que prestará «atención preferente» a colegios mixtos
M. Villasante -- Madrid- Las «amenazas» del portavoz socialista en la Asamblea de Madrid, Rafael Simancas, hacia los colegios concertados que separan a niños y niñas han avivado el debate sobre el tratamiento que la Ley Orgánica de Educación -que se tramita en el Senado- dará a estos centros. Y es que los socialistas introdujeron en el Cong...
Critican la discriminación en las ayudas del Estado tras anunciar el Gobierno que prestará «atención preferente» a colegios mixtos
M. Villasante -- Madrid- Las «amenazas» del portavoz socialista en la Asamblea de Madrid, Rafael Simancas, hacia los colegios concertados que separan a niños y niñas han avivado el debate sobre el tratamiento que la Ley Orgánica de Educación -que se tramita en el Senado- dará a estos centros. Y es que los socialistas introdujeron en el Congreso una disposición adicional por la que los colegios que desarrollen el «principio de coeducación» (mixtos) en todas las etapas «serán objeto de atención preferente» en la aplicación de la ley. Redacción interpretada como una puerta abierta a la discriminación de las escuelas que ofrecen educación diferenciada a la hora de recibir dinero del Estado.
Temor provoca también el artículo 84 de la LOE que impide «la discriminación por razón de sexo» en la admisión, aunque las organizaciones educativas ven aquí un principio de igualdad de chicos y chicas más que una cortapisa a la escuela diferenciada. Pero lo que realmente preocupa no son tanto los «tics» de la ley como el uso que, una vez aprobada, puedan hacer las autonomías de ella.
Presencia. El Ministerio de Educación asegura desconocer el número de centros de educación diferenciada por sexos y los alumnos que estudian en ellos, ya que, al estar traspasadas las competencias educativas a las comunidades , la Conferencia Sectorial decide qué datos se recaban y éstos no han sido solicitados. La Confederación Española de Centros de Enseñanza (CECE) señala que en España hay un centenar de colegios (en total hay cerca de 22.000), la mayoría agrupados en torno a esta patronal, aunque hay algunos afiliados a Acade (de centros privados) y unos pocos a la Federación Española de Religiosos de Enseñanza (FERE-CECA). Otro grupo pertenece a la patronal Confederació de Centres de Catalunya.
La patronal justifica la existencia de estos centros en que tienen una concepción educacional y pedagógica específica. Sus defensores dicen que se debe tener en cuenta el diferente ritmo al que los dos sexos maduran. Estas diferencias quedan puestas de manifiesto en los datos del Instituto Nacional de Evaluación y Calidad del Sistema (Inecse) que, en el informe «Sistema estatal de indicadores de la educación 2004», revelan que un tercio de las personas de entre 18 y 24 años dejan sus estudios antes de obtener el título de Bachillerato o FP.
La patronal educativa subraya el hecho de que los chicos obtienen peores resultados en todas las pruebas que las chicas, de forma que el fracaso escolar «parece más cosa de varones que de mujeres», añaden. Este fracaso, en los chicos, oscila entre el 45 por ciento de Baleares o el 42 de Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadura y el 23 de Navarra o el 20 del País Vasco. Salvando las ciudades de Ceuta y Melilla (34 por ciento), las chicas sólo superan el 30 por ciento de fracaso en Andalucía y llegan a tener tasas mínimas de abandono del 10 por ciento en el País Vasco o del 13 en Navarra y Aragón.
La relación se reproduce en la mayoría de los países europeos. En su informe, el Inecse apunta que en toda Europa las mujeres abandonan menos que los hombres, excepto en Alemania (igualados al 13 por ciento); Austria (9 por ciento de hombres y 10 de mujeres); Luxemburgo (14 a 20) y República Checa (5 a 7).
Sexos y redes. Un dato significativo deriva del hecho de que los alumnos que estudian en centros privados obtienen mejores resultados en todas las pruebas realizadas por el Inecse que los de la escuela pública. En general, las chicas demuestran mejor rendimiento en Lengua castellana y extranjera, mientras que los chicos las superan en Ciencias, Geografía e Historia y en la de Matemáticas.
Las diferencias entre el rendimiento de los chicos de la red pública y de la privada son mayores que el de las chicas de ambos centros. En Lengua extranjera, por ejemplo, los jóvenes de Secundaria que estudian en centros privados están 30 puntos de media por encima de los colegios públicos. Y en Matemáticas, donde brillan más los varones, apenas hay diferencias entre los chicos de la pública y las chicas de la privada.
La CECE aventura que la mitad de los alumnos varones que acuden a una escuela pública corren el riesgo de no acabar sus estudios, un porcentaje que se reduce a un tercio en el caso de la escuela privada. Y, sobre todo, en el hecho de que la Ley Orgánica de Educación (LOE) que se tramita en el Senado repite los mismos errores de la Logse vigente en la actualidad. Por ello consideran que la reforma educativa, lejos de contener las medidas adecuadas para corregir la situación actual, ahondará los déficits educativos de los alumnos, especialmente en la escuela pública, que será la más perjudicada por esta ley.
Pese a las amenazas contra los centros que separan por sexos, la CECE, que asocia a la mayoría de ellos, se reviste de un conjunto de normativas y sentencias nacionales e internacionales que garantizan su legitimidad.
Así, el artículo 27 de la Constitución establece el derecho a la elección de centro, a la creación de centros escolares y a la financiación pública de centros de iniciativa social. La convención relativa a la lucha contra las discriminaciones en la enseñanza (1960) de la Unesco, establece que «no será constitutiva de discriminación» la «creación o mantenimiento de sistemas o establecimientos de enseñanza separados para los alumnos de sexo masculino y para los de sexo femenino», siempre que garantice la igualdad en el acceso en temas como personal, infraestructuras o programas. «Mixtos o no». La declaración sobre la eliminación de la discriminación contra la mujer (1967) exige la igualdad con los hombres en los programas de estudio, los exámenes, el personal docente o la calidad de los equipos, «ya se trate de establecimientos de enseñanza mixta o no», es decir, que reconoce ambos tipos de centros. A estos textos europeos se añade también la Carta de los derechos fundamentales de la Unión Europea, de 2000. La CECE cita hasta seis sentencias que dan la razón a los colegios de chicos y de chicas: una de la Audiencia Nacional, del 20 de diciembre de 1999; dos del Constitucional (13 de febrero de 1981 y 27 de junio de 1985), y tres de tribunales superiores de justicia de otras tantas comunidades de gobiernos socialistas: Cataluña (8 de octubre de 2004); Castilla-La Mancha (10 de noviembre de 2004) y Andalucía (21 de febrero de 2000).
http://www.larazon.es/noticias/noti_soc15263.htm