En su carta afirma que “el ser humano es intocable en todas sus edades”
VALENCIA, 03/03/2006 (AVAN).- El arzobispo de Valencia, monseñor Agustín García-Gasco, hace un llamamiento en su carta de esta semana para defender la dignidad de la vida humana “en todas sus edades” y denuncia la "maniobra lingüística" que representa emplear el término "preembrión" para "burlar la dignidad del ser humano más vulnerable”.
El prelado, que recuerda que "todos hemos sido embriones", afirma q...
En su carta afirma que “el ser humano es intocable en todas sus edades”
VALENCIA, 03/03/2006 (AVAN).- El arzobispo de Valencia, monseñor Agustín García-Gasco, hace un llamamiento en su carta de esta semana para defender la dignidad de la vida humana “en todas sus edades” y denuncia la "maniobra lingüística" que representa emplear el término "preembrión" para "burlar la dignidad del ser humano más vulnerable”.
El prelado, que recuerda que "todos hemos sido embriones", afirma que "la sociedad que trata a un embrión humano como a un embrión de un `cerdo´ acabará fomentando actitudes, de forma consciente o inconsciente, en las que dicha confusión llegará a otras etapas de la vida, especialmente las más vulnerables".
Monseñor García-Gasco rechaza que se destruyan embriones humanos para seleccionar otros que permitan poder curar enfermedades. En este sentido, destaca que la enfermedad "ni añade ni resta dignidad al niño" y expresa que "no es lícito suprimir al niño o a la niña que en la gestación manifiestan dolencias o enfermedades, ni es lícito generar hijos expuestos a la destrucción para sanar a un hermano". Por el contrario, la medicina "debe investigar remedios que no supongan poner entre paréntesis la dignidad y el derecho a la vida de ningún niño o niña", señala el arzobispo de Valencia que expresa que "ningún ser humano es dueño de la vida de otro".
El prelado que titula su carta "El ser humano, intocable en todas sus edades", subraya que el compromiso por los derechos del niño "está amenazado si se extiende en nuestra cultura una triple fractura: la separación entre el niño nacido y el no nacido; entre el sano y el enfermo; entre los derechos del niño y la verdad de la familia".
Más adelante, el arzobispo afirma que las semanas de vida que transcurren desde la concepción "ni añaden ni menguan dignidad en la persona". El ser humano "es un ser histórico, y desde el primer momento en que cuenta con un código genético es un proyecto único y singular de vitalidad indelegable e inalienable, que exige por parte de todos consideración y respeto", añade en su carta.
Para monseñor García-Gasco, "es imprescindible que los derechos de los niños y niñas sean protegidos y que se articule un verdadero reconocimiento público del valor de la infancia en todos los países". Además, el prelado aboga por "tomar conciencia de que no son admisibles conductas racistas o violentas que delante de los menores resultan todavía más reprobables por el ejemplo negativo que generan en un ser cuya personalidad está en formación". De igual modo, "no es admisible que en espectáculos deportivos como el fútbol, se tolere la violencia verbal que enaltece el racismo". El arzobispo recuerda que "tratar a los seres humanos como a los animales es denigrante" y tampoco "resulta admisible que algunos medios de comunicación no respeten los horarios infantiles y presenten bajo formato para público infantil programas que promueven la falta de respeto a los demás o actitudes violentas".
Concluye su carta monseñor García-Gasco, expresando su deseo de que "frente a las críticas o extrañas ridiculizaciones a que se quiere someter a la familia", la presencia de Benedicto XVI en Valencia el próximo mes de julio para presidir el V Encuentro Mundial de las Familias anime a todos a "reconocer la grandeza y la belleza del ser y la misión de las familias, en el amor mutuo y en la protección de los niños y niñas de todo el mundo".
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