La sentencia del Consejo de Estado italiano afirma que se trata de «un Símbolo que expresa el elevado fundamento de nuestros valores civiles»
JUAN VICENTE BOO. CORRESPONSAL -- ROMA. El Consejo de Estado italiano confirmó ayer la presencia del crucifijo en las escuelas estatales «como símbolo que expresa el elevado fundamento de nuestros valores civiles», precisamente «los valores que configuran la laicidad en el ordenamiento del Estado». El máximo tribunal administrativo ita...
La sentencia del Consejo de Estado italiano afirma que se trata de «un Símbolo que expresa el elevado fundamento de nuestros valores civiles»
JUAN VICENTE BOO. CORRESPONSAL -- ROMA. El Consejo de Estado italiano confirmó ayer la presencia del crucifijo en las escuelas estatales «como símbolo que expresa el elevado fundamento de nuestros valores civiles», precisamente «los valores que configuran la laicidad en el ordenamiento del Estado». El máximo tribunal administrativo italiano añade que «incluso en un panorama laico, el crucifijo tiene una función altamente educativa, al margen de la religión profesada por los alumnos».
La sentencia del Consejo de Estado, que confirma la sentencia del Tribunal Administrativo Regional del Véneto, es la última palabra al respecto en Italia.
El Tribunal Constitucional declaró que el caso no era materia suya sino competencia del Consejo de Estado, como tribunal de última instancia en asuntos administrativos, a diferencia de los consejos de Estado de otros países.
Posee valor «educativo»
Un elemento clave de la sentencia es que distingue el significado del crucifijo en un lugar de culto -donde evidentemente es religioso- y en las escuelas públicas o los tribunales, donde tiene un significado civil, histórico y cultural. Según el Consejo de Estado, los valores laicos que configuran la República italiana -igualdad, solidaridad, paz o separación entre Iglesia y Estado- se fundan históricamente en el cristianismo, y de ahí que el crucifijo tenga un valor «educativo». El cristianismo defiende la libertad de conciencia y el derecho de cada persona a practicar su culto.
La sentencia del Consejo de Estado -que responde a la demanda de una finlandesa contra una escuela en Padua- coincide con la opinión del 80% de los italianos, a favor de mantener el crucifijo en las escuelas y los tribunales frente a otras tres demandas judiciales perdidas en los últimos años. El juez del Tribunal de L´Aquila que se negaba a entrar en la sala mientras no se quitase el crucifijo fue suspendido de su cargo. El fundador de un partido islamista que hizo «parasitismo publicitario» pidiendo la retirada del crucifijo perdió su causa. El autor de un libro sobre la inexistencia histórica de Cristo, que presentó denuncia contra su párroco por presunto engaño, perdió también.
abc.es (16-Feb-06)