20-Enero-2006 -- ZENIT.org Servicios de Noticias
Al recibir a los seminaristas y sacerdotes del Colegio Capránica de Roma
CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 20 enero 2006 (ZENIT.org).- Amor por la verdad, anuncio de Cristo, entrega a los que sufren... Estos son algunos de los rasgos fundamentales del perfil del sacerdote que hoy necesita la Iglesia, trazados este viernes Benedicto XVI.
Le escuchaban seminaristas, diáconos y sacerdotes de diferentes países del mundo que estudian en el Colegio Cap...
20-Enero-2006 -- ZENIT.org Servicios de Noticias
Al recibir a los seminaristas y sacerdotes del Colegio Capránica de Roma
CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 20 enero 2006 (ZENIT.org).- Amor por la verdad, anuncio de Cristo, entrega a los que sufren... Estos son algunos de los rasgos fundamentales del perfil del sacerdote que hoy necesita la Iglesia, trazados este viernes Benedicto XVI.
Le escuchaban seminaristas, diáconos y sacerdotes de diferentes países del mundo que estudian en el Colegio Capránica, seminario de la diócesis de Roma, fundado en 1547, del que fueron alumnos Papas como Benedicto XV y Pío XII.
«Para responder a las expectativas de la sociedad moderna, para cooperar en la gran acción evangelizadora que involucra a todos los cristianos --dijo el Papa--, se necesitan sacerdotes preparados y valientes que, sin ambiciones ni temores, pero convencidos de la Verdad evangélica, se preocupen ante todo por anunciar a Cristo».
Y, «en su nombre», siguió explicando, deben estar «dispuestos a inclinarse ante los sufrimientos humanos, haciendo experimentar el consuelo del amor de Dios y el calor de la familia eclesial a todos, especialmente a los pobres y a cuantos atraviesan por dificultades».
Esto implica, según aclaró el mismo obispo de Roma, «junto a una maduración humana y una adhesión diligente a la verdad revelada, que el Magisterio de la Iglesia propone fielmente, un serio compromiso en la santificación personal y en el ejercicio de las virtudes, especialmente de la humildad y de la caridad».
Asimismo, siguió diciendo, «es necesario alimentar la comunión con los diferentes componentes del Pueblo de Dios para que crezca en cada quien la conciencia de ser parte del único Cuerpo de Cristo, miembros los unos de los otros».
Para que todo esto pueda realizarse, el pontífice invitó a los seminaristas y sacerdotes «a mantener fija la mirada en Cristo».
«Cuanto más estéis en comunión con él, más seréis capaces de seguir fielmente sus huellas, de manera que 'en el amor, que es el vínculo de la perfección' (Colosenses 3,14), madure vuestro amor por el Señor, bajo la guía del Espíritu Santo», aseguró a los estudiantes.
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