(24-XII-05)
El pasado fin de semana tres jóvenes asesinaron a una indigente, golpeándola y quemándola con disolvente. Un crimen espeluznante a cargo de «chicos normales». Hace unos días tuvo lugar una batalla campal entre estudiantes de dos colegios y la Policía en la calle Serrano de Madrid. Motivo: celebran las vacaciones de Navidad. ¿Entenderán estos jóvenes lo qué celebramos?
Son dos sucesos recientes que muestran la violencia tremenda que generan los jóvenes. Cada fin de s...
(24-XII-05)
El pasado fin de semana tres jóvenes asesinaron a una indigente, golpeándola y quemándola con disolvente. Un crimen espeluznante a cargo de «chicos normales». Hace unos días tuvo lugar una batalla campal entre estudiantes de dos colegios y la Policía en la calle Serrano de Madrid. Motivo: celebran las vacaciones de Navidad. ¿Entenderán estos jóvenes lo qué celebramos?
Son dos sucesos recientes que muestran la violencia tremenda que generan los jóvenes. Cada fin de semana esos chavales se divierten destrozando el mobiliario urbano de cualquier población. Algunos juegos de ordenador, como el ya tristemente famoso «San Andreas», son escuelas de violencia para jóvenes y mayores, sin distinción de edades: pueden pegar palizas, mutilar con sierras eléctricas, atropellar viandantes o degollar enemigos.
No son una válvula de escape, sino una escuela de maleantes entre «gente normal». Son funestos para los menores sin control, para los mayores de dieciocho años, y para cualquier adulto. El mal afecta a todos y no hay justificación alguna para estos lamentables juegos. Los fabricantes contraen una grave responsabilidad social.
Laura Briones Ocejo.
http://www.abc.es/opinion/index.asp?ff=20051224&idn=1013218331538