¿Pero qué tienen contra la Iglesia católica esos socialistas de Zapatero? Es un hecho cierto que la Iglesia, con sus Órdenes religiosas o asociaciones de laicos dedicados a la enseñanza, ha sido la mejor educadora, aunque no haya sido perfecta. Y esto no lo pueden negar; es memoria histórica, pero les fastidia.
Hablamos de educación de calidad en libertad. Y la manifestación del 12-N ha reclamado educación de calidad en libertad y el respeto que el Estado debe a los derechos de los padr...
¿Pero qué tienen contra la Iglesia católica esos socialistas de Zapatero? Es un hecho cierto que la Iglesia, con sus Órdenes religiosas o asociaciones de laicos dedicados a la enseñanza, ha sido la mejor educadora, aunque no haya sido perfecta. Y esto no lo pueden negar; es memoria histórica, pero les fastidia.
Hablamos de educación de calidad en libertad. Y la manifestación del 12-N ha reclamado educación de calidad en libertad y el respeto que el Estado debe a los derechos de los padres a elegir dónde y cómo educar a sus hijos. Y la jerarquía de la Iglesia católica apoya y defiende, como no puede ser de otro modo, estos derechos, y la lógica racionalidad de que la asignatura de Religión, si es asignatura, debe tener el mismo trato que las demás asignaturas, o sea, debe ser evaluable. Además debe tener una alternativa, sea Ética o Historia de las religiones, también evaluable. Lo que no responda a este criterio es irracional, falto de la más elemental lógica académica.
Desde que los socialistas de Zapatero han llegado al poder, no hacen más que molestar y atacar los valores más sagrados de los católicos, que son, además, valores de la Humanidad entera. Sufren una crisis rabiosa de anticlericalismo, y se sacan de la manga el coco de la autofinanciación de la Iglesia católica, porque en España se trata a la Iglesia demasiado bien, que lo ha dicho María Teresa, la Vicepresidenta, acaso quemada por su impopular viaje al Vaticano.
Entiende poco de la Iglesia, esta señora. Quizás es que no sepa que la Iglesia católica somos todos los bautizados. Y que somos muchos más que todos los obispos, frailes, sacerdotes y monjas juntos. Y que los laicos, desde el Concilio Vaticano II, tenemos personalidad y mayoría de edad y queremos defender a nuestra madre la Iglesia de quienes la ataquen. Y queremos financiarla. Por eso ponemos la crucecita en la casilla correspondiente de la Declaración de la renta, que van a ver cómo aumenta el próximo ejercicio. Si el Estado añade unos miles de euros más, hay que verlo como una mínima compensación por el agravio histórico de la Desamortización efectuada sobre los bienes de la Iglesia por aquel ministro llamado Mendizábal. Bienes que eran donaciones del pueblo español y le fueron injustamente arrebatados.
Hay que recuperar la memoria histórica incluso de aquella decisión de Mendizábal, sin olvidar la quema de templos y conventos tanto en el 34 como en el 36, sin que el Gobierno de la República hiciera nada para contener aquella oleada de salvajismo. El Estado español está en deuda con al Iglesia católica, por todo esto y por la ingente tarea educativa, social, sanitaria, cultural, humanitaria y cívica que viene realizando, sin acepción de personas, sencillamente por amor.
Mercedes Gordon
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