A petición del gobierno del país asiático
PEKÍN, martes, 4 octubre 2005 (ZENIT.org).- Las Misioneras de la Caridad fundadas por la Madre Teresa de Calcuta aguardan la respuesta del gobierno de Pekín para abrir una casa en China, una petición que lanzaron las propias autoridades del país asiático.
Si la respuesta fuera afirmativa, se convertiría en la primera congregación católica internacional en abrir oficialmente una sede en la República Popular desde los tiempos de Mao Zedong, adelantó «AsiaNews».
Fue la propia sucesora de la Madre Teresa al frente de las religiosas, Sor Nirmala Joshi, quien apuntó el proyecto de las misioneras a la agencia del Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras (PIME).
Recalca ese medio el hecho «importante» de que «haya sido el gobierno chino el que pidió a las religiosas que fueran a China».
En declaraciones a «AsiaNews», Sor Nirmala explicó que el pasado abril recibieron comunicación de una personalidad del gobierno chino con la propuesta de abrir una casa en China.
Informado del tema, Benedicto XVI alentó a las religiosas a aceptar y a visitar China.
En el contexto de un viaje a Mongolia, Corea del Sur y Hong Kong –donde las Misioneras de la Caridad llegaron en 1983--, el verano pasado la Sor Nirmala se trasladó a China para verificar la posibilidad de la apertura de una casa.
El 16 de julio, en compañía de dos religiosas y de un sacerdote, Sor Nirmala visitó Qingdao (en la región nororiental de Shandong) por invitación del gobierno y del obispo local, monseñor Giuseppe Li Mingshu. El proyecto de las misioneras es abrir una casa para ancianos.
Por consejo del prelado, Sor Nirmala dirigió una carta al gobierno chino y desde entonces espera respuesta. «Rezad por nosotras –pidió la religiosa a la agencia del PIME--, para que podamos ir a China y servir a quienes están más abandonados».
Para monseñor Giuseppe Li Mingshu «el clima que se respira hacia esta posibilidad es más abierto y tranquilo ahora respecto al pasado», según explicó a la agencia especializada en el mundo asiático.
«Si las religiosas no han recibido respuesta, tal vez hay alguna dificultad», añadió refiriéndose al hecho de que «no hay aún relaciones diplomáticas entre China y el Vaticano».
Considera la agencia del PIME que prueba de ese «buen clima» es el hecho de que los diarios chinos publicaran en agosto la noticia de la visita de Sor Nirmala y de la petición que le hizo el gobierno de Pekín.
«Esta posibilidad es un trabajo que la Madre Teresa está haciendo desde el cielo», expresó Sor Nirmala.
Las religiosas fundadas por la beata de origen albanés también fueron las primeras en abrir una casa en Moscú y en Phonm Penh tras un largo período de persecución y de falta de libertad religiosa tanto en Rusia como en Camboya.
Tres veces visitó China la Madre Teresa pidiendo abrir una casa y ocuparse de «los más pobres entre los pobres». Siempre se le negó el permiso. En una ocasión un funcionario del Partido le respondió que en el país «no hay pobres».
Haciéndose eco de esta noticia, el diario católico italiano «Avvenire» apunta este martes que desde hace algún año «el gobierno chino “admite” la existencia de situaciones sociales problemáticas y está, si bien con mil cautelas, abriéndose a la presencia de ONGs, también extranjeras».
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