Preparación al despertar         Este viaje se resume en una sola palabra: amor. Desde que te levantas hasta que te acuestas recibes toneladas de amor por todos lados. Por parte de los niños del orfanato, de la gente de las comunidades, de los jóvenes intrépidos de la parroquia, de su maravilloso párroco el P. Modesto?, y por supuesto, del grupo de españoles que viene contigo a la misión.         En verdad aquí se respira profundame...

Relación de relatos

   Preparación al despertar, Miguel Jiménez Solano

   Las cosas grandes son demasiado grandes para nosotros, Juan Pablo Nabas

   El lugar ideal, Álvaro Gutiérrez Carrasco

   No vienes a dar sino a darte, Rafael Gómez-Lechón Medialdea

   Destellos de Nicaragua, Héctor Coll Díaz

Preparación al despertar

      Este viaje se resume en una sola palabra: amor. Desde que te levantas hasta que te acuestas recibes toneladas de amor por todos lados. Por parte de los niños del orfanato, de la gente de las comunidades, de los jóvenes intrépidos de la parroquia, de su maravilloso párroco el P. Modesto?, y por supuesto, del grupo de españoles que viene contigo a la misión.

      En verdad aquí se respira profundamente el amor de Cristo. Te puedes vacunar contra mil enfermedades antes de venir, pero no contra todo el cariño que vas a recibir.

      Realmente merece la pena conocer esta otra realidad, este otro mundo, donde todavía se habla de Dios en la calle y donde la fe es el pan de cada día. Ver esta realidad de tantas personas confiadas a la Providencia de Dios, ha sido para mí una inyección de vida.

      Yo les diría a todos aquellos que están dudando venir, que a pesar del miedo que puedan tener, se tiren a la piscina, que se lancen, pues esto puede ser el despertar, el despertar del letargo en el que quizá vive su corazón y su espíritu.

       Miguel Jiménez Solano

       4º de Ingeniería de Caminos

Las cosas grandes son demasiado grandes para nosotros

    ¿Cómo plasmar en un papel tantos sentimientos y experiencias vividas en esta misión?

     Vine aquí porque pensé que no me vendría mal hacer un paréntesis en mi rutinaria vida. Al estar en Nicaragua he comprendido mejor el sueño en el que está sumergida nuestra sociedad. Vivimos rodeados de hedonismo y egocentrismo y damos prioridad a cosas banales y materiales. Nuestras comodidades nos hacen escépticos y no nos damos cuenta de que se puede ser feliz con una sola cosa: la fe. Aunque a veces nos empeñemos en no querer sentirla o rechazarla.

     Solo me he convencido de esta REALIDAD en Nicaragua donde conviven estrechamente la pobreza extrema y la felicidad inmensa.

     Estos días he aprendido también que quien descubre la grandeza construida mediante la suma de muchas pequeñas cosas, ése realmente atesora la felicidad de cada día; los que no, tendrán que acostumbrarse con soñar que serán felices cuando algún día les pase algo muy grande.

     Juan Pablo Nabas

     2º de Económicas en ESTEMA

El lugar ideal

     Llego a Nicaragua, el país del amor, gracias al grandioso Rafael, mi profesor. En efecto, este año soy el único de mi promoción que se lanza a la aventura más fuerte de mi vida hasta el momento. Planificada en mi interior con unos ocho meses de antelación y confiada a mis queridísimos padres, mi hermano y su novia, seis días antes de mi partida. Por supuesto, el impacto fue brutal, pero gracias a la inestimable ayuda de D. Fernando se logra una tranquilidad en todos ellos, muy necesitada por ambas partes.

     Se puede querer llegar a formarse una idea sobre lo que realmente posee Nicaragua viendo algún video, leyendo algún testimonio?, pero nunca, y digo nunca, se puede llegar a experimentar sensaciones como las que aquí estoy viviendo ( a falta de tres días para marchar hacia España). Quien quiera encontrarse con el verdadero Corazón de Cristo, éste es el lugar ideal.

     Yo vine con una formación cristiana mínima, pero gracias a mis otros grandes sacerdotes, el ya nombrado D. Fernando, D. Pablo, el otro D. Fernando y el sorprendente D. Alfonso, grandes luchadores, y también gracias a la maravillosa compañía de mis otros hermanos, ?misioneros de pura cepa?, me llevaron a encontrarme con Dios nuestro Señor: grandes amigos para una gran experiencia con tan gran Señor. Todo aquí es una concordancia de vida, conocimiento y amor, o mejor dicho, conocimiento de la vida del Amor. De verdad: auténticas clases magistrales.

    Qué decir de esa variedad de comunidades: Desenredo, Las Pilas, Dulce Nombre, San Pedro de la Molina, Los Fierros?, donde se descubre la verdadera razón de ser y de vivir. Donde cada individuo que viene de España, por primera vez se descubre a sí mismo, y como es mi caso,  descubre a Alguien.

     Aquí la gente es divina, luchan por sobrevivir con lo poco que tienen y no conocen  el aburguesamiento. Allá donde vamos a misionar solo vemos amor verdadero: El que nos da Dios, aquí se recibe.

     Nada más. Tan sólo dar las gracias a mis padres por la confianza depositada en este proyecto y a todas las personas que lo han hecho posible.  Gracias muy especialmente a Dios, porque estos días me ha hecho ver el verdadero sentido de mi camino en la vida.

     Álvaro Gutiérrez Carrasco

     3º Ingeniería  de Diseño

No vienes a dar sino a darte

     Sin duda, es una gran experiencia. Uno acude con la idea de que simplemente viene a echar una mano durante un mes. Enseguida comprendes que vienes no a dar cosas sino a darte a ti mismo. No puedes ser menos porque ves que ellos se te dan a todas horas y encima sonriendo.

     Se aprende mucho de la gente de aquí. No tienen nada material y sin embargo te ofrecen lo que no se oxida y perdura siempre.

     Este es un viaje que te hace crecer como persona. Te da una visión de la vida menos chata y superficial.

     Por si todo esto fuera poco, hay que mencionar la inmensa satisfacción que te invade cuando ves sonreír a uno de estos niños por tu mera atención. Es algo que realmente te conforta y te llena.

     Rafael Gómez-Lechón Medialdea

     4º de Arquitectura

Destellos de Nicaragua

     Estas próximas navidades  iré por cuarta vez a Nicaragua. Iré con mis padres hartos ya, de oírme todo el día la misma cantinela. No les llevaré a los volcanes de Masaya, ni a los lagos de Granada, ni siquiera a las tortugas de la playa de Pochomil, y  mucho menos a la Tirolínea del Canopic que son cosas para guiris. Les llevaré a que experimenten lo mismo que yo en las comunidades de la selva profunda de El Crucero y que se dejen besar por las preciosas Carmen, Olga, Teresa, Tania y todas las 20 novias de 10 años que tengo en el  orfanato.

     Distinguir entre turistas y viajeros ya sé que parece un snobismo de salón, porque la cultura de masas y la información nos ha convertido a la mayoría en turistas. Para transformarnos en viajeros lo único que debemos hacer es mirar con ojos de viajeros, y es entonces cuando aparecen destellos, matices, detalles que las guías no han logrado disecar, y surge la mariposa que vuela libre y queda en el recuerdo.  Los libros de viajes y las guías turísticas proporcionan comodidad al viajero, pero le neutralizan de sorpresas.

     De este verano me han quedado unas cuantas de esas mariposas que nos rescatan del tópico y nos proporcionan una nueva luz. Por ejemplo, en la comunidad de Los Chocoyos, después de dar cuenta del Pelibuey en casa del Payo, se celebraba después, con gran afluencia de público, el tradicional  partido de fútbol Nica-España. Aunque hacia mucho calor y nos habían ?malditos, siempre el mismo truco- atiborrado a comer, estaba en juego la honra, así que nos dispusimos a enseñar a los que solo saben de béisbol. 

     Había como cada año todos los aditamentos: pasión, espectadores, nivel de juego -siempre fichan algún extranjero- insultos al árbitro, jugadas controvertidas, y de repente?, escuchamos una límpida voz de soprano interpretando un aria que no pude identificar. Los españoles nos quedamos embebidos, hasta que otra vez los gritos tipo  ¡pasa chupón! Ahogaron aquella maravilla. Pregunté a alguien de quién era aquella voz angelical. Me hablaron de una chocoyana de 16 años, propietaria de una extraordinaria voz, que se esforzaba para alcanzar el triunfo, y quién sabe si un día cantaría en la òpera más grande de la Escala de Milán. Pero por falta de dinero había tenido que dejar los estudios en el Conservatorio de Managua.  Para mí pensé he ahí una joya que habrá que cuidar y becar.

     O esa otra joya, que nos acompaña desde hace años a la misión, Ronaldo, le becábamos la carrera de económicas y ha decidido ingresar ya,  en el seminario diocesano de Managua. Estas cosas no vienen en las guías turísticas y los que no vengan con nosotros no las captarán. Por eso voy a insistir a mis padres para que se conviertan en viajeros y descubrirán esas mariposas que no vienen en ningún libro y que nosotros podremos guardarnos para siempre.

     Héctor Coll Díaz

     Tercer ciclo de Educación Física

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