Ofrecemos una síntesis del Instrumentum laboris preparado por la Santa Sede para la XI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que se celebrará del 2 al 23 de octubre en el Vaticano y cuyo tema será La Eucaristía: fuente y cumbre de la vida y de la misión de la Iglesia.
Vatican Information Service
11 de julio de 2005
El pasado 7 de julio, el arzobispo Nicola Eterovic y monseñor Fortunato Frezza, respectivamente secretario general y subsecretario del Sínodo de los...
Ofrecemos una síntesis del Instrumentum laboris preparado por la Santa Sede para la XI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que se celebrará del 2 al 23 de octubre en el Vaticano y cuyo tema será La Eucaristía: fuente y cumbre de la vida y de la misión de la Iglesia.
Vatican Information Service
11 de julio de 2005
El pasado 7 de julio, el arzobispo Nicola Eterovic y monseñor Fortunato Frezza, respectivamente secretario general y subsecretario del Sínodo de los Obispos, presentaron en la Oficina de Prensa de la Santa Sede el Instrumentum laboris de la XI Asamblea General Ordinaria del Sínodo sobre la Eucaristía.
El Instrumentum laboris, redactado sobre la base de las respuestas a los Lineamenta y al cuestionario enviado por la Secretaría del Sínodo de los Obispos a las Conferencias Episcopales, las Iglesias Orientales Católicas, los dicasterios de la Curia Romana y la Unión de Superiores Generales, consta de un prefacio, una introducción, cuatro apartados, divididos cada uno en dos capítulos y una conclusión.
"Verificar al alba del Tercer milenio del cristianismo cómo el rico patrimonio de la fe eucarística -reza el prefacio- se aplica a la realidad de la Iglesia Católica (...) es una cuestión de sensibilidad pastoral, de responsabilidad episcopal y de visión profética". Se observa además que el documento "se ha concentrado principalmente en los aspectos positivos de la celebración eucarística, que reúne a los fieles y hace de ellos una comunidad".
El primer apartado, "Eucaristía y mundo actual", analiza el contexto histórico en que se celebrará el Sínodo, "un período caracterizado por fuertes contrastes en la familia humana". Refiriéndose en concreto al problema del hambre, se subraya que ese tema "no puede permanecer ausente en la reflexión de los padres sinodales, los cuales con todos los cristianos, varias veces al día suplican al Señor: "danos hoy nuestro pan cotidiano".
A continuación se examina la situación de las Iglesias particulares en diversos aspectos relacionados con la Eucaristía, constatando, entre otras cosas, que la participación en la misa dominical es "más bien alta en las naciones africanas y asiáticas", y escasa "en la mayor parte de los países europeos y americanos y en algunos de Oceanía".
El segundo apartado, "Fe de la Iglesia en el misterio de la Eucaristía", aborda sobre todo la percepción del misterio eucarístico entre los fieles y nota los diversos matices según el contexto cultural de pertenencia. "En los países donde reina un clima general de paz y de prosperidad, en gran parte occidentales, el misterio eucarístico es considerado por muchos como un modo de cumplir con el precepto festivo y es vivido como un convivio fraterno. En cambio, en los países torturados por las guerras (...) se nota una comprensión más profunda del misterio eucarístico en su totalidad, es decir, también en la dimensión de sacrificio".
También se describen algunas realidades negativas que atentan contra el sentido de lo sagrado (descuido en el uso de ornamentos litúrgicos, vestiduras poco adecuadas, escasa calidad artística de los edificios sagrados, música y cantos inadecuados), que son más frecuentes en la liturgia latina que en la oriental, pero que no deben "causar falsos alarmismos porque están circunscriptas".
"La Eucaristía en la vida de la Iglesia", el tercer apartado, trata detalladamente la celebración adecuada de la Santa Misa, desde los ritos de introducción a los de conclusión y el significado de las normas litúrgicas entendidas como "guía hacia el misterio".
Por último, "La Eucaristía en la misión de la Iglesia" , subraya que ese sacramento es "fuente de la moral cristiana" y recuerda que "siempre ha reforzado las opciones y los comportamientos éticos y morales de los creyentes". En ese contexto, el documento aborda los lazos de la Eucaristía con la paz, la unidad y el ecumenismo y las cuestiones de la inculturación y la intercomunión.
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