Kinshasa, el 18 de mayo de 2005
Estimados amigos:
La semana pasada en el Centro Hospitalario Monkole, a dos días de diferencia, ingresaron en cuidados intensivos a Mansoni y Muaka, dos niñas de 3 y 7 días, llegadas en coma. Inmediatamente las pusieron cada una en una incubadora, por tener muy poco peso (2,400 kg). Con algunos análisis básicos, el pediatra diagnosticó una meningitis, muy fuerte para Muaka. Impusieron el tratamiento antibiótico oportuno, y una atención de ...
Kinshasa, el 18 de mayo de 2005
Estimados amigos:
La semana pasada en el Centro Hospitalario Monkole, a dos días de diferencia, ingresaron en cuidados intensivos a Mansoni y Muaka, dos niñas de 3 y 7 días, llegadas en coma. Inmediatamente las pusieron cada una en una incubadora, por tener muy poco peso (2,400 kg). Con algunos análisis básicos, el pediatra diagnosticó una meningitis, muy fuerte para Muaka. Impusieron el tratamiento antibiótico oportuno, y una atención de las enfermeras día y noche. Al cabo de 4 días con tratamiento, Mansoni despertó y empezó a llorar, con una voz muy baja y frágil; en la otra incubadora, Muaka manifestaba el reflejo de querer mamar. Son dos signos muy buenos de que están recuperándose, y como explican las enfermeras, Chantal y Patience, que las siguen más de cerca, Mansoni y Muaka están luchando muy bien para vivir. Todavía, les quedan algunos días o semanas, en las incubadoras para regresar a casa con un peso mejorado.
El drama no queda aquí, porque la madre de Muaka paga un poco los medicamentos y la hospitalización, pero la de Mansoni es muy pobre y si paga algo, parece que sus hermanos no comen ese día... Pero Monkole no la abandona para salvarla completamente.
Estas situaciones son la gran realidad del trabajo en Monkole. Tenemos también las victimas de accidentes graves de tráfico, como el domingo pasado, cuando Jean Kidiadi, chico de 12 años, que fue atropellado por un coche y sufrió heridas fuertes en la cabeza. Llegó a Monkole donde se le atendió, y se le hicieron las radiografías y las curas necesarias con una decena de puntos de sutura. Se ha recuperado ya y ha regresado a casa.
No existe en el Congo la seguridad social o seguros privados para hacerse cargo de lo que cuesta la atención médica y en el hospital, y las familias tienen que pagarlo todo; muchas veces en Monkole, cuando la gente es muy pobre, se les hace pagar un mínimo -algunas veces nada-, y se busca donativos para asegurar el funcionamiento del hospital.
Intentaremos seguir contando estas realidades, y no duden en preguntarnos más cosas. Contamos con vuestras ayudas
Saludos congoleños.
Dr Léon TSHILOLO-Laurent MAZINGI
[email protected]