Se lo había pedido uno de los discapacitados presentes en la plaza de San Pedro
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 15 junio 2005 (ZENIT.org).- Benedicto XVI no dudó este miércoles en hablar con el teléfono móvil que le presentó un enfermo al final de la audiencia general de este miércoles, en medio de la emoción del interesado y de la sorpresa de los colaboradores del pontífice.
El discapacitado, en silla de ruedas, pidió al Papa si quería...
Se lo había pedido uno de los discapacitados presentes en la plaza de San Pedro
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 15 junio 2005 (ZENIT.org).- Benedicto XVI no dudó este miércoles en hablar con el teléfono móvil que le presentó un enfermo al final de la audiencia general de este miércoles, en medio de la emoción del interesado y de la sorpresa de los colaboradores del pontífice.
El discapacitado, en silla de ruedas, pidió al Papa si quería saludar a una religiosa enferma terminal. El Santo Padre, sentado en su sillón, aceptó con gusto y tomó el teléfono para dirigir unas palabras de aliento.
La escena suscitó entusiasmo entre los fotógrafos presentes, que inmortalizaron la primera conversación pública de un Papa por teléfono celular.
El Santo Padre no escondió su conmoción al saludar a los enfermos y discapacitados, algunos de ellos graves, con los que pudo intercambiar un saludo. Estos encuentros se han convertido en una de las características de sus citas semanales con los peregrinos.
Tomó con cariño entre sus manos la cabeza de una mujer, como para transmitirle aliento y ofrecer su oración.
Saludó también a un grupo de bomberos de Roma, que le mostraron sus cascos de nueva generación. El Papa no dudó en ponerse uno de ellos, suscitando aplausos y risas entre los presentes.
Un obispo africano le colocó en el cuello un collar dorado y el Papa lo portó como símbolo de su amor a África durante todo el tiempo en que conversó con el prelado.
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