www.forumlibertas.com, 20 de mayo de 2005
El proceso, presuntamente curativo pero prohibido por la ONU, constata los problemas que acarrea la investigación con células madre embrionarias al intentar vencer el rechazo que producen cuando se trasplantan al paciente, mientras continúa también sin solución la proliferación descontrolada de este tipo de células
El mismo equipo de científicos surcoreanos que hace algo más de un año anunció que habían conseguido obtener células madre de embriones humanos clonados ha vuelto a la carga. Investigadores de la Universidad Nacional de Seúl, en Corea de Sur, y de la Universidad de Pittsburg, en Estados Unidos, han creado células estaminales embrionarias con los códigos genéticos de once pacientes que tienen enfermedades incurables. De esta manera, la llamada clonación terapéutica abre la puerta a la reproductiva, el “negocio” del futuro, pese a que las Naciones Unidas han instado a todos los Estados miembros a prohibir todo tipo de clonación.
El director del equipo de investigación, Woo Suk Hwang, en rueda de prensa telefónica celebrada este miércoles, 18 de mayo, dio a conocer los detalles de la técnica que les ha permitido obtener líneas celulares a partir de embriones clonados. El proceso, presuntamente curativo aunque no a corto plazo, tal como indicó Suk Hwang, viene a constatar una de las dos grandes barreras con que se estrella la investigación con células madre embrionarias: el rechazo que producen cuando se trasplantan a un paciente, al ser un objeto “extraño”. Un inconveniente que pretenden esquivar con la clonación. El otro gran problema sin vías de solución es el comportamiento de las células trasplantadas en ese cuerpo ajeno, que tienden a una proliferación descontrolada y pueden acabar en cáncer.
Un proceso innecesario
Según informó el director del equipo surcoreano, el proceso, que a la vista de los resultados e inconvenientes que conlleva cabe calificar de innecesario, se inició obteniendo 185 ovocitos de 18 donantes y células de la piel mediante biopsia de 11 pacientes con enfermedades consideradas como incurables. Entre estos últimos había individuos con diabetes juvenil, con daños en la médula espinal o con trastornos de inmunodeficiencia.
El siguiente paso fue extraer el núcleo de los óvulos, que contiene el código genético, e insertarles los núcleos de las células epiteliales. Mediante una descarga eléctrica se fusionaron ambas células, creando así un embrión con el ADN del paciente.
A partir de ese momento, el embrión se desarrolló durante seis días en el laboratorio hasta alcanzar la fase de blastocisto. Las células del interior del embrión tienen potencialmente entonces la capacidad de convertirse en cualquier tejido del organismo. Los investigadores extrajeron en ese momento células madre y consiguieron 11 líneas celulares.
Rechazo y descontrol celular
Con el anuncio hecho por Woo Suk Hwang, tal como indicábamos, se ha iniciado un proceso presuntamente curativo que en realidad pone de manifiesto la inutilidad de utilizar células madre embrionarias con finalidades terapéuticas. Lo que celebran estos científicos y todos aquellos partidarios de la clonación es el hecho de avanzar en la lucha contra uno de los dos grandes problemas sin vías de solución para esta línea de investigación: el rechazo del paciente ante el trasplante de células “extrañas” con una técnica que contempla al embrión como si de un simple trasplante de tejidos se tratara. Cabe insistir en que el otro gran problema sin solucionar del uso de células embrionarias con fines terapéuticos es el de la proliferación descontrolada de las células trasplantadas, que suele degenerar en cáncer.
Ante esta realidad, la única vía para intentar evitar el rechazo que encuentran los científicos partidarios de destruir embriones para obtener células madre es la llamada clonación terapéutica, que ha sido tajantemente rechazada por la ONU. El criterio por el que la ONU ratificó el pasado 8 de marzo su exigencia a todos los países miembros de prohibir todo tipo de clonación es el de que, una vez controlada la clonación terapéutica, el siguiente paso será investigar con la clonación reproductiva.
Sólo las adultas dan resultados terapéuticos
Sin embargo, hay otra poderosa razón que aconseja abandonar la destrucción de embriones con fines supuestamente terapéuticos, además de todo lo dicho y de los criterios éticos en defensa de la dignidad humana que argumenta una gran parte de la comunidad científica y de multitud de entidades defensoras de la vida: sólo las células estaminales adultas han obtenido resultados terapéuticos satisfactorios.
El objetivo de los investigadores surcoreanos es llegar a curar enfermedades como la diabetes, las cardiacas, las inmunodeficiencias de la sangre, el Parkinson y el Alzheimer, las lesiones medulares y las derivadas de quemaduras o problemas en la piel. Pues bien, tratamientos terapéuticos realizados con células madre adultas, sobre todo si son del propio paciente, han logrado curar o mejorar a pacientes con algunos de los problemas citados.
Así, la Clínica Universitaria de Navarra, junto a otros hospitales, ha realizado más de una docena de intervenciones en corazones infartados que se han regenerado después de inyectarles células madre extraídas del propio paciente.
Un trasplante de células madre de cordón umbilical realizado el pasado 12 de mayo a un bebé afectado por un trastorno del sistema inmunológico en el hospital infantil de Garrahan en Buenos Aires consiguió salvar su vida.
Un equipo de científicos de la Universidad de California, en San Diego, ralentizó el deterioro cognitivo en diversos enfermos de Alzheimer tras extraer células estaminales de su piel e inyectarlas en su cerebro.
A finales de noviembre de 2004, científicos italianos consiguieron transformar en neuronas células madre extraídas del músculo, lo que permite abrir una puerta en la lucha contra las enfermedades degenerativas como el Alzheimer o el Parkinson.
Una mujer coreana paralítica era sometida en diciembre de 2004 a una intervención de implante de células de cordón umbilical en la espina dorsal que le permitió andar de nuevo, una técnica que también ha obtenido algunos resultados esperanzadores en casos de leucemia adulta.
Para acabar, científicos argentinos consiguieron en enero de 2005 que el páncreas de un diabético produjera insulina después de implantarle en los vasos sanguíneos células extraídas de su médula ósea.
Presión sobre Bush
Por otro lado, no se puede considerar como mera casualidad que la difusión mediática del anuncio hecho por el equipo de investigadores surcoreanos venga a coincidir en el tiempo –una semana antes- con la votación del Congreso de Washington sobre la clonación terapéutica. El intento de presión sobre las decisiones de la administración Bush, una de las más críticas con cualquier tipo de clonación, es evidente.
El negocio del futuro
A la vista de todo lo expuesto, cabe preguntarse el por qué de tanto bombo y platillo con los teóricos avances en este tipo de investigaciones. Y, de la misma manera, ¿por qué se invierte tantísimo dinero público y privado en fomentar estos estudios?
Una posible respuesta habría que buscarla en la consideración de que en un futuro próximo está esperando lo que sin duda será uno de los mayores negocios imaginables: la clonación pura y dura.
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