CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 29 abril 2005 (ZENIT.org).- El obispo Elio Sgreccia, presidente de la Academia Pontificia para la Vida, ha manifestado su satisfacción ante el rechazo por parte de los parlamentarios del Consejo de Europa de una resolución sobre el acompañamiento de los enfermos al final de la vida.
Tras un largo debite, el 27 de abril, la Asamblea parlamentaria del Consejo de Europa rechazaró la propuesta con 138 votos contrarios, 26 a favor y 5 abstenciones.
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CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 29 abril 2005 (ZENIT.org).- El obispo Elio Sgreccia, presidente de la Academia Pontificia para la Vida, ha manifestado su satisfacción ante el rechazo por parte de los parlamentarios del Consejo de Europa de una resolución sobre el acompañamiento de los enfermos al final de la vida.
Tras un largo debite, el 27 de abril, la Asamblea parlamentaria del Consejo de Europa rechazaró la propuesta con 138 votos contrarios, 26 a favor y 5 abstenciones.
La resolución, que ya había sido retirada del orden del día de la Asamblea en septiembre de 2003 y en enero de 2004, había sido propuesta por el parlamentario liberal suizo Dick Marty.
«Ha sido una señal positiva --ha explicado el obispo Sgreccia a los micrófonos de «Radio Vaticano»--. Quiere decir que en Europa todavía hay fuerzas que respetan y quieren el respeto de la vida del enfermo grave, de la vida en su estadio final».
Y advierte: «Hay que esperarse que la presión a favor de eutanasia vuelva al ataque con otras propuestas análogas, dado que, en Europa, algunos países han aprobado la eutanasia».
«Pienso que, en este momento, la tarea de los católicos, de los creyentes y de todos los que quieren el respeto de la vida humana en su pleno sentido, consiste en aclarar, a nivel doctrinal, que nadie es dueño de la propia vida, que nadie está autorizado para suprimir ni la propia vida ni la de los demás», considera Sgreccia.
«A nivel práctico --añade--, es necesario poner todo el amor y atención al alivio del dolor, de las terapias paliativas, del desarrollo de un sistema sanitario que respete al paciente, al moribundo, con los tratamientos a atenciones debidas a todos ser viviente».
El Consejo de Europa, la organización política más antigua (1949) del continente, engloba a 46 países, entre los cuales 21 estados de Europa central y oriental.
Ha admitido la candidatura de Bielorrusia y ha concedido el estatuto de observador a otros cinco estados (Santa Sede, Estados Unidos, Canadá, Japón y México).
Es distinto de la Unión Europea de los veinticinco países, aunque ningún país se ha adherido nunca a la Unión sin pertenecer antes al Consejo de Europa. Tiene su sede en Estrasburgo (Francia).
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