Como ellos, será un gran evangelizador
CIUDAD DEL VATICANO, martes, 19 abril 2005 (ZENIT.org).- Al escoger el nombre de Benedicto XVI, el cardenal Joseph Ratzinger enlaza su pontificado con dos grandes evangelizadores, el Papa Benedicto XV, y san Benito (en latín y otros idiomas es el mismo nombre), fundador de los benedictinos.
En declaraciones a Zenit, el obispo Cipriano Calderón, vicepresidente emérito de la Pontificia Comisión para América Latina, explica: «La novedad de e...
Como ellos, será un gran evangelizador
CIUDAD DEL VATICANO, martes, 19 abril 2005 (ZENIT.org).- Al escoger el nombre de Benedicto XVI, el cardenal Joseph Ratzinger enlaza su pontificado con dos grandes evangelizadores, el Papa Benedicto XV, y san Benito (en latín y otros idiomas es el mismo nombre), fundador de los benedictinos.
En declaraciones a Zenit, el obispo Cipriano Calderón, vicepresidente emérito de la Pontificia Comisión para América Latina, explica: «La novedad de este pontificado radica ya en el nombre escogido: sucede a Benito XV, que escogió este nombre en honor a san Benito, patrón de Europa y gran evangelizador de su tiempo».
«Si Benito evangelizó la primera Edad Media, Benedicto XV evangelizó la Edad Moderna y el ahora Benedicto XVI será el evangelizador del nuevo milenio», explica el prelado.
Benedicto XV, Giacomo Paolo Battista della Chiesa, cuyo pontificado tuvo lugar entre 1914-1922, sucedió a Pío X nada más comenzar la Primera Guerra Mundial.
En su encíclica programática, «Ad beatissimi apostolorum principis» (1914) lanzó un llamamiento por la paz e indagó en las causas de la guerra.
Uno de sus objetivos principales fue la formación y la santificación del clero.
Durante la guerra desarrolló una intensa actividad asistencial y promulgó el Código de Derecho Canónico.
En el campo ecuménico instauró en la Iglesia católica la octava de oración para la unidad de los cristianos, en 1916. Es suya la afirmación que «la Iglesia no es latina, ni griega, ni eslava, sino católica: no hay diferencia entre sus hijos, ya sean griegos, latinos o eslavos, o de otro grupo nacional».
A él se debe la canonización de dos mujeres como Margarita María Alacoque y Juana de Arco.
Murió repentinamente el 22 de enero de 1922. En un monumento dedicado a él en Constantinopla (Turquía) se dice que fue un padre común «sin distinción de nacionalidad o religión, bienhechor de pueblos».
Tomó su nombre del patrono de Europa, Benito de Nursia (480-547), autor de la «Regla» monástica y padre de los benedictinos.
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