No podrá hablar en los próximos días   CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 25 febrero 2005 (ZENIT.org).- Juan Pablo II, que evoluciona favorablemente de la operación de traqueotomía, respira autónomamente, se alimenta normalmente, aunque no podrá hablar en los próximos días, según han explicado fuentes oficiales de la Santa Sede.   Joaquín Navarro-Valls, director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, explicó después del mediodía de este viernes que «El Santo Padre transcurrió una no...

No podrá hablar en los próximos días

 

CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 25 febrero 2005 (ZENIT.org).- Juan Pablo II, que evoluciona favorablemente de la operación de traqueotomía, respira autónomamente, se alimenta normalmente, aunque no podrá hablar en los próximos días, según han explicado fuentes oficiales de la Santa Sede.

 

Joaquín Navarro-Valls, director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, explicó después del mediodía de este viernes que «El Santo Padre transcurrió una noche de tranquilo descanso», gracias al alivio que ha sentido tras la intervención quirúrgica, que consiste en la apertura de un orificio en la garganta para facilitar la respiración.

 

«El post-operatorio sigue siendo regular. La respiración es autónoma y las condiciones cardio-vasculares siguen siendo buenas», afirmó el portavoz vaticano en un comunicado de prensa leído a los periodistas en la Sala de Prensa del Vaticano.

 

«Los médicos han prescrito que el Papa renuncie a hablar durante algunos días para favorecer la recuperación de la función de la laringe», añadió Navarro-Valls.

 

El portavoz reveló que «esta mañana ha desayunado y tenía buen apetito». En concreto, reveló que el Papa tomó un café con leche, 10 galletas pequeñas, y un yogurt.

 

Al despertarse en la noche de este martes tras la anestesia general de la operación, de regreso a su habitación, informó Navarro-Valls, el obispo de Roma «pidió con un gesto que le trajeran un papel» y escribió «Pero, ¿qué me han hecho?...». El director de la Oficina de Información vaticana creía que estas palabras estaban escritas con «tono de broma».

 

Y el Papa siguió escribiendo: «Pero yo sigo siendo siempre "totus tuus"», «todo tuyo», en referencia al lema con el que puso su pontificado y vida en manos de la Virgen María.

 

En respuesta a un periodista, Navarro-Valls no pudo especificar cuántas horas durmió el Papa en la noche, aunque afirmó que el «tranquillo reposo», ha sido favorecido «probablemente gracias al alivio en la actividad respiratoria».

 

Tras la lectura del comunicado, el portavoz vaticano quiso aclarar la situación en la que se encontraba el Papa en los días precedentes a su operación.

 

«Desde que el Papa salió del hospital el 10 de febrero pasado no tuvo nunca fiebre. Por eso reanudó su actividad normal: misa por la mañana, audiencias "ad limina", recibir a sus colaboradores etc. Ciertamente no había y tampoco hay ahora ningún síndrome broncopulmonar infeccioso y naturalmente se alimentaba con normalidad», aclaró.

 

En cambio, aclaró, «se renovaban los episodios de insuficiencia respiratoria aguda causados por una estenosis funcional de la laringe que estaba ya presente».

 

En esos días, seguía la evolución del Santo Padre, en su apartamento, «en caso de necesidad, un médico especialista de reanimación», el doctor Angelo Camaioni.

 

Navarro-Valls destacó que la «traqueotomía a la que ayer fue sometido el Papa se ha definido como una traqueotomía "electiva", es decir, no se ha tratado de una intervención urgente». El objetivo de los médicos fue el de «asegurar una ventilación adecuada al paciente y de favorecer la solución de la patología laríngea».

 

«Ahora respira mejor, tiene una sensación de alivio notable y no necesita respiración asistida, máquinas u otras cosas», reconoció.

 

El próximo comunicado sobre las condiciones de salud del Papa se publicará el 28 de febrero. Por lo que se refiere al próximo domingo, día en el que el Papa mantiene habitualmente un encuentro con los peregrinos, Navarro-Valls informó que este sábado explicará qué es lo que hará el Santo Padre, después de haber preguntado a los médicos y a su secretario, el arzobispo Stanislaw Dziwisz.

 

El Papa podría asomarse a la ventana de la habitación en el décimo piso del Policlínico Gemelli para bendecir a los fieles. En ese caso, el sustituto de la Secretaría de Estado, el arzobispo argentino Leonardo Sandri, leería, como en ocasiones precedentes, el saludo del Santo Padre.

 

En la noche de este martes, Navarro-Valls explicó la operación de traqueotomía tuvo con el consentimiento del Papa. «La intervención, comenzada las 20.20 horas local y terminada a las 20.50, se ha desarrollado y concluido positivamente. El inmediato post-operatorio es regular».

 

La operación estuvo a cargo de los profesores Gaetano Paludetti, jefe de Clínica Otorrinolaringológica de la Universidad Católica del Sagrado Corazón y Angelo Camaioni, jefe de Otorrinolaringología del Hospital San Juan de Roma, ayudados por el médico Giovanni Almadori.

 

La anestesia la dirigió el profesor Rodolfo Proietti, jefe de Anestesiología y Reanimación de la Universidad Católica del Sagrado Corazón, quien ya había dirigido la asistencia al Papa en la precedente hospitalización, ayudado por los médicos Massimo Antonelli y Filippo Zanghi.

 

«En la operación estuvieron presentes el doctor Enrico Decampora, jefe de Clínica Otorrinolaringológica de la Universidad de Florencia y asesor de la Dirección de Sanidad del Estado de la Ciudad del Vaticano y el doctor Renato Buzzonetti, médico personal del Santo Padre», añadió el portavoz.

 

El Papa recibió este viernes en su habitación del hospital la visita del cardenal Camillo Ruini, obispo vicario para la diócesis de Roma y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, así como la del cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado, y la del arzobispo Sandri.

 

Tras la operación, en la noche del jueves, estuvo con los médicos que operaron al Papa el subsecretario de la Presidencia del gobierno italiano, Gianni Letta (mano derecha del primer ministro Silvio Berlusconi), quien explicó que cuando los médicos le dijeron al Papa que le someterían a una «pequeña operación», él les respondió bromeando: «¿Pequeña? Depende para quién».