Se reúne la Comisión para el Diálogo Teológico entre la Iglesia católica y las Antiguas Iglesias de Oriente
CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 28 enero 2005 (ZENIT.org).- Juan Pablo II promovió este viernes la superación de divisiones que separan a Roma con Iglesias de Oriente desde hace más de mil quinientos años al encontrarse con algunos de sus representantes.
La audiencia del pontífice a sus hermanos cristianos tiene lugar en el marco de la reunión plenaria de la Comisión Inter...
Se reúne la Comisión para el Diálogo Teológico entre la Iglesia católica y las Antiguas Iglesias de Oriente
CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 28 enero 2005 (ZENIT.org).- Juan Pablo II promovió este viernes la superación de divisiones que separan a Roma con Iglesias de Oriente desde hace más de mil quinientos años al encontrarse con algunos de sus representantes.
La audiencia del pontífice a sus hermanos cristianos tiene lugar en el marco de la reunión plenaria de la Comisión Internacional para el Diálogo Teológico entre la Iglesia católica y las Antiguas Iglesias de Oriente (creada en 2003) que desde este jueves se celebra en Roma.
Se trata los cristianos asirios ortodoxos, la Iglesia apostólica armenia, la Iglesia ortodoxa de Etiopía, la Iglesia Malankar (India) que se separaron de Roma al no aceptar algunas definiciones sobre Cristo del Concilio di Calcedonia en el año 451.
Es el segundo encuentro de estas características, después de que tuviera lugar la primera reunión de la Comisión en 2003 el año pasado en El Cairo.
En el discurso que el Papa dirigió en ingles se unió a sus huéspedes «en la oración para que los lazos reales de comunión entre nosotros se refuercen aún más mediante una espiritualidad de comunión que contemple el misterio de la Trinidad que habita en nosotros y vea todo lo que hay de positivo en el otro para acogerlo y valorarlo como regalo de Dios».
El pontífice alentó por último los «esfuerzos para fomentar la comprensión y la comunión mutua entre los cristianos de Oriente y Occidente».
A partir de los años setenta, la Santa Sede viene firmando declaraciones conjuntas con los representantes de estas Iglesias que han permitido aclarar antiguos malentendidos, sobre todo de carácter lingüístico, sobre la naturaleza divina y humana en la única persona de Jesús.
Este diálogo teológico ha servido para que se pueda decir que en estos momentos la Iglesia católica y estas Antiguas Iglesias de Oriente profesan la misma fe en Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre.