Enseñan doctrina gay en una escuela y no dejan a los padres sacar de esa clase a sus hijos
Padres de una escuela pública de Canadá protestan al descubrir que enseñan doctrina gay a sus hijos sin su consentimiento. En la escuela pública de Market Lane, en una zona popular de Toronto, Canadá, hay unos 560 alumnos, con un 15% de musulmanes, hijos de emigrantes del Magreb. Los padres musulmanes se organizaron para protestar cuando descubrieron que a sus hijos les habían dado una clase de "anti-homo...
Enseñan doctrina gay en una escuela y no dejan a los padres sacar de esa clase a sus hijos
Padres de una escuela pública de Canadá protestan al descubrir que enseñan doctrina gay a sus hijos sin su consentimiento. En la escuela pública de Market Lane, en una zona popular de Toronto, Canadá, hay unos 560 alumnos, con un 15% de musulmanes, hijos de emigrantes del Magreb. Los padres musulmanes se organizaron para protestar cuando descubrieron que a sus hijos les habían dado una clase de "anti-homofobia" por sorpresa, en las que se pasaron videos de inocentes niños molestados por compañeros por tener dos papás o dos mamás, según recogía el 17 de noviembre el TORONTO STAR (www.thestar.com).
"Mostraban un estilo de vida gay a los niños sin conocimiento de los padres", dice indignado Mohamed Yassin, padre de tres hijos. Se refiere a una serie de videos que pasó en la escuela una de las trabajadoras sociales del departamento de enseñanza que la administración de Toronto envía por los colegios para "combatir la homofobia". En este caso, venía por solicitud del director del colegio, David Crichton, que lo llamó porque algunos profesores del colegio habían oído a unos niños burlándose de otros que tienen "padres" del mismo sexo. En el video, llamado Palos y piedras salían un niño quejándose: "lo peor de tener papás gays es que la gente se burla de ti", decía al entrevistador.
Según el director Crichton, haber dicho a los padres que se iba a emitir este vídeo y que ellos podían dejar a sus niños en casa ese día "no es enviar un mensaje claro a los estudiantes de mi escuela que pueden tener padres del mismo sexo". Así que se procedió a emitir la "educación anti-homofobia" sin avisar a los padres. En estos casos todos los niños deben ver el vídeo porque si los padres retiran a sus hijos para que no lo vean están haciendo un acto perjudicial a los niños de "familias gays".
"La educación anti-homofobia no es educación sexual. No describe actividades sexuales explícitas. Habla de familias", dice Michelle Flecker, una "trabajadora por la equidad" de la administración educativa de Toronto. "Las creencias religiosas no pasan por encima de los derechos humanos", dice su compañera Patricia Hayes. Ambas están en el gabinete de educadores que se ha reunido para tratar el tema. Y su veredicto es que no se puede permitir que los niños musulmanes (ni cualquier otro) estén exentos de las sesiones de "educación anti-homofobia".
El tema ha provocado incluso que se pronuncie el ministro de educación de Ontario, Gerard Kennedy, quien declaró a CANADIAN PRES:"Nuestros valores civiles incluyen el respeto por la orientación sexual. No creo que haya ningún daño a los padres que vean que sus hijos son expuestos a ideas distintas a las que enseñan en casa", aseguró. La prensa canadiense da una de cal y otra de arena. El editorial del 19 de noviembre de THE OTTAWA CITIZEN distingue entre libros como El compañero de habitación de papá, que promueve la homosexualidad como una conducta sexual aceptable, y estos materiales "contra la homofobia". "Estos videos no trataban sobre ser padre gay, sino sobre tener padres gay". A continuación comparan la oposición a estos videos con la enseñanza del creacionismo: "si los padres quieren enseñar creacionismo en casa, es su derecho ilimitado, pero si la evolución está en el currículum, los alumnos han de estudiarlo". Eso sí, "enseñar directamente a los estudiantes que el
comportamiento homosexual, o el divorcio, o el sexo prematrimonial, o beber alcohol, es moralmente neutro aunque haya personas equivocadas que dicen lo contrario, eso sí sería sobrepasar los límites de la escuela".
¿Y en España qué?
El uso de la "lucha contra la homofobia" como forma de saltarse la voluntad de los padres y educar en doctrinas homosexualistas no es una cosa exótica de la muy liberal Canadá.
Cuando aún gobernaba CiU en Cataluña, la comisión de cultura del Parlamento catalán aprobó el jueves 20 de febrero de 2003 una proposición no de ley, presentada por el grupo socialista, que encargaba al Gobierno catalán establecer la obligatoriedad de dar a conocer la homosexualidad en las escuelas. ¡Todos los grupos votaron a favor, incluido CiU, excepto el PP que se abstuvo!
La iniciativa pedía introducir en los currículums escolares "el conocimiento de la diversidad de orientaciones sexuales" y "su consideración desde el respeto y la solidaridad". El material didáctico de educación infantil, primaria, secundaria y universitaria debía ver la "diversidad sexual" como una "realidad existente y legítima" y de lo contrario no sería homologada por el Departamento de Enseñanza. Y se exige "garantizar la existencia de todas las opciones sexuales en el material de las bibliotecas y de los centros escolares, para acelerar la normalización de la opinión ciudadana ante el hecho homosexual".
En esta línea, hay diversas asociaciones de ocio juvenil y agrupamientos scouts en Cataluña y el resto del estado que han firmado convenios de colaboración con grupos gays para fomentar su ideología entre los niños y jóvenes. EN España hay 8,9 millones de matrimonios y unas 10.000 uniones homosexuales censadas. Ese 0,11% pretende cambiar la idea de matrimonio del resto, a través de las leyes, los medios de comunicación, y finalmente la enseñanza. Un 0,11% tiene la intención y el método para conseguir imponerse a un 99,89%. Y el método es el de Canadá, a menos que las familias españolas reaccionen.