Cuando terminé de leer, levanté la vista y ella me respondió con una sonrisa bondadosa
Estaba sentado en el último banco de la iglesia cuando se me acercó una señora setentona, de rostro enjuto, piel blanquísima y ojos claros. Llamó mi atención y de una bolsa de plástico color verde botella sacó un sobre rojo manuscrito. Me lo entregó. Lealo por favor, dijo mientras esperaba de pie a que terminara de leerlo.
El anverso del sobre decía:
Presidente Barack Obama
The White House
1600 Pennsylvania Ave.
Washington D.C 20500″
En el reverso ponía lo siguiente:
Este sobre representa a un niño que murió en un aborto. Está VACÍO porque esa vida no pudo ofrecer nada al mundo. La responsabilidad comienza con la concepción. A usted le dieron el derecho a la vida. Por favor, deje que todos los no nacidos reciban ese don precioso de DIOS.
Cuando terminé de leer, levanté la vista y ella me respondió con una sonrisa bondadosa.
Si está de acuerdo, no tienen más que ponerle un sello y su remite, y envíelo así, como está, vacío.