En víspera de la firma del Tratado constitucional de UE
CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 28 octubre 2004 (ZENIT.org).- Aunque la Constitución de la Unión Europea (UE) no lo reconozca, Juan Pablo II subrayó este jueves ante Romano Prodi, presidente saliente de la Comisión Europea, el papel decisivo que ha desempeñado el cristianismo en la conformación de una conciencia común de los pueblos europeos. El encuentro tuvo lugar en la víspera de la firma del Tratado constitucional por parte de los represe...
En víspera de la firma del Tratado constitucional de UE
CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 28 octubre 2004 (ZENIT.org).- Aunque la Constitución de la Unión Europea (UE) no lo reconozca, Juan Pablo II subrayó este jueves ante Romano Prodi, presidente saliente de la Comisión Europea, el papel decisivo que ha desempeñado el cristianismo en la conformación de una conciencia común de los pueblos europeos.
El encuentro tuvo lugar en la víspera de la firma del Tratado constitucional por parte de los representantes de los 25 países que actualmente conforman la Unión, y le dio la oportunidad a Prodi de despedirse del Papa en calidad de comisario europeo.
«El lugar elegido para la firma, el mismo en el que en 1957 nació la Comunidad Europea, tiene un claro valor simbólico: quien dice Roma, dice irradiación de valores jurídicos y espirituales universales», reconoció el Santo Padre.
«La Santa Sede ha favorecido la formación de la UE antes de que se estructurase jurídicamente y ha seguido con activo interés las sucesivas etapas. Siempre ha sentido el deber de expresar abiertamente las justas expectativas de un gran número de ciudadanos cristianos de Europa, que así lo solicitaban», subrayó.
«Por eso, la Santa Sede ha recordado a todos que el cristianismo, en sus diferentes expresiones, ha contribuido a la formación de una conciencia común de los pueblos europeos y ha ayudado enormemente a plasmar sus civilizaciones --reconoció--. Ya sea reconocido o no en los documentos oficiales, este es un dato innegable que ningún historiador podrá olvidar».
El encuentro se celebró en un ambiente de amistad, pues el Papa conoce a Prodi, católico practicante, desde hace años.
«Santidad, ¿cómo está?», preguntó el representante europeo al ser recibido por el Papa, quien le respondió diciendo «Bastante bien», y le echo una mano a la espalda, en un gesto de afecto.
«Llego al final de mi mandato», dijo Prodi, mientras la puerta de la biblioteca del Papa se cerraba para preservar el carácter privado de ese encuentro que duró diez minutos.
La segunda parte de la audiencia, que duró otros diez minutos, contó con la participación de los familiares y colaboradores de Prodi. El Papa acarició a las dos nietas pequeñas del comisario europeo.
En su discurso el obispo de Roma le felicitó por la labor realizada en la Comisión Europea y manifestó su deseo de que «las dificultades surgidas en estos días concernientes a la nueva Comisión encuentren una solución de respeto recíproco en espíritu de concordia entre todas las instancias interesadas».
El presidente designado de la Comisión, el portugués Durao Barroso, ha tenido que retirar su propuesta de equipo, entre otras cosas y sobre todo, porque una Comisión del Parlamento Europeo rechazó al comisario designado de Justicia e Interior, el italiano Rocco Buttiglione, por haber manifestado su posición, en cuanto católico, sobre argumentos como la homosexualidad y la familia.
«Que la Unión Europea exprese siempre lo mejor de las grandes tradiciones de sus Estados miembros, trabaje activamente en el campo internacional por la paz entre los pueblos y ofrezca una ayuda generosa para el crecimiento de los pueblos más necesitados de los otros continentes», deseó el Santo Padre.
Tras encontrarse con el Papa, Prodi se reunió con el cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado, a quien acompañaba el arzobispo Giovanni Lajolo, secretario para las Relaciones con los Estados.
«Durante los coloquios han pasado revista a algunos problemas actuales, con especial referencia a la unidad europea y al papel internacional de Europa, sobre todo en la paz en el mundo y en el desarrollo de los pueblos, en especial los de África», informó Joaquín Navarro-Valls, portavoz de la Santa Sede.
Prodi entregó como regalo al Papa un libro de imágenes sobre Europa vista desde lo alto así como una reproducción del continente también visto desde lo alto. «Me he permitido escribirle una dedicación a usted, que desde lo alto nos ha mostrado Europa», explicó.