almudi.org Los católicos ante las elecciones en Estados Unidos
Entrevista con el
cardenal Theodore McCarrick, arzobispo de Washington
NUEVA YORK, martes, 31
agosto 2004 (ZENIT.org).- «Libertad de
conciencia, pero sólo después de haberse informado a fondo sobre las enseñanzas
de la Iglesia»: es una fórmula que debe orientar la decisión política de un
católico, según explica el cardenal Theodore McCarrick, arzobispo de Washington
(EE. UU.) y presidente d...
almudi.org Los católicos ante las elecciones en Estados Unidos
Entrevista con el
cardenal Theodore McCarrick, arzobispo de Washington
NUEVA YORK, martes, 31
agosto 2004 (ZENIT.org).- «Libertad de
conciencia, pero sólo después de haberse informado a fondo sobre las enseñanzas
de la Iglesia»: es una fórmula que debe orientar la decisión política de un
católico, según explica el cardenal Theodore McCarrick, arzobispo de Washington
(EE. UU.) y presidente de la comisión de la Conferencia Episcopal de Estados
Unidos encargada de las relaciones entre católicos y vida pública.
El electorado estadounidense --aproximadamente una cuarta parte es católica--
acudirá en noviembre a las urnas para elegir un nuevo presidente. Sin tomar
partido por ningún candidato, los prelados católicos del país ofrecen
orientaciones que ayuden a los fieles a asumir su «deber moral» con
responsabilidad, como explica el purpurado en esta entrevista concedida al
diario italiano «Avvenire».
--En un sistema bipartito como el estadounidense es muy difícil que la
plataforma programática de un candidato «satisfaga» cada elemento de la doctrina
social católica. ¿Cómo debe comportarse un católico frente a dos candidatos
forzosamente «imperfectos»?
--Cardenal McCarrick: Encontrar el candidato ideal no sólo es difícil, es
imposible. A los fieles decimos sin embargo con claridad que es siempre
importante seguir apoyando los principios que definen la moral católica y
tenerlos vivos en las conciencias de los candidatos como de los propios
electores. Queremos hacer entender que como pastores estamos profundamente
implicados e interesados en la vida pública del país.
--¿Qué indicaciones ofrecen, como obispos, a los católicos de Estados Unidos
que se preparan para las votaciones de noviembre?
--Cardenal McCarrick: La premisa es que los obispos no se ponen del lado de un
candidato o del otro. No queremos entrar directamente en las decisiones
políticas. Lo que hacemos es indicar la doctrina social católica y los
documentos sobre la relación entre vida pública y catolicismo publicados por la
Santa Sede, y presentar a los fieles los criterios que deben guiar las opciones
políticas de un católico. La idea de fondo es que ser un ciudadano responsable
es una virtud y participar en el proceso político y electoral es un deber moral.
--¿Cuáles son entonces los principios que un católico debe poner en primer
lugar al tomar una decisión política?
--Cardenal McCarrick: Primero está el respeto a la vida: éste debe ser el
fundamento de toda discusión y decisión política. Pero no será el único valor de
referencia. La doctrina católica indica como necesaria también una política
responsable ante las cuestiones ligadas a la paz y a la justicia social y a la
ayuda a los pobres. Buscamos comunicar a los fieles que una ciudadanía
responsable significa conocer estos temas y salvaguardarlos. Decimos también que
toda decisión debe ser tomada en libertad de conciencia, pero sólo después de
haberse informado a fondo sobre las enseñanzas de la Iglesia.
--En los pasados meses más de un obispo estadounidense ha hablado,
públicamente o en la Conferencia Episcopal, de la posibilidad de no ofrecer la
Eucaristía a candidatos que se profesan católicos, como John Kerry, pero que
apoyan el derecho al aborto. Los documentos de la reciente asamblea de los
obispos de EE. UU. en Colorado han parecido cautos en la materia. ¿Cuál es la
conclusión de la comisión que preside?
--Cardenal McCarrick: Estamos aún trabajando sobre la cuestión, pero por el
momento la decisión está confiada a cada obispo, que conoce mejor que cualquier
otro las circunstancias que se verifican en su diócesis, así como el compromiso
y la acción de los políticos locales. Tenemos completa confianza en que cada uno
de ellos sabrá tomar la decisión justa. Pero a todos los obispos les hemos hecho
notar que, como Conferencia Episcopal, deseamos evitar que sobre la Eucaristía
se ceben instrumentalizaciones de carácter político y que el altar no es el
lugar apropiado para batallas que se pueden y deben pelear en otro sitio.
--¿Cuál es la función de la comisión «Católicos y vida pública»?
--Cardenal McCarrick: El objetivo de nuestro trabajo es dialogar y educar.
Buscamos a continuación la mejor manera de ponernos en relación con los
políticos católicos de ambas formaciones, e intentamos tener abierto el diálogo
con todos. Deseamos explicarles cuáles son los temas importantes para un
católico y por qué. Y recordamos que aún en el respeto de su libertad de
conciencia, si actúan en desacuerdo con la doctrina católica, no deben, en
conciencia, acercarse al altar a recibir la Comunión.
--La semana pasada, usted y otros cardenales estadounidenses participaron en
un congreso de la asociación de los Caballeros de Colón que también tuvo la
participación de George W. Bush. La prensa norteamericana lo ha interpretado
como un apoyo implícito a la reelección del presidente. ¿Qué responde?
--Cardenal McCarrick: Respondí a la invitación de una asociación que está muy
activa en todas las diócesis estadounidenses y contribuye enormemente a las
vocaciones y a la actividad caritativa de los católicos de Estados Unidos. Es la
mayor asociación católica de Estados Unidos y por tradición invita siempre a los
obispos y cardenales de EE. UU. a su asamblea anual, a la que yo --por ejemplo--
nunca falto. Nadie, incluyéndome a mí, fue en honor del presidente, sino por una
jornada provechosa de encuentros y de trabajo.
--Las interpretaciones más disparatadas del comportamiento de los miembros de
la Iglesia en Estados Unidos están a la orden del día en la campaña electoral.
¿Le perturban? ¿Cree que se pueden evitar?
--Cardenal McCarrick: Instrumentalizaciones y malentendidos son siempre
posibles, y es muy difícil evitarlos. En especial si un pastor vive y trabaja en
Washington, como hago yo, está aún más implicado en la vida política nacional y
está aún más expuesto a la atención de los medios. Es importante saber cómo
tratar estas situaciones sin fomentar habladurías, y la comisión que presido
aporta a los obispos muchas sugerencias al respecto. Pero lo principal siempre
es tener abierto el diálogo con todos, incluso con el riesgo de malentendidos.
Me he encontrado más de una vez «en problemas», por así decirlo, por estar
dispuesto a encontrarme con todos y a hablar con todos, pero tengo intención de
seguir haciéndolo. El ejemplo del Santo Padre al respecto es claro y yo
procuraré seguirlo siempre.