almudi.org El Papa abre la ruta hacia la JMJ de Colonia
LA RAZÓN, martes 31 de agosto de 2004
Nicolás de Cárdenas
Madrid- Seguir la ruta de los Reyes Magos de la tradición bíblica para adorar a
Dios hecho hombre en pleno verano es el último reto que Juan Pablo II ha lanzado
a los jóvenes del mundo entero. Bajo el lema «Hemos venido a adorarle», el Santo
Padre ha redactado desde la residencia estival de Castel Gandolfo su mensaje
para la XX Jorn...
almudi.org El Papa abre la ruta hacia la JMJ de Colonia
LA RAZÓN, martes 31 de agosto de 2004
Nicolás de Cárdenas
Madrid- Seguir la ruta de los Reyes Magos de la tradición bíblica para adorar a
Dios hecho hombre en pleno verano es el último reto que Juan Pablo II ha lanzado
a los jóvenes del mundo entero. Bajo el lema «Hemos venido a adorarle», el Santo
Padre ha redactado desde la residencia estival de Castel Gandolfo su mensaje
para la XX Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que tendrá lugar el próximo
verano en la ciudad alemana de Colonia, y en la que espera poder reencontrarse
con los «centinelas del manaña». La propuesta de Su Santidad, a sus 84 años de
edad, es la de «recorrer idealmente», junto a los Magos, cuyas reliquias se
veneran en Colonia, un camino que les lleve a «encontrar, como ellos, al Mesías
de todas las naciones». El Vicario de Cristo expone en su misiva que la
adoración a Cristo supone «reconocerlo como nuestro Creador, único Señor y
Salvador» y ofrecerle « el oro de la libertad de seguirlo por amor respondiendo
fielmente a su llamada, el incienso de vuestra oración ardiente y la mirra, es
decir, el afecto lleno de gratitud hacia Él». Del mismo modo que los Reyes Magos
«se retiraron a su país por otro camino», Juan Pablo II ha llamado a los jóvenes
que acudan a Colonia a volver a sus países de origen por el camino de la
conversión tras haber «escuchado a Cristo y adorarlo», lo que «lleva a hacer
elecciones valerosas», como los son responder a las vocaciones sacerdotales y
religiosas: «Quien advierte esta invitación no tenga miedo de responderle “sí” y
le siga generosamente», exhorta el Santo Padre. Por último, el sucesor de san
Pedro hace un nuevo y vigoroso llamamiento a la «urgencia de ser testigos del
amor contemplado en Cristo» pues «la Iglesia necesita santos. Todos estamos
llamados a la santidad y sólo los santos pueden renovar la humanidad».