El 5 de marzo, presidida por el Cardenal Ruini, tendrá lugar en el Palacio del Laterano la Sesión de apertura del tribunal del Vicariato de Roma, que intervendrá en la causa de canonización de monseñor Álvaro del Portillo, prelado del Opus Dei (Madrid, 1914 ? Roma, 1994).<br />Don Álvaro, como le llaman millones de personas que acuden a su intercesión en todo el mundo, era un brillante estudiante de ingeniería cuando conoció a Josemaría Escrivá de Balaguer. Sintiendo que Dios lo llamaba por ese ca...
El 5 de marzo, presidida por el Cardenal Ruini, tendrá lugar en el Palacio del Laterano la Sesión de apertura del tribunal del Vicariato de Roma, que intervendrá en la causa de canonización de monseñor Álvaro del Portillo, prelado del Opus Dei (Madrid, 1914 ? Roma, 1994).
Don Álvaro, como le llaman millones de personas que acuden a su intercesión en todo el mundo, era un brillante estudiante de ingeniería cuando conoció a Josemaría Escrivá de Balaguer. Sintiendo que Dios lo llamaba por ese camino, se incorporó al Opus Dei en 1935. Sacerdote desde 1944 ?terminados sus estudios civiles y eclesiásticos?, fue el principal colaborador de san Josemaría y su sucesor, en 1975, al frente del Opus Dei.
En Roma, donde residía desde 1946, era muy apreciado ?entre otros motivos? por su trabajo en el Concilio Vaticano II (1962-1965), en el que contribuyó a potenciar el papel de los laicos en la Iglesia, que resumía con estas palabras: "llevar el mensaje de Cristo a todas las realidades terrenas: la familia, la profesión, las actividades sociales y convertirlas en ocasión de encuentro de Dios con los hombres". Fue secretario de la comisión del Concilio que elaboró el Decreto
"Presbyterorum Ordinis" sobre el ministerio y la vida sacerdotal.
Por su bondad y su humildad muchas personas de toda clase y condición le tenían grandísimo afecto. El escritor y periodista Vittorio Messori, que en una ocasión le hizo una entrevista, declaró después de la muerte de don Álvaro que al terminar de hablar con él, ante su llaneza y caridad sacerdotal, había sentido el deseo de confesarse, más que ocuparse de la entrevista.
El día del fallecimiento de Alvaro del Portillo, Juan Pablo II, que le había ordenado obispo en 1991, acudió a rezar ante sus restos mortales.
La Congregación para las Causas de los Santos ha establecido que en la primera fase de la Causa, o investigación diocesana sobre la vida, las virtudes y la fama de santidad de Álvaro del Portillo, intervengan dos tribunales: uno del Vicariato de Roma y uno de la Prelatura del Opus Dei. Las sesiones de este segundo tribunal darán comienzo el 20 de marzo. Los dos tribunales son igualmente competentes para realizar ?con la necesaria coordinación? la instrucción de la causa (recibir las declaraciones de testigos y recoger documentos), pero no están llamados a pronunciar una sentencia: esto compete exclusivamente a la Santa Sede.
Con Álvaro del Portillo son siete los fieles de la prelatura del Opus Dei de los que hay actualmente abierta la causa de canonización. Entre ellos están Montse Grases (1941-1959), estudiante catalana que sobrellevó con alegría ejemplar una dolorosa enfermedad; Ernesto Cofiño (1899-1991), padre de familia y médico pediatra guatemalteco, que convirtió su profesión en un servicio constante a los demás, y Tony Zweifel (1938-1989), un ingeniero suizo.
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