Almudi.org. El Papa reafirma su pasión ecuménica
Juan Pablo II se refirió a la declaración en las palabras pronunciadas el domingo 1 de octubre, antes del rezo del Ángelus.
"En la cumbre del Año Jubilar, con la declaración Dóminus Iesus -Jesús es el Señor-, que he aprobado de forma especial, he querido invitar a todos los cristianos a renovar su adhesión a Cristo en la alegría de la fe, atestiguando un&aac...
Almudi.org. El Papa reafirma su pasión ecuménica
Juan Pablo II se refirió a la declaración en las palabras pronunciadas el domingo 1 de octubre, antes del rezo del Ángelus.
"En la cumbre del Año Jubilar, con la declaración Dóminus Iesus -Jesús es el Señor-, que he aprobado de forma especial, he querido invitar a todos los cristianos a renovar su adhesión a Cristo en la alegría de la fe, atestiguando unánimemente que Él es, también hoy y mañana, 'el camino, la verdad y la vida'. Nuestra confesión de Cristo como único Hijo, mediante el cual nosotros mismos vemos el rostro del Padre, no es arrogancia que desprecia a las otras religiones, sino agradecimiento gozoso porque Cristo se nos ha mostrado sin ningún mérito por nuestra parte. Y Él, al mismo tiempo, ha hecho que nos comprometiéramos a seguir dando lo que hemos recibido y también a comunicar a los de-más lo que se nos ha dado, porque la Verdad y el Amor que es Dios pertenecen a todos los hombres".
"Con el apóstol Pedro confesamos que 'en ningún otro nombre hay salvación'. La declaración Dóminus Iesus, sobre las huellas del Vaticano II, muestra que esto no significa que se niegue la salvación a los no cristianos, sino que se indica la fuente última en Cristo, en quien se unen Dios y hombre. Dios da a todos luz de manera adecuada a su situación interior y ambiental, concediéndoles la gracia salvífica a través de caminos que Él conoce. El documento aclara los elementos cristianos esenciales, que no obstaculizan el diálogo, sino que muestran sus bases, porque un diálogo sin fundamentos estaría destinado a degenerar en palabrería hueca".
"Esto es también válido para la cuestión ecuménica. Si el documento, con el Vaticano II, declara que 'la única Iglesia de Cristo subsiste en la Iglesia católica', no significa que tenga en poca consideración a las otras Iglesias y comunidades cristianas. Esta convicción va acompañada por la conciencia de que esto no es un mérito humano sino un signo de la fidelidad de Dios, que es más fuerte que las debilidades humanas y que los pecados, que confesamos de forma solemne ante Dios y ante los hombres al principio de la Cuaresma [acto sobre la "purificación de la memoria": ver servicio 36/00]. La Iglesia católica sufre -como dice el documento- por el hecho de que verdaderas Iglesias particulares y comunidades eclesiales con elementos preciosos de salvación están separadas de ella".
"El documento manifiesta una vez más la misma pasión ecuménica que constituye la base de mi encíclica Ut unum sint. Espero que esta Declaración, que para mí significa tanto, después de tantas interpretaciones equivocadas, pueda asumir finalmente su función de aclaración y al mismo tiempo de apertura".
Aceprensa