Almudi.org. Testimonio de un ex-toxicómano
Juan Luis sonríe tras ser liberado del mundo de las drogas
Mónica Vázquez - Madrid.- (16/07/03)
«Tenía dinero, droga, todo lo que quería, pero estaba en un mundo de
falsedad, de oscuridad, de cinismo. Veía a la gente morirse, se pinchaban.
Amigos ahí no hay nadie, por una raya se venden. Ahí es todo juerga y cuando
es todo juerga no eres tú. Yo probé de todo, estaba tres o cuatro días sin
comer, todo el día drogado», r...
Almudi.org. Testimonio de un ex-toxicómano
Juan Luis sonríe tras ser liberado del mundo de las drogas
Mónica Vázquez - Madrid.- (16/07/03)
«Tenía dinero, droga, todo lo que quería, pero estaba en un mundo de
falsedad, de oscuridad, de cinismo. Veía a la gente morirse, se pinchaban.
Amigos ahí no hay nadie, por una raya se venden. Ahí es todo juerga y cuando
es todo juerga no eres tú. Yo probé de todo, estaba tres o cuatro días sin
comer, todo el día drogado», recuerda Juan Luis. Este asturiano de 22 años
estuvo cinco de ellos sumergido en el mundo de las drogas hasta que en la Pascua
de Toledo de este año, a la que fue obligado por su tía, tuvo una experiencia
de Dios vivo y amoroso. Dejó de creer en Dios cuando murió su hermano de cáncer.
Además dejó los estudios y cortó la comunicación con sus padres. «Empecé a
trabajar pero ganaba poco. Me rodeaba con gente que estaba en el mundo de la
droga. De repente un amigo que vendía desaparece y la gente me empezó a
llamar. «Y tú ¿tienes algo...?», narra. «Tenía dinero, tenía droga, tenía
todo lo que quería y la gente me decía, ‘dame una rayita’ y al día
siguiente le pides un euro, y te dan vuelta la cara. Es todo una falsedad»,
sentencia.
Pasaba el día drogado
«Probé de todo. Estaba tres o cuatro días sin comer, todo el día
drogado. Te levantas y haces como un examen de conciencia, pero enseguida te están
tocando a la puerta o llamando por teléfono», asegura. Juan Luis reflexiona
que todo «se basaba en el dinero, el dinero lo hace todo. Yo me estaba tomando
una cerveza y ya me pedían droga. En Asturias hay mucho vicio, de 100 personas
que salen, 90 se drogan. Son de todas las edades, de 15 para arriba, los más
chicos suelen comprar pastillas por cinco euros, algunas las dejé de vender
porque las consumía yo», señala. «Algunos vienen de traje y corbata... » «Tuve
una vida llena de cinismo, de oscuridad total», medita. Empezó por un amigo:
«si no te metes te dejo aquí», él le siguió. Decidió cambiar de vida
cuando volvió drogado a su casa. Su madre lo abrazó y casi se desmaya. El mal
de Parkinson que padecía se veía agravado con las preocupaciones por su hijo.
Lo dejó todo y se fue con sus tíos a Toledo. La tía lo impulsó a ir a un
retiro de Pascua que organizaba la Renovación Carismática en Madridejos y fue
pensando que sería un rollo. «Al revivir la noche del Viernes Santo, comencé
a llorar. El padre Jesús Robledo contaba lo que había sucedido. No pude
contener las lágrimas. Fue impactante, sentí que me clavaban a mí», narra
emocionado. «Cuando era mi turno pasé al frente del crucifijo y lo besé. Fue
como estar ante Cristo, como si me estuviera hablando: ‘te perdono, sigue este
camino...’, señala. «Dije: esto me gusta, siento mucha paz, una paz interior
que antes ningún día tenía», reflexiona. Ahora todo ha cambiado. Juan Luis
asegura estar enamorado. «Cuando trabajo a veces rezo un padrenuestro, pienso
en Dios para pasar el día más ameno, es como estar enamorado», expresa
radiante.
(LA RAZON)