Guillermo Blasco: «El perdón de mis padres a los asesinos de mi hermano se grabó en mi corazón»
Su testimonio de perdón a los asesinos de su hermano ante Juan Pablo II en Cuatro Vientos supuso un especial momento de emotividad entre el millón de jóvenes presentes
Luján Artola (07/05/03)
En agosto de 1998 vivió el momento más duro de su vida. Con 14 años, alguien con un castellano mal hablado llamó a su casa por la noche para decirles que había habido un atentado del IRA en Omag (Irlanda del Norte), y que su hermano pequeño de doce años estaba muy grave. La muerte de Fernando unió a toda la familia. En aquellos momentos de gran dolor hubo algo diferente, y es que desde el principio estuvo iluminado por el perdón. Sus padres le eseñaron a aceptar, a perdonar y a vivir la vida sin rencor ni amargura. El pasado sábado, delante del Santo Padre y de un millón de jóvenes, consiguió conmover los corazones de todos al contar su testimonio cristiano de perdón. Guillermo, con 19 años, consiguió que sus palabras resonaran en Cuatro Vientos como la esperanza del futuro.
Cuéntame un poco cómo viviste el día en el que mataron a tu hermano en Irlanda, y lo que pasó después en tu familia.
Acababa de venir de hacer el Camino de Santiago, el día 15 de agosto al principio pensé que era una broma Me pasé toda la noche llamando a los hospitales de Irlanda hasta que al día siguiente nos confirmaron la noticia e inmediatamente me fui con mi padre a Misa.
«Fernando está en el Cielo»
Recibisteis un gran ejemplo de entereza en vuestra casa
Mis padres son muy fuertes, y si nosotros no veíamos a mis padres derrumbarse, pues nosotros tampoco. Nos dijeron que Fernando se había ido al Cielo si es así, es así te lo preguntas, pero la respuesta fue clarísima Así me empecé a preguntar cómo le habíamos tratado, cómo nos habíamos portado con él . Y entonces llegó el día del funeral de mi hermano en el que el padre Cano me dijo que ahora tenía que echarle valor, que tenía que sonreír y así lo hice. Fue un año muy duro. Todos mis amigos, la Congregación Mariana, mis padres todos me llevaban por el camino para poder superarlo La fe es capaz de curar los males de hoy que nadie cura.
Y entonces ¿perdonaste?
Es un don de Dios superarlo, porque yo conozco mucha gente que ha vivido tragedias y se han derrumbado.
¿Quién quería más a tu hermano Fernando?
Mi madre, y si ella perdonó, pues yo también, de cabeza. Cuando mis padres perdonaron a los asesinos de mi hermano, su testimonio se grabó a fuego en mi corazón.
Guillermo, eres un joven del mundo pero sin ser del mundo...
Yo estoy en medio del mundo y me doy cuenta de que todos tenemos tendencia al bien, todos saben lo que está bien y mal pero al final sientes una unión mayor con quien tiene fe Tengo problemas como todo el mundo, pero descubres que cuando los demás están destrozados, tú sales a flote si estás convencido de algo tienes que decirlo, y así todos mis amigos saben que lo más importante para mí es la fe. La mayoría de los jóvenes que están a favor del aborto, los que se emborrachan los viernes es porque nadie les ha enseñado otra forma de vivir, nadie les ha enseñado que, por ejemplo, pueden pasárselo bien en una peregrinación.
¿Qué sentiste al hablar ante el Papa y delante de un millón de jóvenes?
En aquel momento sentí el viento que me empujaba hacia fuera (se ríe a carcajadas) y leí todo con mucha ilusión. Un rato antes de salir me llegó un mensaje de mi madre (me enseña el móvil, y con orgullo lee): «Déjate llenar del Espíritu Santo, cuando leas, que sea Él el que hable a través de ti». La verdad es que me impresionó mucho el sentido del humor del Papa. Inteligente, no como el humor barato, de hoy que lo único que hacen es reírse de todo el mundo.
El Papa nos dijo que no tengamos miedo, que tenemos que ser los centinelas del mañana
Tenemos que estar en el mundo dando testimonio de nuestra fe, pero sabiendo que te van a atacar por ello Que se reirán de ti, se meterán contigo si no pasase eso, entonces es que la fe estaría de moda y las modas pasan.
Por último, ¿cuáles son «tus sueños y esperanzas»?
Tengo muchos sueños y esperanzas . El sábado pasado nos estaba diciendo el Papa a la juventud que espabilásemos, que cuando los gobernantes de ahora se jubilen, ¿quién va a llevar a España por los caminos del futuro? Nos dijo que nos llenemos de ideales que la juventud de hoy está «emporrada» y mirando de lado. El Papa nos animó a que nos formemos en Cristo, porque es quien hace crecer a los árboles rectos hay que luchar por ello.
La Razón
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