Almudí.org. Luchar contra la pederastía apoyando a la familia
CIUDAD DEL VATICANO, 31 octubre 2002 (ZENIT.org).-
Juan Pablo II condenó con energía este jueves todo tipo de abuso cometido
contra niños o adolescentes, en particular los abusos sexuales, y pidió
responder con decisión apoyando particularmente a las familias.
Al recibir las cartas credenciales del nuevo
embajador de Bélgica ante la Santa Sede, Benoît Cardon De Lichtbuer, de 60 años
de edad, diplomático...
Almudí.org. Luchar contra la pederastía apoyando a la familia
CIUDAD DEL VATICANO, 31 octubre 2002 (ZENIT.org).-
Juan Pablo II condenó con energía este jueves todo tipo de abuso cometido
contra niños o adolescentes, en particular los abusos sexuales, y pidió
responder con decisión apoyando particularmente a las familias.
Al recibir las cartas credenciales del nuevo
embajador de Bélgica ante la Santa Sede, Benoît Cardon De Lichtbuer, de 60 años
de edad, diplomático de carrera, el Papa afrontó la cuestión de la
pederastia, que en los últimos años ha conmovido al ese país, a causa varios
escándalos, algunos de ellos acabados en asesinatos.
«La actualidad reciente ha mostrado de manera con
frecuencia dramática la necesidad de proteger en nuestras sociedades
desarrolladas a los niños y de asegurar que la educación esté realmente al
servicio del desarrollo integral de sus personas, tanto en las familias como en
las escuelas», afirmó.
«Es necesario para ello condenar con el máximo
vigor los abusos sexuales contra jóvenes», dijo con convicción el Papa.
«Hay que seguir también una política audaz de
apoyo a las víctimas --añadió--, para ayudarles en su tarea educativa,
particularmente apoyando la institución del matrimonio».
«En canto unión fundamental entre un hombre y una
mujer, el matrimonio permite a la familia ser el lugar estable y equilibrado de
realización de los niños, algo que se logra a partir de lazos afectivos en
referencia a las figuras materna y paterna», aseguró.
«Es necesario al mismo tiempo --insistió--,
recordar y honrar la responsabilidad de los educadores, reconociendo el trabajo
difícil que asumen en nombre de toda la sociedad, en la formación humana,
moral, y espiritual de los ciudadanos del mañana».
ZS02103107