Almudi.org. Ordenación de jóvenes con desvíos afectivos
«Tendrán que rendir cuentas directamente ante Dios»,
advierte
CASTEL GANDOLFO, 5 septiembre 2002 (ZENIT.org).-
Juan Pablo II lanzó este jueves un exigente llamamiento a los obispos para que
realicen una atenta selección de los candidatos al sacerdocio con el fin de
evitar que se repitan escándalos producidos por desviaciones afectivas de
presbíteros.
Al encontrarse en la mañana de este jueves con los obis...
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Juan Pablo II lanzó este jueves un exigente llamamiento a los obispos para que
realicen una atenta selección de los candidatos al sacerdocio con el fin de
evitar que se repitan escándalos producidos por desviaciones afectivas de
presbíteros.
Al encontrarse en la mañana de este jueves con los obispos brasileños de las
diócesis cercanas a Río de Janeiro, en la residencia pontificia de Castel
Gandolfo, al final de su visita quinquenal «ad limina» al Papa y a la Sede
apostólica, el obispo de Roma utilizó palabras muy fuertes.
«Es mi deber encarecer una renovada atención a la selección de las vocaciones
al Seminario, poniendo todos los medios a disposición para lograr un adecuado
conocimiento de los candidatos, en particular desde el punto de vista moral y
afectivo», afirmó el Papa.
«Que ningún obispo se sienta excluido de este deber de conciencia
--subrayó--. Tendrá que rendir cuentas directamente ante Dios».
El sucesor de Pedro consideró que «sería lamentable que por una malentendida
tolerancia, se admitiera a la ordenación a jóvenes inmaduros o con evidentes
signos de desviaciones afectivas, que --como es tristemente conocido-- pueden
causar grave escándalo en la conciencia de los fieles y daño evidente para
toda la Iglesia».
Por ello, recordó que «es fundamental una sólida formación para la vida de
oración y para la liturgia», y señaló que «la fidelidad a la doctrina sobre
el celibato sacerdotal por el Reino de los Cielos debe ser considerada con gran
estima por la Iglesia».
Especialmente, insistió, «cuando se trata de discernir en los candidatos al
sacerdocio la llamada a una entrega incondicional y plena».
«Es necesario recordarles que el celibato no es un elemento extrínseco e
inútil --una superestructura-- a su sacerdocio, sino una conveniencia íntima
para participar en la dignidad de Cristo y en el servicio de la nueva
humanidad», aclaró.
El pontífice profundizó en las raíces del problema: «causa profunda tristeza
y preocupación la existencia, en algunas escuelas teológicas o seminarios de
profesores, de profesores poco preparados, o que incluso viven en desacuerdo con
la Iglesia».
Explicó que no es posible dejar que «los que se forman sean expuestos a
desviaciones de los formadores y profesores sin explícita comunión eclesial, y
sin un testimonio claro de búsqueda de la santidad».
Uno de los medios con los que cuenta la Iglesia para tratar de promover esta
selección y formación de los candidatos al sacerdocio son las visitas
apostólicas que en general encarga la Santa Sede a representantes para
verificar el estilo de vida y de enseñanza de los seminarios.
Este instrumento «dejaría efectos significativos y duraderos», reconoció el
Papa con sinceridad, «si los obispos asumieran decididamente la inmediata
introducción de los cambios solicitados por el visitador».
ZS02090509