En vísperas de la Cumbre sobre Desarrollo Sostenible de JohannesburgoCIUDAD DEL VATICANO, 23 agosto 2002 (ZENIT.org).- El respeto de la creación, don de Dios para todos los hombres y no sólo para pocos privilegiados, es el mensaje central de un libro publicado por la Santa Sede en el que se recoge la enseñanza sobre ecología de la Iglesia católica.Con el título «De Estocolmo a Johannesburgo: Una panorámica histórica de la preocupación de la Santa Sede por el ambiente», el volumen...
En vísperas de la Cumbre sobre Desarrollo Sostenible de Johannesburgo
CIUDAD DEL VATICANO, 23 agosto 2002 (ZENIT.org).- El respeto de la creación, don de Dios para todos los hombres y no sólo para pocos privilegiados, es el mensaje central de un libro publicado por la Santa Sede en el que se recoge la enseñanza sobre ecología de la Iglesia católica.
Con el título «De Estocolmo a Johannesburgo: Una panorámica histórica de la preocupación de la Santa Sede por el ambiente», el volumen recién presentado, aparece con motivo de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible que tiene lugar en Johannesburgo (Sudáfrica) del 26 de agosto al 4 de septiembre.
El documento, que por el momento se publica en inglés, ha sido redactado por el Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz, y es editado por la Librería Editora Vaticana.
Recoge la posición de la Iglesia católica en temas tan decisivos como el crecimiento demográfico, el acceso a los recursos naturales, el impacto de la manipulación genética, teniendo en cuenta la reflexión surgida a partir de 1972, cuando tuvo lugar la primera Conferencia de la ONU sobre el Desarrollo Humano organizada en Estocolmo.
En aquella ocasión la comunidad internacional tomaba conciencia de la creciente degradación natural; en la cita de Johannesburgo, tendrá que afrontar eficaces soluciones de desarrollo para toda la familia humana prestando particular atención al respeto del equilibrio ecológico en peligro.
El libro recoge documentos que comienzan con la constitución «Lumen Gentium» del Concilio Vaticano II (1964) hasta llegar a la última Declaración de Venecia de Juan Pablo II en el mes de junio pasado, firmada junto al patriarca Bartolomé de Constantinopla.
El mensaje de la Iglesia ha sido siempre el mismo, subraya en el prefacio monseñor Giampaolo Crepaldi, secretario del Consejo para la Justicia y la Paz: «tenemos la obligación moral de tutelar el ambiente, de respetar la Creación de Dios y asegurar que sus bienes sean distribuidos equitativamente entre todos».
El libro de 150 páginas, realizado gracias a la contribución de la religiosa estadounidense Marjorie Keenan, de la Congregación del Sagrado Corazón de María y colaboradora del Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz, recoge los pasajes más importantes del magisterio de Pablo VI y Juan Pablo II y que proponen una «conversión del corazón» en una materia tan delicada.
De hecho, explica, «la destrucción actual del ambiente es sólo un aspecto más de una profunda crisis moral».
El volumen, recoge así principios fundamentales de la ecología iluminada bajo la luz del Evangelio, como cuando explica «los bienes de la tierra son un patrimonio único de toda la humanidad».
«Su distribución debe estar regulada por la justicia y acompañada por el amor», añade.
«Ciencia y tecnología han contribuido ampliamente al progreso --reconoce--. De todos modos, hay límites morales a su uso y aplicaciones».
El documento, afronta incluso la cuestión de la debatida investigación genética: «Gran atención debe prestarse a toda forma de manipulación genética, que debe ser orientada por normas éticas», afirma.
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