1. Planteamiento del problema
El medio social en el que las personas se mueven a diario, lleva a constatar que cada día se va perdiendo con lentitud el sentido de la vida, marcado por una ausencia de Dios quien es el dueño de la misma, lo que llega a permitir sea destruida por quienes tienen en su poder la manipulación de la misma.
Esto lleva a una pérdida de la fe en Jesús y genera vacíos profundos en el ser humano, evitando ver lo esencial de Jesús, que su presencia y acción son muy importantes. En medio de esto se observa una exclusión de cierto tipo de personas que viven dentro de la sociedad pero que por su condición personal no hacen parte del grupo de los aceptados, entre ellos se tiene la mujer, el ser considerado débil pero de quien a la vez se puede rescatar la fuerza y vitalidad en el regalo de la vida, y otras personas que viven en su proceso diario muertes que necesitan ser resucitadas, para dar un salto de fe y ponerse al servicio de quien da la vida.
Un Jesús que da la vida, que pide a las personas abandonarse en sus manos y permitir que el mundo cambie, que se transforme y sea dignificada o para que todas las personas sin importar clase social, sexo o religión sean incluidas en la sociedad, como son todos incluidos en el corazón de Jesús.
La exclusión de las personas en la sociedad es muy evidente, incluso la destrucción de la vida. Al observar la realidad de un país como Colombia, sugiere pensar en el rescate.
de la vida, en reflexionar sobre cómo ayudar a las personas que son excluidas de la sociedad y son víctimas de la violencia.
Esta situación tan dura y real debe llevar a preguntarse ¿puede el ser humano reconocerse amado y sanado en un proceso de recuperación y rescate de la vida? ¿es la fe fundamental para salir de la exclusión y recuperar las relaciones interpersonales y sociales?
2. Objetivo general
Interpretar el texto de Mc 5, 21-43 que narra la curación de la hemorroísa y la resurrección de la hija de Jairo.
a. Objetivos Específicos:
- Analizar cada uno de los milagros realizados por Jesús en Mc 5, 21-43.
- Comprender el significado de la fe en la narración de Marcos
- Profundizar en la importancia de la fe, la intervención de Jesús y su acción milagrosa en las personas.
3. Justificación
Es importante comprender el efecto de los milagros. Por medio de este texto se tratará de dar respuesta a una situación que no es solo del pasado porque aún hoy se encuentran muchas personas que están muertas en vida, por la situación real de exclusión y búsqueda del bien personal; se puede observar en todo lo que se vive a diario, dándose casi urgente la necesidad de atender a estos problemas.
La mujer hace parte del texto presente, aquella que sin querer es quien tiene la iniciativa para atreverse a resolver situaciones en las que muchas personas han perdido su norte, y en los que la fe no tiene ningún sentido, pero en la presentación de un texto en el que la mujer es la protagonista se demuestra también que la fe es muy importante para lograr lo que se quiere, pues cuando el hombre vuelva el rostro a Dios, se verá que hay una respuesta de fe, una respuesta a un llamado de Dios a seguirlo, a entregarse a Él, pues la fe no es solo creer en lo que no vemos porque si se permanece en este concepto la fe pierde movimiento, mientras que lo adquiere cuando hay conciencia que la fe también es una respuesta activa al llamado de Dios a la conversión y a la vida, la vida que el Él mismo da.
El texto de Marcos hace la invitación a que se recupere el sentido y el valor de la vida y a que se pida el don de la fe para que sea Jesús quien salve, porque “todo es posible para quien cree”. (Cfr. Mc 9,23); en el texto sobresale la importancia de descubrir a Jesús y para el hombre de hoy también debe ser importante abrirse a la constante búsqueda de Él.
4. La buena noticia del evangelio
Para establecer una relación entre los textos de los evangelios sinópticos Mateo, Marcos y Lucas, es necesario primero que todo tener un acercamiento a la palabra Evangelio, que especialmente surge a partir del Nuevo Testamento. “En época del Nuevo Testamento el vocablo griego euaggélion (buena nueva o noticia) no se refería a un libro o a un escrito, sino a una proclamación o mensaje” (Brown, 2002, p. 160)
Un mensaje que ha sido desde los comienzos un gran anuncio, una buena noticia para el hombre necesitado de misericordia y de esperanza, es como volver a escuchar las palabras del ángel cuando anuncia a los pastores el nacimiento del Salvador. (Cfr. Lc 2, 10- 11)
Después del anuncio del nacimiento del Mesías, es Él mismo, quien proclama esa buena nueva, esta se afirma en Lc 4, 18 cuando dice: “El Espíritu del Señor está sobre mí porque me ha ungido para anunciar el Evangelio a los pobres. Me ha enviado para proclamar libertad a los cautivos, y la recuperación de la vista a los ciegos; para poner en libertad a los oprimidos”; pero a esta afirmación se presenta una discusión. “Los estudiosos discuten si Jesús mismo utilizó el vocablo “evangelio” para describir su proclamación del Reino. Ciertamente lo hicieron sus seguidores, haciendo especial hincapié en que esa buena nueva se refería a lo que Dios había hecho en Jesús” (Brown, 2002, p.160).
Jesús cumplió con su misión de anunciar la Buena Nueva y lo expresa él mismo, “me ha enviado a anunciar la Buena Nueva” y lo ha hecho de tal manera que el mensaje se ha
expandido por todos los rincones de la tierra y muchos han creído en él, en su palabra, en sus acciones, en Dios quien lo envió a traer esperanza a un mundo que vive herido por el pecado.
En muchas ocasiones Jesús ha caminado por pueblos anunciando esta buena nueva que animaba a los hombres para sentirse más cercanos a Dios, pero dentro de estas acciones se pueden plantear algunos cuestionamientos por parte de quienes tuvieron acercamiento a la persona de Jesús y quienes se aproximan a los textos escritos, realmente todas las acciones, palabras, acontecimientos de Jesús ¿son proclamación de una Buena noticia?
Entre los seguidores fieles de Jesús se divulga esta acción de la buena noticia proclamada por Él. Un ardiente y fiel seguidor como Pablo habla de su evangelio, pero para él el núcleo del evangelio está centrado “en los sufrimientos/muerte/resurrección de Jesús, en su poder para justificar al pecador y en último término para salvarlo (Rm 1, 16)” (Brown, 2002, p.160). Bíblicamente se conoce de Pablo sus antecedentes y cómo de perseguidor pasó a ser perseguido y como consecuencia de sentirse “tocado” y amado por Jesús, se apasionó tanto que luchó por ayudar a que las personas conocieran y amaran a Jesús y anunciaran el Evangelio donde fueran.
Para tener presente la expresión Evangelio se puede llegar a cada uno de los evangelios y encontrar que en Mc 1, 1 se abre el relato con las siguientes palabras: “comienzo del Evangelio de Jesucristo”; pero no solo es Marcos, quien habla de un evangelio, Mateo y Lucas también hablan del anuncio de la buena nueva, aunque no al inicio como lo constata el Evangelio de Mateo en el capítulo Mt 4, 23; 9,35; Mt 24, 14 que presenta a Jesús proclamando el evangelio y “Lucas utiliza la forma verbal euaggelízein (“proclamar la buena nueva”) para describir su actividad (Lc 8, 1; Lc 16, 16) (Brown, 2002, p.160)
Para muchas personas es importante recibir buenas noticias y se llenan de alegría por los anuncios que reciben de muchas otras personas que se acercan a compartir el anuncio y para los que compartieron con Jesús fue una gran experiencia, aunque después de tanto tiempo, se puso en discusión esta expresión para decir que los textos escritos sobre los hechos y palabras de Jesús eran evangelio o buena noticia, pero esto no ha sido obstáculo para que quienes han creído y creen en Él se acerquen para recibir la vida eterna, a través de las acciones realizadas en los Sacramentos, como la Reconciliación y la Eucaristía.
El siglo II proporciona testimonios que la palabra “euaggelion” se utilizaba para referirse a los escritos cristianos. Esto demuestra que la Buena Nueva, ha sido pronunciada por Jesús y que sus discípulos y testigos de los mismos cumplieron la misión de Jesús de anunciar la Buena Nueva.
4.1 La formación de los sinópticos
Para abordar un texto en los evangelios y en este caso los sinópticos, es importante conocer la formación de los mismos, en los que poco a poco se toman los aspectos fundamentales de la vida de Jesús para realizar la compilación de los textos.
En la formación de los evangelios se presentan algunos acontecimientos importantes para resaltar la vida de Jesús. Algunos hablan de un cierto orden en su formación, y todos coinciden en tomar la vida de Jesús y su ministerio, además de su predicación y los evangelios escritos.
Se ha escuchado y también estudiado que hay un evangelio que antecede a los sinópticos, llamado la fuente Q, lo que ha llevado a discusiones para descubrir cuál ha sido esa fuente, de la cual el evangelio de Lucas ha usado para nutrir su evangelio: siempre se encuentran dificultades y discusiones para definir la primacía del Evangelio de Mateo, y “la mayor dificultad de cualquier hipótesis que otorga la existencia de Marcos” (Brown, 2002, p.176). La discusión tenía sus argumentos para sustentar que Lucas tomó de Mateo porque tenían ciertos versículos en común, pero seguía la duda acerca de esta hipótesis.
Luego se tiene la tesis en la prioridad de Marcos, en el que se encuentra el texto de estudio Mc 5, 21-43; -la curación de la Hemorroísa y la resurrección de la hija de Jairo-. Que también se encuentra en Lc y Mt con algunas variantes. Estos relatos han tenido una fuente común desconocida denominada la fuente Q.
Algunos autores proponen en ciertos casos algunas soluciones en las que muchos pasajes coinciden en lenguajes y palabras. Y unos cuantos acontecimientos son narrados o por los tres o únicamente por dos de los evangelistas, por ejemplo Lc y Mt hablan en común aunque de manera muy diferente, la infancia de Jesús, mientras que Mc la omite totalmente.
También se encuentra en algunos comentarios bíblicos que Lc sigue el orden Mc más cerca que Mt. Es necesario y oportuno recordar que Q “es un texto hipotético al que no tenemos acceso directo” (Brown, 2002, p.186), con el que Mt y Lc estuvieron de acuerdo para escribir sus textos.
De esto se puede afirmar también que Q es una fuente que expresa, que narra de manera contundente una creencia en Jesucristo.
Para llegar a comprender de dónde surge la fuente hay que tener en cuenta que tanto Q como Mc son bastante antiguos, así que Q “será la “otra” fuente sinóptica utilizada por Mt y Lc, en la composición de sus obras literarias, aparte el texto del Evangelio de Mc. Se supone que la “teoría de las dos fuentes” es la mejor solución al conocido “problema sinóptico” (Hernández, 2006, qué es la fuente Q, monografías.com); lo que quiere decir que Mt y Lc tomaron de Q y Mc; así entonces la mayoría opina que Q es la mejor forma de explicar “la concordancia entre Mt y Lc en el material que no tomaron de Mc” (Brown, 2002, p.188).
4.2 El Evangelio de Marcos
El evangelio nace de la comunidad que se interroga acerca del significado de la vida y de la muerte de Jesucristo. La primitiva comunidad cristiana tenía arraigado profundamente el sentido de la libertad que Jesucristo había traído (cf. Ga 4, 6s; Rm 8, 15ss), y se dedicó a reflexionar sobre esta experiencia de libertad para descubrir su origen. En la alegría del Espíritu nuevo comunicado por Cristo, trata de comprender que este don proviene solamente de aquel Resucitado que fue el Crucificado, y de ningún otro (T. Beck; U. Bendetti; G. Brambillasca; F. Clerici y S. Fausti, 2009, p.9).
Se tiene presente entonces que la comunidad busca respuestas profundizando sobre la vida de Jesús, pues, es de gran admiración y de cuestionamientos su estilo de vida radical que a la vista era difícil de vivir como Él lo enseña.
El evangelio de Marcos es presentado con una división en dos partes, la primera llamada misión y curaciones en Galilea que comprende los capítulos Mc 1, 1—Mc 8, 26 y la segunda parte es llamada predicación de los sufrimientos, muerte en Jerusalén, Resurrección que comprende los capítulos Mc 8, 27 – Mc 16, 8.
Todo el evangelio, elaborado en torno al “secreto mesiánico”, es visto como un camino creciente hacia la revelación final del Hijo de Dios en Jesús, el crucificado (cf. Mc 15, 39)”. (T. Beck, et al. 2009, p.18)
Por lo que se refiere al “secreto mesiánico”, la primera parte introduce en el corazón del misterio de Jesús, que nos interpela, mientras la segunda parte da razón de este misterio: la mesianidad de Jesús es y sigue siendo un secreto porque no responde a ninguna pregunta del hombre, Jesús crucificado.
El secreto mesiánico es entonces en el evangelio de Marcos, la búsqueda de la respuesta a la pregunta de la forma en la cual vive Jesús, una forma radical, comprometida con el otro, que como se ha dicho, es el camino de las personas hacia el encuentro con el Jesús que muere y resucita manifestando el poder de Dios.
“La continua búsqueda para comprender quién es Jesús de Nazaret, después cuando la identidad del Maestro comienza a manifestarse, el mandato del mismo Jesús, para que los suyos no lo revelen. Este aspecto toma el nombre de secreto mesiánico” (S. Lucia, 2011/2012, L’emorroissa e la figlia di Giairo: la potenza della fede, parroquia Regina Pacis).
En cuanto al autor se presenta como a un creyente de segunda línea, es decir, no era apóstol, estuvo empeñado en la tarea misionera al lado de Pedro y Pablo (Hch 12, 12; 1P 5, 13); hizo el esfuerzo por organizar el material, se dejó guiar sobre todo por preocupaciones de índoles eclesial. Los temas entorno a los cuales agrupó los relatos y las palabras, fueron escogidos en función del deseo de definir lo más exactamente posible el papel y loa misión de la Iglesia cristiana y de sus responsables. Era un cristiano que poseía sólidas convicciones de la vida de su iglesia.
4.3 La curación de la hemorroísa y la resurrección de la hija de Jairo.
Tomando en cuenta la división de este evangelio se puede descubrir que en la primera parte se centra el interés del estudio ya que en esta parte es donde se encuentra el texto bíblico objeto de estudio; Mc 5, 21-43. Cabe recordar que esta primera parte del Evangelio es la que presenta a Jesús en su acción apostólica, misión y curaciones.
Dentro de esta primera parte se encuentran cuatro acciones milagrosas, en Mc 4, 35- Mc 5, 43. “Estas sirven para recordar a los lectores de hoy que la visión del mundo en el siglo I era muy diferente de la nuestra” (T. Beck, et al.2009, p.201), pues es preciso recordar que la sociedad en aquel entonces era excluyente y vivía la ley al pie de la letra, legalistas en alto, discriminaban a las mujeres viudas, incluso a las mujeres que tenían su período menstrual y era tal que quien se acercara a ellas era declarado impuro, esta era la vida legalista del levítico, (Cfr. Lv 15, 33ss); incluso también a nivel político, pues los grupos políticos tenían muchos gestos de exclusión y la autonomía para impedir a quien tenía contacto con las mujeres en dicha condición, haciéndolas sentir como si fueran nada, como si el ser mujer no valiera, pues siempre se tuvo la idea de que quien tuviera un cierto contacto con ellas era declarado impuro como lo afirma el Levítico y el temor que sentían los hombres de quedar contaminados; hasta los teólogos llegaron a la conclusión que a la mujer en esta condición no se le podía confiar el cuidado de las cosas consagradas a Dios. Esta situación de rechazo hacia la mujer, en que se marca la diferencia entre los hombres y las mujeres también se resalta en el Nuevo Testamento (Cfr. Jn 7, 53- Jn 8, 11), donde los “ancianos”, el grupo de los fariseos muestra una gran señal del rechazo a la mujer por ser débil y su gran machismo social.
En este texto se presentan dos acciones de Jesús, dos milagros más, los cuales como todos los milagros de Jesús narrados por los evangelios y en este caso por el Evangelio de Marcos, son una gran manifestación de la misericordia divina; dos situaciones en las que es importante la fe y que sin ella no habría la acción del milagro, tanto en la mujer hemorroísa, como en la niña, pues en ambos casos se pasa de la muerte a la vida, así como Jesús ha pasado de la muerte a la vida y Él es quien devuelve la vida a estas dos mujeres solo por una actitud, la fe; dos personajes con quienes se puede descubrir que aunque hay exclusión y muerte, sobresale la fe, una fe firme que es capaz de devolver la dignidad y la vida.
En aquel tiempo, Jesús pasó de nuevo en la barca a la otra orilla y se aglomeró junto a Él mucha gente; Él estaba a la orilla del mar. Llega uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo, y al verle, cae a sus pies, y le suplica con insistencia diciendo: «Mi hija está a punto de morir; ven, impón tus manos sobre ella, para que se salve y viva». Y se fue con él. Le seguía un gran gentío que le oprimía. Entonces, una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años, y que había sufrido mucho con muchos médicos y había gastado todos sus bienes sin provecho alguno, antes bien, yendo a peor, habiendo oído lo que se decía de Jesús, se acercó por detrás entre la gente y tocó su manto. Pues decía: «Si logro tocar aunque sólo sea sus vestidos, me salvaré». Inmediatamente se le secó la fuente de sangre y sintió en su cuerpo que quedaba sana del mal. Al instante, Jesús, dándose cuenta de la fuerza que había salido de Él, se volvió entre la gente y decía: «¿Quién me ha tocado los vestidos?» Sus discípulos le contestaron: «Estás viendo que la gente te oprime y preguntas: "¿Quién me ha tocado?"» Pero Él miraba a su alrededor para descubrir a la que lo había hecho. Entonces, la mujer, viendo lo que le había sucedido, se acercó atemorizada y temblorosa, se postró ante Él y le contó toda la verdad. Él le dijo: «Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz y queda curada de tu enfermedad». Mientras estaba hablando llegan de la casa del jefe de la sinagoga unos y le dice: «Tu hija ha muerto; ¿a qué molestar ya al Maestro?» Jesús que oyó lo que habían dicho, dice al jefe de la sinagoga:
«No temas; solamente ten fe». Y no permitió que nadie le acompañara, a no ser Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago. Llegan a la casa del jefe de la sinagoga y observa el alboroto, unos que lloraban y otros que daban grandes alaridos. Entra y les dice: «¿Por qué alborotáis y lloráis? La niña no ha muerto; está dormida». Y se burlaban de Él. Pero Él después de echar fuera a todos, toma consigo al padre de la niña, a la madre y a los suyos, y entra donde estaba la niña. Y tomando la mano de la niña, le dice:
«Talitá kum», que quiere decir: «Muchacha, a ti te digo, levántate». La muchacha se levantó al instante y se puso a andar, pues tenía doce años. Quedaron fuera de sí, llenos de estupor. Y les insistió mucho en que nadie lo supiera; y les dijo que le dieran a ella de comer.
El hilo narrativo de este texto lo configura el desplazamiento hasta la casa de Jairo, un encargado del orden en la sinagoga, cuya hija está mortalmente enferma. Entre partida de la orilla y llegada a la casa, Marcos intercala en los vs. 25-34 un episodio con una mujer. (Benito, 1988, comentarios al evangelio, mercaba).
Hay dos mujeres, una niña que está muriendo y su padre desesperado le pide a Jesús que actúe, que le devuelva la vida; y una mujer “impura”, “excluida” porque está enferma de flujos de sangre. Son dos mujeres muertas en vida, que conservan una esperanza, Jesús, de quien escuchan hablar pues “en cuanto alguien lo veía, inmediatamente se corría la voz y se juntaba toda la gente”. (Bravo, 1993, p.46)
Una mujer ha tocado a Jesús y una mujer es resucitada por Él. Este acto se puede cometer en motivo de escándalo en una sociedad donde la mujer no tenía permiso de mezclarse con la multitud en el momento de su regla, pero ella se atrevió, tomó el riesgo de aceptar que tenía una necesidad, de ser sanada, de sentirse amada, de sentirse tocada por Jesús, no tuvo miedo al repudio, se sintió acogida y perdonada y mientras esto sucede también llega Jairo a pedir que resucite a su hija. Cabe aquí preguntarse si este es un acto de fe o si ambos personajes lo hacen por un interés netamente personal y conveniente.
La fe es un don de Dios, pero también es respuesta del hombre, y la mujer y Jairo responden; es un acto de fe porque aunque lo buscan por su fama también creen que puede suceder algo y de hecho Jesús se acerca como en tantos otros momentos en los que Él se hace cercano cuando como en este caso, sana, resucita, expulsa demonios, AMA.
Es de gran importancia resaltar que en este texto de sanación las beneficiarias son dos mujeres y las relaciona fuertemente el número que en años lleva sufriendo la mujer con flujos de sangre y la edad de la niña a quien posteriormente Jesús resucita, 12 años. Y el gesto que sobresale en ambos casos, la mujer se echa a los pies de Jesús, entre la multitud y ella siendo del pueblo su fe demuestra la del pueblo, pues su dolor es como el de cada uno de los que siguen a Jesús le piden que los sane en medio de su desesperación; y Jairo, el padre de la niña hace lo mismo, pero su fe es la fe escasa del poder político que quizá en ciertas ocasiones buscan los milagros solo por interés porque necesitan, lo que se llama popularmente un “Dios de bolsillo”, pero es un acto de fe ante el que Jesús cede.
“Es muy bello que el Señor le diga: “Vete en paz”: Marcos había ya subrayado antes lo inútil de todos los tratamientos a los que la mujer se había sometido (…) por eso es fácil entender cuál podía ser el estado de ánimo de la mujer en el momento en que se sintió curada” (S. Lucia, 2011/2012, L’emorroissa e la figlia di Giairo: la potenza della fede, parroquia Regina Pacis). Seguramente su rostro se transformó en un aspecto sereno y su corazón aunque con algo de vergüenza por el acto saltaría de gozo por el abrazo, la mirada de Jesús, pues ella sabe desde su corazón que Él puede hacer por ella lo que nadie ha podido.
Y al llegar a la casa de Jairo las personas salen a su encuentro para decirle que la niña está muerta, pero Jesús lo anima con una palabra fuerte a que viva la plena confianza: “No temas. Ten fe”
Estos dos acontecimientos tan importantes demuestran que ante todo es necesario recuperar y resaltar la fe para que Jesús pueda devolver la vida.
Aquella mujer que sufría flujos de sangre es declarada impura por una ley excluyente, pero a ella eso no le impide manifestar su fe, que la impulsa a romper con una norma y se atreve a tocar a Jesús, “si logro tocar aunque solo sea sus vestidos me salvaré”. Mc 5, 28 y de hecho su fe la salva.
“La mujer acude a Jesús como a último y único remedio a sus trastornos corporales. Pero lo hace anónimamente, mágicamente. La propia situación multitudinaria parece aconsejar un acercamiento así. En estas circunstancias resuena firme la pregunta de Jesús. "¿Quién me ha tocado el manto?" Con esta pregunta Marcos parece querer indicarnos que el ámbito de la fe en Jesús no es el del anonimato, sino el de la intercomunicación personal. La mujer, en efecto, se ve impelida a salir del anonimato. Viene con temor y temblor, y se prosterna ante Jesús” (Benito, 1988, comentarios al evangelio, mercaba).
Al ir poco a poco profundizando en este pasaje bíblico cabe anotar que el primer acontecimiento es el llamado de Jairo a Jesús para que vaya a ver a su hija enferma a punto de morir y luego en el camino hacia la casa de Jairo, en medio de la multitud Jesús siente una fuerza que sale de él y siente la urgencia de saber quién lo ha tocado. Para muchos autores este texto es parecido a un sándwich pues el acontecimiento de la mujer llega de manera improvisa, por eso se piensa que ha sido puesto después de algún tiempo.
Este texto es muy extenso contiene dos relatos de milagros dispuestos a modo de “sándwich”; es decir, el relato del uno se inserta en el otro. Como en los versículos 25-34, que narran la curación de la hemorroísa, presentan un estilo más elegante y elaborado con respecto al estilo acostumbrado de Marcos, es probable que los dos episodios se hayan formado en el ámbito de dos tradiciones diferentes (T. Beck, et al. 2009, p.201).
Pero como se ha venido diciendo, lo maravilloso del texto es la actitud de los personajes que intervienen en la narración de este evangelio, pues ante todo son dos mujeres que sufren, una hace ya 12 años, y una niña de 12 años por la cual sufre su familia porque está muerta, su fe es más fuerte que las propias estructuras sociales que estaban establecidas en aquel tiempo. Lo más atractivo es la fe, la fe de un padre que clama por su hija, una hija que espera en su lecho y una mujer que aunque es declarada impura se arriesga y se lanza a “tocar” a Jesús; ella toca su vestido pero ya Jesús antes la había tocado en su corazón, para que sintiera la necesidad de liberarse de un yugo opresor que había impuesto en ella la sociedad, y que también siente ella misma por los condicionamientos de aquel tiempo; por eso toca a Jesús, su decisión es el ejemplo más vivo de la necesidad del ser humano de sentirse amado, libre para actuar según unas normas, pero actuando en su conciencia y en libertad.
Y al resucitar a la hija de Jairo, Jesús “toca” a la niña, le toca su mano, lo narra el mismo evangelio y Él con la niña “realiza el mismo gesto que había hecho con la suegra de Pedro: la toma de la mano. Es un fuerte gesto, porque tocar a un muerto es contraer impureza. Pero no es por este tocar que ella vuelve a la vida, lo que actúa es la fuerza de su Palabra, es el mandato “levántate”, que produce un efecto inmediato” (S. Lucia, 2011/2012, L’emorroissa e la figlia di Giairo: la potenza della fede, parroquia Regina Pacis). Con esta actitud Jesús reafirma que para Él es más importante la persona que la misma ley, porque
igual que el tocar a una mujer con hemorragia vuelve a la persona impura, también el tocar un cuerpo muerto lo hace, según la ley del Antiguo Testamento proclamada y vivida por tantos personajes del mismo importantes para nosotros, pero poco a poco Jesús la fue purificando hasta llegar a pasar por encima de ella solo por salvar a una persona necesitada, como bien lo leemos en diversos pasajes de los Evangelios.
Jesús, en los momentos previos a su Pasión, indica que está cerca y por tanto que es permitido a todos acercarse y tocarlo, lo reafirma en Betania cuando María “lava su pies” con perfume. “Un hombre es verdaderamente cercano y querido cuando pierde sus características oficiales: profesión, nombre, edad” (Tessarolo, 1983, p.552), y Jesús pone en práctica esta expresión ya que él no se alardea de ser igual a Dios, lo afirma san Pablo en su carta a los filipenses en al capítulo 2, Jesús es la muestra de la verdadera humildad, de la verdadera humanidad, no publica quién es, al contrario camina en silencio con los otros, haciendo sentir a todos parte de su grupo de amigos, incluso a las mujeres, pues el Evangelio de Lucas también nombra a algunas mujeres que seguían a Jesús y se puede concretar esta afirmación en los textos que hablan de la Resurrección, son las mujeres las primeras en darse cuenta que Jesús ha resucitado.
“La fe de Jairo y de la mujer crean las circunstancias más favorables para que Jesús manifieste su poder maravilloso, que se expresa concretamente y a través del gesto de la mujer que toca el manto de Jesús y el gesto de Jesús que toma la mano a la niña muerta. De este encuentro con Jesús brota la vida, que derriba incluso la barrera de la muerte”. (T. Beck, et al. 2009, p.181).
Esta manera de “tocar” es necesario experimentarla en modo salvífico pues así es como estos personajes lo han buscado. Jesús no tiene ningún problema de intervenir en la vida del ser humano que lo busca para encontrar beneficios personales, pero si no se tiene fe, la acción de Jesús no será salvífica hasta que la persona misma confiese que cree y espera que Jesús es su salvador. Y frente a esta actitud de la mujer, Jesús busca ansiosamente sin saber aún quién lo ha tocado.
Aún después de recibir el milagro se puede llegar a la conclusión que la mujer pudo haber tenido una intención de buscar una curación como una especie de magia, pues sus temores por las costumbres hasta ahora vividas la llevan a actuar de manera secreta, pero Jesús sigue buscando y provoca Él mismo la confesión; “Jesús mismo provocó la confesión. Decididamente quiso que esta mujer que se escondía saliera del anonimato. La obliga a darse a conocer para que entre en relación personal con él. La hace pasar de la creencia mágica, algo elemental, -"si yo toco su vestido..."-, a una fe verdadera -"ella le contó toda la verdad..." La fe es una relación personal con Jesús” (Quesson, 1984, Palabra de Dios para cada día, mercaba).
Al hablar de las actitudes de Jesús con respecto a las personas que lo están buscando, se puede observar que muchas veces ha sido visto y se encontrará en muchos pasajes del evangelio con personas pobres, ciegos, enfermos, ladrones, pecadores, que buscan siempre el hecho mágico de la curación de un “maestro” que los acoge y les concede lo que le piden descubriendo en cada uno un acto de fe.
Los dos milagros que se están tratando quieren mostrar a un Jesús humano que rompe barreras, que no se fija en la condición de las personas, en ¿quiénes son?, ¿cómo son?, ni en las leyes impuestas que pueden desfavorecer a cualquier ser humano.
Cuando transcurre un tiempo mientras Jesús se ha interesado en devolverle la vida a una mujer que como se ha dicho es proclamada impura pero que su fe ha propasado las grandes barreras de la ley y de las estructuras sociales dice el Evangelio que muere la niña de Jairo; “Mientras tanto la hija del jefe de la sinagoga ha muerto. La gente tal vez no cree más que el Maestro aún pueda hacer cualquier cosa. Pero Jesús dice al Padre: No tengas miedo porque no todo está perdido. Solo ten fe en mí. Y el padre “cree” en lo increíble y Jesús va”. (Schiwy, 1971, p.318)
Al encuentro con el ruido y el alboroto de la gente Jesús manda callar a todos, pero la gente se burla; muchos autores afirman que las personas continuarían haciéndolo y siendo reacias para creer, porque si se hace una observación a nivel personal, muchas personas esperan que todo ocurra físicamente y ser testigos oculares de las acciones de Dios en la vida de las personas que como dice el discípulo Tomás después de la resurrección de Jesús “si no veo… no lo podré creer” y luego al verlo expresa “Señor mío y Dios mío” (Cfr. Jn 20, 24-28); pero en la realidad al hablar de las acciones realizadas por Jesús en la vida de una persona, la reacción más inmediata es reírse como lo han hecho los espectadores de la resurrección de la niña.
“Los presentes se burlaron de Él. Luego se da el milagro en el secreto de la cámara: la niña se levanta a una palabra –orden de Jesús- que Marcos tiene el cuidado de transmitir en arameo y de traducir para sus lectores. Para los lectores cristianos, los términos usados por Marcos; resurgir, resucitar (Mc 5, 42) son evocados de la plena victoria de Jesús sobre la muerte en su resurrección. Este dato está en relación explícita con lo que anota Marcos súbitamente: “Y quedaron fuera de sí, llenos de estupor”. Este término en griego es igual a aquel que expresa la emoción de las mujeres en el sepulcro de Jesús después del anuncio de su resurrección (Mc 16, 8)” (Castellanos, 1984 p.76)
La mujer que sufre momentos de rechazo y que en los tiempos de Jesús los vivía aún más, es uno de los seres más cercanos a Él y Jesús no tenía presente la ley de Moisés, cuando dice que la mujer con hemorragia es declarada impura y nadie puede tener contacto con ella.
Cuando la fe es la primera protagonista en este caso, por medio de la cual Jesús devuelve la vida a quienes han depositado toda su confianza en Él, es la puerta más grande para recuperar la vida y tener el acercamiento a Jesús que ama y salva a los hombres que confían en Él.
Jesús es el primero en demostrar que es necesario romper las estructuras sociales, que es más importante la vida, no importa quien sea, que no deja a un lado a nadie sino que todas las personas tienen cabida en su predicación, en su obra; que basta amar verdaderamente para romper con todo lo que impide acoger al otro y sentirlo como parte de sí mismo para salvarlo y ayudar a encontrar nueva vida.
Jesús ha llamado a la mujer y le concede la vida al preguntar quién lo ha tocado y a la hija de Jairo, porque con la intervención de su padre se da un inicio al llamado y cuando al tocarle la mano a la niña la invita a levantarse a seguir viviendo porque ha hallado la salvación. Dios ha hecho su obra en estas dos mujeres, les ha concedido la vida desde su plenitud, la respuesta que ellas dan y que el hombre debe dar cuando recibe nueva vida es volver a empezar, creer que en Dios todo es posible es un gran acto de fe y pensar que Él lo da todo y no quita nada, ayuda a obtener una recompensa infinita, la vida que da Jesús al derramar su sangre en la cruz y resucitar.
“Qué grande es el hombre cuando, consciente de su pequeñez y de su indigencia, sabe buscar lo que necesita en Aquel que es verdaderamente grande. El corazón del mismo Dios se conmueve al ver la actitud de sus hijos que acuden a Él como verdadero Padre. El que ama y se sabe amado, no tiene miedo de pedir y no se reserva nada cuando se trata de dar”. (Sarre, La hija de Jairo y la hemorroísa, catholic.net).
5. Propuesta educativa pedagógico pastoral
Al querer hablar sobre la fe, se puede aspirar a que en el primero momento en que se hable del Amor de Dios por el hombre éste sea correspondido una vez conocido. Pero para comprender el armo de Dios es necesario e importante experimentarlo personalmente para poder gritarlo a los cuatro vientos. ¿Cómo puede experimentarse ese amor Divino? Una primera muestra de ese amor es sentirse primero que todo una persona con necesidad, necesidad de un ser que invade la vida y concede todos los bienes espirituales y materiales que se necesitan como persona.
Otra muestra es sentirse un ser espiritual y con capacidad de relación don Dios y con los otros. “Vivir la espiritualidad significa partir de la persona de Cristo, Verdadero Dios y verdadero hombre, presente en su Palabra, “primer fuente de espiritualidad”” (Juan Pablo II. Pg. 59); y es desde la espiritualidad que las personas escuchando y poniendo en práctica la Palabra de Dios, pueden llegar a un encuentro íntegro con el otro desde la persona de Jesús que guía por el camino.
Este puede ser un ideal a plantearse, trabajar en el proceso de espiritualidad de las personas desde su encuentro personal con Él, así como el proceso que han vivido los dos personajes del texto del Evangelio de Mc 5, 21-43; la Hemorroísa y la Hija de Jairo; dos situaciones concretas que pueden hacer pensar en las reacciones y actitudes de la sociedad frente a quien se siente solo, excluido, sin esperanza, tratando de poner en práctica a través de encuentros personales y grupales, la vivencia de los valores como la fe, la caridad, el amor a Jesús Eucaristía fuente y culmen de la vida cristiana.
Valores que poco a poco se han ido debilitando dentro de la sociedad, una sociedad marcada más aun hoy en día por la exclusión y el rechazo de las personas “enfermas”, en esto tenemos ejemplos vivos, como las mujeres en riesgo de prostitución, mujeres cabeza de familia, hombre que buscan desesperadamente un empleo para sostener a su familia, pasó en el tiempo de Jesús con la Hemorroísa y la hija de Jairo, dos mujeres que sufrieron por tener enfermedades una causa era que a quienes se acercaran a ellas o las tocaran se hacían impuros y el segundo el hecho de ser mujeres; pero ambos casos quieren demostrar que el valor y la fe van de la mano y que lo más importante para todos es recordar que la dignidad de la persona está por encima de todo por ser hijos de Dios y Él ama a su creatura sin importar su condición.
Estos acontecimientos ponen en evidencia que tiene sentido tomar el riesgo, ¿el riesgo a qué? A dar un salto de fe y confiar totalmente que Jesús puede sanar y convertir los corazones. Se presenta entonces una urgencia, descubrir qué tan importante es Cristo, la fe en Él, en los milagros y acciones que realiza en la vida de las personas.
Esa fe a veces se ve opacada por los deseos internos del ser humano por poseer más, esto ha llevado a la muerte espiritual amuchas personas como en el caso de las dos mujeres de quienes se ha venido hablando, encontradas en este texto del Evangelio de Marcos, dos mujeres excluidas, que la sociedad ha ido opacando poco a poco, pero en ellas sobresale la fe a la cual el hombre de hoy está invitado a responder sin temores y sin dudar de ese Jesús que da la vida y la salvación por la fe.
La situación de esta mujer que lleva 12 años enferma y la niña que con solo 12 años está a punto de morir y que evidentemente muere, pero Jesús la resucita, puede llevar a una reflexión necesaria sobre la situación actual que llama la atención e invita a actuar. “Es necesario escrutar los signos de los tiempos para responder de modo adecuado a cada generación, a los perennes interrogantes del hombre. (Concilio Vaticano II. Gaudium et Spes)
En los ambientes sociales en que las personas se desenvuelven se descubren estilos de vida que reflejan una falencia en relación a la fe y al valor que se da a las personas en es especial a las mujeres, seres vulnerables que sufren las consecuencias de un país empañado por el machismo.
Haciendo una comparación del tiempo de Jesús en que ocurre este relato y el tiempo actual, la relación de fe en el Señor está presente, las personas confían en Jesús, creen que Él regala la salud pero tienen ciertas características de manifestación de la fe, aquella fe popular de la Hemorroísa, pero con acciones diferentes que hacen ver que es necesario caminar y ayudar pastoralmente en la purificación de ésta.
Con respecto a la mujer que en los tiempos del Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento con Jesús presente allí sufrió tanto rechazo, la relación ha mejorado y la visión es más amplia aunque en muchos momentos se la pueda ver como un objeto para satisfacer necesidades y emociones momentáneamente y comercial con el que se presente vender un producto como si ella misma lo fuera, pero la mujer del texto evangélico enseña que a pesar de ser mujer esto tiene sentido y un sentido maternal y humano que merece ser respetado, resaltado y tenido en cuenta en la sociedad moderna.
La enfermedad que se sufre hoy en día se puede fortalecer con el acercamiento a las personas vulnerables, como se ha nombrado mujeres en riesgo de prostitución, madres cabeza de familia, que están solas y no encuentran una salida puede ser muy profundo porque la mujer desde su sensibilidad, su delicadeza, su apariencia es receptiva y valora el esfuerzo que tantos y ella misma realizan para curar sus enfermedades físicas, espirituales y sociales.
Pastoralmente, la propuesta es bastante amplia, realizar un trabajo con la mujer que desde el encuentro con Cristo y su fortalecimiento en la fe sea comunicadora de esta y ayude a muchas mujeres a recuperar la dignidad perdida por el abuso de una sociedad que abusa, usa y excluye cuando ya aparentemente no sirve para nada.
Para comenzar un camino de recuperación y purificación de la fe y de la dignidad de la persona en especial de la mujer es necesario realizar acciones concretas, porque hoy es necesario un impulso creativo, un aliciente que ayuda a dar sabor a la vida y encontrar el horizonte de la vida espiritual, utilizando los medio más cercanos para descubrir que en él hay un soplo, aliento de vida por parte del Espíritu de Dios.
5.1 Metodología
¿Cuáles acciones concretas?, primero que todo romper barreras, actuar como Jesús que dejó a un lado los prejuicios y temores ante aquellas personas que supuestamente hacen un daño personal o a la sociedad por no ser del mismo status que la mayoría de las personas.
Acercarse a aquellos débiles, estigmatizadas por la sociedad machista, las mujeres, que a pesar de todo poco a poco han logrado darse su lugar dentro de la sociedad.
Y ¿qué hacer?, brindar la confianza que se puede para entablar un diálogo que dé paso a hacer parte del grupo de personas, mujeres especialmente – hombres tocados por Jesús y como la exhortación que hace Aparecida en el numeral 103 en la pág. 6 “Creemos y anunciamos la Buena Noticia de Jesús”
La necesidad de la pastoral no se presenta únicamente en este caso, también se presentan distintos acontecimientos y en el anuncio del Evangelio, la Iglesia debe ser pionera, pues tenemos todo, los instrumentos, los medios y los mediadores y como insiste San Pablo cuando escribe al apóstol Timoteo: “Insiste a tiempo y a destiempo” (Cfr. 2Tm 4, 2) para que el mensaje de Jesucristo no se quede a medias sino que se expanda en el mundo.
Lo importante no es el número de convertidos sino la capacidad de acogida, de vida cristiana que cada uno de los acogidos que recibirán el mensaje, tomen la decisión de dejarse amar y dar de ese amor que Cristo nos da, pero que en este caso les dará principalmente a ellos.
Las acciones más concretas al entablar una relación con quienes acojan la invitación primero se hará un grupo de mujeres, al ver los resultados de dicha participación los grupos serán mixtos; será realizar 11 catequesis en las que se desarrollará el valor de la mujer y la importancia de la fe, en relación con Jesús que es guía en el camino hacia el encuentro con el otro; concluyendo las catequesis con un retiro espiritual, cuyo tema será acorde a lo que se trabaje en la catequesis, como por ejemplo, “mi encuentro con Jesús que ha tocado mi corazón necesitado de Amor”, con lo que se pretende que las personas puedan sentir fuertemente vivo en ellas el amor de Dios, viéndose necesitados y amados, y al verse en esta condición llegar a sentirse hijos con el Hijo, teniendo tanta confianza que tendrán la capacidad de pedir en el nombre de Jesús y esto es al fin de cuentas reconocer que “no soy yo quien vive es Cristo quien vive en mí” (Cfr. Ga 2, 20). “Cristo de hecho no ha muerto. Ha ido donde el Padre desde donde actúa y vive en nosotros mediante el Espíritu”. (Tessarolo, Andrea. Pg. 425)
Es así como se puede empezar a dar pasos en el encuentro con Cristo de una mujer y por qué no de un hombre, necesitados de misericordia, amor y perdón, porque se sienten acogidos por Jesús, un hombre que creció en un hogar creyente inmerso en todas las circunstancias de la vida humana, conflictos, dificultades, y que asumió el amor como estilo de vida, “amor al estilo de Jesús (Betancur, Alvaro Eduardo. Pbro. 2010, El proyecto de Jesús y su mensaje) “como yo os he amado”, amor que traduce donación, entrega, amor gratuito, renovado, diferente al amor del antiguo Israel, amor que se da al enemigo, que perdona, que es camino al Padre, Abba.
Un Judío, predicador itinerante, que se hizo peregrino en este mundo para que su Palabra traspasara las fronteras de lo cultural, social y político; porque recordando su paso por este mundo nos encontramos con la figura de un creyente comprometido que se propuso desde su fe manifestar su experiencia con Dios como Abba, Padre, para convocar al pueblo de Dios que estaba disperso y divido en medio de conflictos sociales, políticos y religiosos, sometidos a la esclavitud del pueblo romano y de las leyes impuestas por los grupos de clase alta predominantes de su época (saduceos, fariseos). A lo cual la sociedad de hoy no está exenta, en medio de las clases sociales que se mueven en ella.
6. Conclusiones
Se puede observar que dentro del texto trabajado hay muchas necesidades en las dos mujeres tanto en la Hemorroísa con en la hija de Jairo y por ahí derecho de sus familiares y las personas que las rodean, pues ellas reflejan lo que el pueblo de Dios necesita solo que por los estigmas sociales no se atrevían a manifestar a Jesús sus sufrimientos y por fe directa e indirectamente acuden a Jesús para recibir la sanación y viendo las necesidades de la sociedad de hoy en las que el distanciamiento de la Palabra de Dios, provoca exclusión de cierto tipo de personas genera una necesidad a nivel eclesial y esta es “una catequesis eclesial: no se puede ser cristianos por sí solos, ni el cristianismo es una fe que se puede elaborar por sí misma. La fe (El contenido de la fe) se recibe de la Iglesia”. (Tessarolo, Andrea. Pg. 422)
El Nuevo Testamento a través del Evangelio de Marcos en este caso, presenta la realidad de una sociedad en la que la exclusión y los temores que se presentan por seguir la ley al pie de la letra generan una relación con Dios condicionada, distante y rígida, especialmente con la mujer y el sentido de la muerte física; aspectos que desde el Antiguo Testamento estuvieron tan presentes en el medio donde se movía Jesús y el pueblo que iba con él. Esto evitaba en muchas manera que las personas libremente lo buscaran, las mujeres personas vulnerables y rezagadas por aquella sociedad vivían un gran sufrimiento y no tenían un puesto dentro de la misma; hoy la mujer ha logrado obtener un puesto importante en la sociedad igual que a nivel religioso y político, se ha demostrado que tanto la mujer como el hombre tienen las mismas oportunidades, puede gobernar un país y a la vez ser ama de casa y madre y sigue luchando por encontrar su lugar en medio de una sociedad que la apoya pero que también logra opacarla.
A partir de lo elaborado y teniendo en cuenta la propuesta de evangelizar y acompañar a los que sufren “enfermedades”, se siente el llamado el impulso y la necesidad de realizar la misión profética, anunciar con la vida que Jesús es quien es la solución, como lo expresa el texto evangélico, ¿cómo? Asumiendo una actitud constructiva, desacomodamiento, saber despojarse de los propios criterios y además salir de sí mismos y saber llegar a ellos para saberlos entender y no caer en prejuicios. Esto puede llevar a un compromiso con un desarrollo humano y un compromiso con la justicia social y como verdaderos cristianos renovarnos en cuanto creyentes e Iglesia.
Sandra Elena Tobón Vásquez, en repository.javeriana.edu.co/
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