2. Jesús y el endemoniado de Gerasa (Mc 5, 1-20).
Después de haber contextualizado la taumaturgia de Jesús en el ámbito greco- latino y la intencionalidad narrativa de cada uno de los evangelistas, se procede a leer la perícopa de Mc 5, 1-20, a la que posteriormente se le hará una aproximación de lectura psico-social.
En el relato de Mc 5, 1-20 se ubica en la primera parte del evangelio (Mc 1, 14-Mc 8, 26), la sección que relata la labor de Jesús en Galilea; unido a este dato, y asumiendo como clave hermenéutica de la obra de Marcos, el seguimiento y la cruz (Cfr. análisis anterior sobre la estructura), se puede considerar como texto anterior la perícopa en estudio Mc 3, 13-19. A partir de este texto se muestra a Jesús acompañado por sus discípulos para anunciar la llegada del Reinado de Dios (Mc 1, 14); Jesús ya no estará solo en su actividad curativa (Mc 3, 7-12) [90]. Este elemento en cuestión estará unido a otro igualmente importante, como es la formación de los discípulos para el seguimiento en la perspectiva de la cruz (Mc 8, 27-Mc 10, 52). El texto posterior a Mc 5, 1-20, en la misma clave hermenéutica tenida en consideración, es Mc 6, 7-13, en el cual Jesús invita a sus discípulos a participar activamente en el ministerio del anuncio del Reinado de Dios.
En Mc 5, 1-20 [91] y de manera particular en los vv 18-19, en los que Jesús no permite ser acompañado por el ex-endemoniado, es importante considerar lo siguiente: en la primera parte de la obra de Marcos es Jesús quien toma la iniciativa de llamar al discipulado, no al contrario como en el ex-endemoniado, quien se ofrece a seguirlo; además, los llamados por Jesús los está formando en la perspectiva de la cruz (segunda parte en la obra de Marcos), y todavía están vacilantes, así como el ciego de Betsaida (Mc 8, 22-26), relato con el que se cierra la primera parte. El seguimiento quedará más claro para los discípulos con el relato del ciego Bartimeo (Mc 10, 46-52) que al recobrar la vista (expresa su fe en Jesús) lo sigue por el camino hacia Jerusalén, en perspectiva de la cruz.
2.1 Comparación sinóptica.
La perícopa se considera como un texto no unitario, pues, la tradición marcana del relato tiene repeticiones que Mateo y Lucas eliminan, por ejemplo: v. 2: el hombre poseído por el espíritu fue al encuentro de Jesús, y v. 5 y 6: el endemoniado vió de lejos a Jesús y corrió postrándose ante Él. Varias veces hace referencia a los sepulcros como lugar donde reside el enfermo: v. 2, 3 y 5. En dos ocasiones los demonios ruegan a Jesús que les haga una concesión, v. 10: irse fuera de la región y v.12: ser enviados a los cerdos. Los testigos oculares cuentan dos veces lo que ha sucedido: v. 14 y v. 16.
A continuación, a través de un cuadro sinóptico, se podrá percibir los elementos que marcan diferencia o similitud en los relatos de Marcos, Mateo y Lucas.
2.1.1 Elementos comunes entre los relatos.
2.1.1.1 Los tres sinópticos refieren este relato inmediatamente después del episodio de la tempestad calmada.
2.1.1.2 Las tres narraciones presentan el hecho como un exorcismo en territorio pagano [92]: Mc habla de la región de los gerasenos (Mc 5, 1), Mt de los gadarenos (Mt 8, 28) y Lc de los gerasenos (Lc 8, 26).
2.1.1.3 Marcos (Mc 5, 2), Mateo (Mt 8, 28) y Lucas (Lc 8, 27) señalan las tumbas (mnhmei/on) como lugar que habitaba el endemoniado.
2.1.1.4 Los tres sinópticos identifican a Jesús como ui`e. tou/ qeou Mateo (Mt 8, 29), Marcos (Mc 5, 7) y Lucas (Lc 8, 28), el cual, se confronta con los dos poseídos por un demonio (daimonizo,menoi, según Mt 8, 28), un espíritu impuro (pneu/ma to. avka,qarton), según Marcos (Mc 5, 8) y Lucas (Lc 8, 29).
2.1.1.5 En Marcos (Mc 5, 11), Mateo (Mt 8, 30) y Lucas (Lc 8, 32) aparece la expresión avge,lh coi,rwn que habla de los cerdos, los cuales, vivían y se estarían alimentando juntos. Los tres evangelistas mencionan una cantidad considerable de cerdos (Mc., Mt.: mega,lh y Lc: i`kanw/n)
2.1.1.6 Los relatos sinópticos mencionan la petición que los demonios presentan a Jesús (Mt 8, 31; Mc 5, 10.12; Lc 8, 31-32), y la autorización de éste, para que entren en los cerdos (Mt 8, 32; Mc 5, 13; Lc 8, 32).
2.1.1.7 Mateo, Marcos y Lucas relatan el arrojamiento (o`rma,w) de los demonios (piara de cerdos) al mar (qa,lassa), según Mt 8, 32 ; Mc 5, 13 y al lago ((li,mnh)), según Lc 8, 33.
2.1.1.8 Los tres evangelistas sinópticos registran la huida de los porquerizos para contar (avphgge,lhn) todo lo del endemoniado (daimonizo,menon) (Mc 5, 14-15; Lc 8, 34-35); es necesario resaltar que Mateo relata la escapada de los porquerizos para difundir (avph/lq,on) y contar (avphgge,lhn) todo lo de los endemoniados (daimonizome,nwn) (Mt 8, 33)
2.1.1.9 Marcos (Mc 5, 17), Mateo (Mt 8, 33) y Lucas (Lc 8, 37) registran la petición de los gerasenos para que Jesús salga de su región. Jesús cruzó a la otra orilla, es decir, regresó a territorio judío Mc 5, 20; Mt 9, 1 y Lc 8, 37)
2.1.2 Elementos diferentes entre los relatos
Peláez del Rosal identifica diez variables [93] en el relato de Mc 5, 1-20 que permitirán establecer las diferencias con los relatos de Mt 8, 28-34 y Lc 8, 26-39.
2.1.2.1 Adversidad [94]: En Marcos, Jesús encuentra un poseído por el "espíritu inmundo" porque éste sale a su paso, Jesús lo conmina, y las circunstancias agravantes del poseído se describen en detalle: 1) Tenía su habitación en los sepulcros, 2) Ya nadie podía sujetarlo, 3) Muchas veces lo habían dejado sujeto con grillos y cadenas pero él las rompía, 4) Nadie tenía fuerza para domarlo, 5) noche y día, pasaba en los sepulcros.
En Mt, se duplican los endemoniados y se describe la enfermedad dando el mínimo número de síntomas.
En Lc, la descripción [95] del hombre que tenía demonios resalta lo agravante de la enfermedad con claridad y precisión, aunque con menos detalles que Marcos, a quien condensa con frecuencia.
2.1.2.2 Información [96]: en Marcos, Jesús manda al espíritu impuro salir del hombre. En Mateo, el texto está muy estilizado y Lucas no muestra interés en esta función.
2.1.2.3 Desplazamiento [97]: en Marcos, el poseído por el espíritu inmundo sale al encuentro de Jesús (Mc 5, 6) y llega hasta él por sus propios medios (En otros relatos el destinatario del milagro es ayudado por otros, p.e Mc 2, 1-13; Mc 9, 14-29), viene de lejos expresando su condición de pagano.
En Mateo el desplazamiento [98] que conduce al encuentro con Jesús está reducido a la mínima expresión (parece que tuviera prisa en poner al endemoniado en contacto con Jesús). En Lc para la función del desplazamiento sigue a Marcos (Mc 8, 28), estableciendo algunos cambios coherentes a su estilo y que lo diferencian de la sobriedad de Mateo.
2.1.2.4 Locución [99]: Esta función no aplica en Mc 5, (1).2-20 por ser un relato de confrontación, tampoco para Mt y Lc.
2.1.2.5 Confrontación [100]: En Marcos, Jesús entabla un combate o enfrentamiento, a través de la palabra, con el adversario: ¿Qué tienes tú contra mí, Jesús, Hijo del Altísimo?, debido a que Jesús le decía con anterioridad: Espíritu inmundo, sal de este hombre.(Mc 5, 7- 12).
En Mateo se suprime el diálogo de Jesús con los demonios, reduciendo el caudal verbal de Marcos.
Lucas en la confrontación entre Jesús y el demonio (Lc 8, 28-32), explicita mejor que Marcos y Mateo la razón por la que Jesús manda salir al espíritu impuro: pues a menudo le producía ataques, y aunque lo sujetaban atándolo con cadenas y grillos, él rompía las ataduras, y el demonio lo empujaba a despoblado; los demonios le piden que no los mande al Abismo (Mc 5, 10: fuera de la región)
2.1.2.6 Reparación [101]: En Mc (Mc 5, 13), Jesús por su palabra [102] cura al poseído y vence al espíritu inmundo.
En Mateo se estiliza la narración omitiendo palabras de Jesús en lo relacionado con los espíritus inmundos (Mt 8, 32)
En Lucas sigue sustancialmente a Marcos (Lc 8, 32)
2.1.2.7 Demostración [103]: Mc (5, 13) la prueba de la eficacia de la palabra de Jesús se hace evidente en la salida del espíritu inmundo, quedando el poseído liberado: los espíritus inmundos salen del hombre, se meten en los cerdos y la piara se abalanza por el acantilado al mar
En Mateo solamente se indica, por su brevedad, la salida de los demonios y su ahogamiento en el mar (Mt 8, 32).
En Lc se limita a decir que la piara de cerdos va a parar al lago ( Lc 8, 33)
2.1.2.8 Orden [104]: en Mc 5, 19, el poder de la palabra de Jesús queda unido a su mandato al ex-poseído: “vete a tu casa con los tuyos y anúnciales cuanto ha hecho el Señor por ti”.
En Mateo se suprime la escena de Marcos en la que el pagano endemoniado pide seguir a Jesús y, consecuentemente, el mandato de Jesús a los ex-endemoniados.
Lucas sigue sustancialmente a Marcos (Mc 8, 39)
2.1.2.9 Reacción: Mc 5, 14-15.17-20 [105] el final del relato describe la reacción [106] de diferentes grupos: los porquerizos huyen y cuentan lo sucedido en la ciudad y los cortijos (v 15: contemplaron al ex-poseído sentado, vestido y en sano juicio… y les entró miedo); la gente viene ve y se llena de miedo, para terminar rogando a Jesús que se vaya; el ex-poseído curado pide quedarse con Jesús, éste no se lo concede, pero le manda: “vete a tu casa con los tuyos y anúnciales cuanto ha hecho el Señor por ti”.
En Mt se restringe el anuncio de los pastores a las ciudades, y afirma que la ciudad entera sale a donde estaba Jesús para pedirle que abandonase su territorio. Y los ex-endemoniados no piden a Jesús estar con él (Mt 8, 33-34)
En Lucas, Al final de su relato [107] se describe la reacción incluyendo elementos que muestran su originalidad respecto a Marcos (Mc 8, 34- 39). El ex endemoniado está sentado a los pies de Jesús (actitud de discípulo); los que lo habían visto les contaron cómo se había curado el endemoniado (Mc: lo que había ocurrido al endemoniado); toda la población de la comarca de los gergesenos, muerta de miedo, le pidió que se marchase de allí; el endemoniado una vez liberado, fue proclamando por todo el pueblo (Mc: por la Decápolis) lo que Jesús había hecho por él; Lucas omite la anotación de Marcos: y todos se admiraban como efecto de la predicación del ex-endemoniado.
2.2 Crítica textual.
En la perícopa hay una fuerte contradicción en el v. 1: Jesús llegó a la región de los gerasenos y el v. 2: sitúa los acontecimientos siguientes a la orilla del lago de Tiberíades (v. 5, 13 y 18). Esta tensión, imprescindible para la crítica textual, ocasiona tres variantes textuales con respecto a la localización de este exorcismo: Gerasa Gerashnw/n (Es una expresión calificada con un nivel de certeza {C} por las dificultades que presentó la variante para ser colocada en el texto). Esta expresión aparece en los Unciales: Códice A, B, D. En el minúsculo 2427. También en las versiones: it aur,b,c,d,e,f,ff2,i,l,rl , vg copsa mssacc.to Origen; Juvencus [108].
A la expresión Gerashnw/n hace alusión el Padre de la Iglesia Juvenco (Latino del siglo IV). Origen variante de algún manuscrito según un testimonio patrístico. Los datos explicitados, según Aland y otros (TheGreek New Testament), afirman la lectura más original respecto a Gadarhnw/n y Gergeshnw/n; en este sentido Elisa Estévez López considera elegir como más razonable la lectura de Gerashnw/n, ya que cuenta con un apoyo textual mejor y, además, es la Lectio difficilior [109].
Lo anterior supone apostar por una variante que no elimina la tensión en el texto, que habrá de ser explicada teniendo en cuenta la historia de la tradición y redacción de este pasaje marcano [110].
En síntesis, el análisis crítico-literario de esta perícopa apunta hacia una reelaboración del relato tradicional. Jean-Noêl Aletti, en un artículo recopilado por Xavier Léon-Dufour, distingue en el relato de Mc 5, 1-20 un relato primitivo (Mc 5, 2b-14a) que posee los rasgos típicos de un exorcismo, al cual L. Schenke le señala una punta cristológica: el demonio choca con Jesús que es el más fuerte. Anota J. Aletti, y una mayoría de los exegetas, que el relato primitivo terminaba originalmente con el espanto de los demonios (Mc 5, 14a). En un estadio posterior de la tradición, a la reacción negativa de Mc 5, 14a se añadió una reacción positiva (Mc 5, 19) que dio otro interés al texto: ser un relato de misión en el que se decía como la buena noticia había llegado a la región de Gerasa [111].
También, Elisa Estévez López, afirma que el relato de Marcos 5, 1-20 tiene las característica peculiares de un relato de exorcismo, a pesar que en algunos aspectos se acerque a un dato que es más típico de las historias de curación: la descripción del sanado (Mc 5, 15) como demostración de lo que ha sucedido. Afirma la misma autora, que por los indicios anteriores, la perícopa en análisis, es un relato compuesto, enriquecido considerablemente en las distintas etapas de su transmisión. La mano redaccional de Marcos le ha llevado a resaltar el poder de Jesús sobre los demonios en una historia de anuncio de las acciones del Señor=Dios y de su misericordia (algunos autores hablan de mandato misionero). Tal propósito redaccional tiene un énfasis cristológico coherente con el interés del evangelista, de revelar, a través de los milagros y de este exorcismo, la identidad de Jesús (v. 19 habla de “Señor” y v. 20 menciona a “Jesús”), hijo de Dios, para judíos y también para gentiles.
2.3 Contexto anterior y posterior del texto.
Antes de detallar, y con el propósito de estimar el sentido del relato (Mc 5, 1- 20), es necesario identificar exegéticamente dónde comienza y dónde termina éste, pues, advierte Luis Manuel Romero Sánchez que cortar demasiado pronto o demasiado tarde, equivale a desvirtuar completamente el sentido del segmento narrativo que es objeto de estudio [112]; por lo tanto, al establecer límites a una trama narrativa, el narrador marca un espacio de producción de sentido. Se considera que la perícopa en estudio inicia en Mc 5, 1 (Jesús llega “a la otra orilla del lago” que es territorio pagano) y termina en Mc 5, 20, porque en Mc 5, 21 hay un cambio de escenario, de espacio, de personajes, y esto es evidenciado con el cliché temporal de Marcos: y Jesús pasó a la otra orilla (cfr. Mc 5, 1, Mc 5, 21: territorio judío). Esta unidad narrativa concreta, está relacionada con un relato mayor al que pertenece, y que, al igual que Vicent Taylor [113], Romero Sánchez ubica dentro de la secuencia narrativa Mc 4, 35-Mc 5, 43, donde Jesús realiza varios milagros junto al mar de Galilea, revelando el dominio que tiene sobre el mal, en todos sus niveles: las fuerzas de la naturaleza (Mc 4, 35-41: tempestad calmada; Mc 5, 1-20: frente a la posesión diabólica, el endemoniado de Gerasa; Mc 5, 25-34: frente a la enfermedad física, la hemorroisa; Mc 5, 21-24.35-43: frente al poder de la muerte, la resurrección de la hija de Jairo).
2.4 Estructura del relato.
Al igual que Luis Manuel Romero Sánchez, Mercedes Navarro Puerto se acerca a la perícopa de Mc 5, 1-20 desde un análisis narrativo, centrando su objeto de estudio en la dimensión sincrónica del texto, con el propósito de dar razón de su contenido a partir de la articulación de las diferentes unidades narrativas y su dinámica interna [114].
Ambos autores identifican el carácter narrativo en el evangelio de Marcos por el uso de técnicas narrativas, tales como: elaboración de personajes, escenarios, narración de historias (la trama); tal carácter se propone, según Romero Sánchez, “suscitar en el lector una transformación que le lleve a aceptar la enseñanza y el seguimiento de Jesús” [115], o particularmente en la perícopa Mc 5, 1-20, “enfrentar al lector/a con la autoridad e identidad de Jesús” [116]; ambos teólogos coinciden en que Marcos crea su propio “lector modelo”, el cual, debe descubrir el hilo o los hilos que tejen la trama del texto.
Para el desarrollo de Mc 5, 1-20 [117], Mercedes Navarro Puerto [118] identifica en la composición narrativa dos momentos: los hechos (Mc 5, 1-13) y la interpretación de los hechos (Mc 5, 14-20), lo que se cuenta y la transformación en el lector que le provoca la acción.
En lo relativo a los hechos se incluye la exposición (Mc 5, 1-2a) que menciona el escenario (lugar-tiempo) y se alude al personaje principal; se pasa a la puesta en marcha del relato (Mc 5, 2b-5) con la iniciativa del endemoniado y la descripción de su situación, a lo que le sigue una pausa narrativa; a partir de este momento se identifican cuatro escenas:
• Jesús y el endemoniado: Escena 1a (Mc 5, 6-10) Se establece el diálogo del espíritu impuro con Jesús y el comienzo del exorcismo.
• Los demonios y los cerdos: Escena 2a (Mc 5, 11-13), Expone la resolución del exorcismo y el final de los cerdos ahogados en el mar.
• Jesús y los cuidadores de cerdos / gente: Escena 3a (Mc 5, 14-17), Narra la reacción de los porquerizos y de la gente del lugar.
• Jesús y el sanado: Escena 4a (Mc 5, 18-20) Cuenta la reacción del endemoniado curado, la respuesta de Jesús y el final de la historia [119].
2.5 Comparación con otros exorcismos.
En comparación con otros exorcismos, Mercedes Navarro resalta, a nivel del discurso, el exorcismo que contiene el relato de Mc 5, 1-20 como un elemento en relación con otros mencionados anteriormente en el mismo evangelio (Cf. Mc 1, 21-28: “El endemoniado de la sinagoga”, es el primero de los cuatro exorcismos narrados por Marcos en el que aparece la fórmula “un hombre con un espíritu impuro”, exclusiva en el Nuevo Testamento y del Evangelio de Marcos; en esta narración, según Taylor, el asombro es sobre todo por la autoridad con la que Jesús realiza el exorcismo en la sinagoga judía) [120].
Más adelante, en el relato de “la mujer sirofenicia” (Mc 7, 24-30 [121]), nos encontramos la primera y única posesión femenina, además, la expulsión del demonio queda en un segundo plano, para resaltar la fe que rompe las fronteras y que parece ser más evidente entre paganos que entre los mismos judíos. Según Leon-Dufour, en el proyecto teológico de Marcos la fe sintoniza con el misterio de la muerte y resurrección de Jesús-Hijo de Dios, trascendiendo los exorcismos y curaciones. Afirma Navarro que estos tres relatos de exorcismo evolucionan a medida que avanza la narración del evangelio [122].
Para estimar el sentido del texto (Mc 5, 1-20), y habiéndolo diferenciado del relato mayor (Mc 4, 35 – Mc 5, 43), Romero Sánchez considera unas características narrativas [123] internas que le hacen distinto del inmediatamente anterior (Mc 4, 35- 41) y del posterior (Mc 5, 21-43), basándose para ello, en los criterios de escenarios (de tiempo y de lugar), personajes y trama.
En cuanto a los escenarios [124], se identifican uno principal y otros secundarios. El escenario principal (“al otro lado del mar, en la región de los Gerasenos”) tiene que ver con la iniciativa del evangelista, el cual, presenta a Jesús saliendo por primera vez del territorio judío y pisando tierra de paganos. Para ello usa un recurso literario llamado progresión en dos pasos [125], haciendo una repetición progresiva que lleva al lector a centrar la atención en la segunda parte que es más precisa. “Jesús va a la otra orilla (escenario general) y luego a la región de Gerasa (escenario específico)” [126].
Se consideran como escenarios secundarios: la barca, los sepulcros, la montaña, la ciudad, las aldeas y la casa; tales escenarios en relación con el “endemoniado” se pueden matizar de la siguiente manera: la barca está en relación directa con Jesús, y en lo concerniente al “poseído”, los vv. 2 y 18 connotan un desplazamiento de una orilla a la otra. En Mc 5, 2 Jesús baja de la barca para llegar a territorio pagano (región de los gerasenos donde se encuentra un endemoniado), y en Mc 5, 18 Jesús, después de realizar el exorcismo-curación, sube de nuevo a la barca para pasar a la otra orilla, el territorio judío.
Los sepulcros antiguamente eran considerados lugares solitarios y alejados de la ciudad, y ocuparlos, implicaba estar en contacto con el reino de la muerte, por lo tanto, se convertían en fuente de impureza. “En el trabajo de la Niddà b. 17a se afirma que los sepulcros son los lugares preferidos por los demonios y los espíritus impuros para establecer su residencia” [127]. En la perícopa el término sepulcros aparece tres veces [128], con esta repetición se indica su importancia, con el fin de señalar que el personaje que entra inmediatamente en contacto con Jesús, al bajarse de la barca, es doblemente maldito e inmundo, porque no sólo está poseído por un espíritu impuro, sino que también habita en un escenario de muerte. “El lugar, por tanto, sirve en nuestro relato para que el lector capte la situación tan miserable que estaba sufriendo aquel hombre” [129].
El relato habla de “los montes” [130] (Mc 5, 5) como escenario en el que también se ubica el “endemoniado”, y además, donde hozan los cerdos, constituyéndolo en lugar de impureza e idolatría, escenario donde Jesús va a triunfar brillantemente.
La ciudad y la aldea son el escenario hacia el que huyen los porquerizos consternados y llenos de miedo (Mc 5, 14). En palabras de Vicent Taylor, los que guardaban los cerdos corrieron a contar a los habitantes de la ciudad y de los pueblos vecinos lo que había sucedido; asegura este autor que avgro,j significa en plural aldeas, distinguiéndose de la po,lij que traduce ciudades y pueblos, cuya identidad se puede sospechar como Gerasa [131].
La casa como espacio humano (en griego: oi=koj y oi,ki,a) se presenta en términos generales. Marcos utiliza oi=koj, para referirse a un espacio habitado por un grupo humano, mientras que oi,ki,a lo usa para resaltar la característica de familia. Anota Vicent Taylor, que en el caso del geraseno, la palabra “casa” trasciende el significado de lugar, sin omitirlo, para incluir también al “amigo”, al “delegado”, es decir, al grupo humano que rebasa los límites estrictos de lo que se consideraría como familia [132].
En la línea de los escenarios, las coordenadas temporales no aparecen en la perícopa de estudio (Mc 5, 1-20); a pesar de ello, el lector conoce desde Mc 4, 35 el tiempo en el que se ubica, pues, el narrador ha expresado que “al atardecer pasó a la otra orilla”, llegando al día siguiente (territorio pagano), y en Mc 5, 21, anota que al día siguiente pasó nuevamente a la orilla (territorio judío). Por las incoherencias [133] narrativas que se encuentran en el relato, se puede decir, que a Marcos sólo le interesa poner el tiempo en función del relato para que la narración fluya rápidamente [134] y el lector pueda ser envuelto en la historia. Para Romero Sánchez el hecho de que no venga demarcado el momento en que ocurrió el exorcismo-curación del endemoniado, significa, que el narrador pone el énfasis en otros aspectos diferentes al tiempo, como son los lugares, personajes o eventos en los que desea atraer la atención [135].
El siguiente criterio, que anota Romero Sánchez, para estimar el sentido del texto (Mc 5, 1-20), es el de los personajes de la historia, a los que se les considera importantes en el análisis de la trama narrativa, y sobre los cuales, influye el narrador con el propósito de que el lector sintonice o se distancie de ellos.
En el relato que se estudia se distinguen tres personajes principales y otros de menor importancia entre los más destacados se mencionan: Jesús [136], el protagonista, porque permanece de principio a fin, y los demás personajes que se mueven en relación a él, el hombre endemoniado (antagonista [137]), descrito como un “loco auto-agresivo”, y desde el punto de vista de sus conciudadanos, en una situación límite de impotencia total: y los testigos del exorcismo-curación (los guardianes de los cerdos y la gente de la ciudad y de las aldeas que acuden a presenciar lo sucedido), ellos tienen miedo y prefieren que Jesús abandone su territorio [138]; no se incluye a los discípulos, porque ellos, no se bajaron de la barca y fueron ignorados en el relato de Mc 5, 1-20.
El último criterio a considerar es el de la trama o argumento de la narración, elemento esencial de un relato que permite determinar el modo en que se disponen los acontecimientos y la relación entre ellos; se tiene en cuenta los escenarios y personajes que causan y reaccionan ante los sucesos, además, el espacio y tiempo para crear condiciones al desarrollo de los mismos.
En Marcos, la trama se desarrolla con la siguiente estructura narrativa: un comienzo (Mc 1, 1-13), un desarrollo (Mc 1, 14 - Mc 8, 26) y un final de la narración (Mc 8, 27 - Mc 18, 8). En esta estructura, según los especialistas citados, en concreto Henao Mesa siguiendo a Klemens Stock:
Es lugar común en todos los estudiosos del evangelio de Marcos que el evangelista narra el significado de la vida de Jesús en perspectiva de Pasión, Muerte y Resurrección, es decir, la cruz es el elemento hermenéutico que explica la redacción de Marcos. El evangelio está dividido en dos importantes secciones: La Actividad de Jesús en Galilea (Mc 1, 14 - Mc 8, 26) y la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús en Jerusalén (Mc 8, 27 - Mc 16, 8). Y es precisamente en cada una de estas secciones donde podemos ver las huellas de una hermenéutica de la cruz para indicar el significado de la vida del Maestro de Nazaret [139].
En cada una de estas secciones Jesús enfrenta la incomprensión de tres grupos de personas (autoridades, familia y discípulos), y en la medida que se van resolviendo los conflictos, el evangelio va revelando la identidad de Jesús [140].
La actividad de Jesús en Galilea [141] (Mc 1, 14 – Mc 8, 26) está dividida en tres pequeñas secciones que contienen a su vez, tres elementos peculiares que se pueden distinguir así: Una especie de Sumario de la actividad de Jesús (Mc 1, 14ss; Mc 3, 7-12; Mc 6, 6b; Mc 1, 14ss; Mc 3, 7 – Mc 12 6, 6b.), una narración que hace referencia a los discípulos (Mc 1, 16-20; Mc 3, 13; Mc 19 6, 7-13) y cada sección finaliza con una narración de rechazo a la actividad de Jesús (Mc 3, 1-6; Mc 6, 1-6ª; Mc 8, 14-21) [142].
La segunda gran sección de Marcos desarrolla la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús en Jerusalén (Mc 8, 27 – Mc 16, 8). En ella, el tema del rechazo que había sido introducido en la primera gran sección, ahora es abordado directamente entregando su alcance y significado desde la perspectiva de la cruz; es precisamente, en la hora de la cruz cuando es claro el sentido de la vida de Jesús (Mc 15, 39) [143]. La sección tiene su introducción en Mc 8, 27 [144], a partir de la cual, se pueden agrupar cuatro elementos por el contenido que portan: Anuncio de la Pasión, Muerte y Resurrección en coloquio privado con el discípulo (Mc 8,31-32a; Mc 9, 30-31; Mc 10, 32-34), rechazo por parte de los discípulos a este anuncio (Mc 8,32b; Mc 9, 32-34; Mc 10, 35-37), amaestramiento por parte de Jesús para sus discípulos sobre el alcance del seguimiento (Mc 8,33 – Mc 9,1; Mc 9, Mc 35-37; Mc 10, 38-45) y actividad de Jesús que favorece al discípulo (Mc 9,2-29; Mc 9,38 – Mc 10,31; Mc 10, 46-52).
En cuanto a la identidad de Jesús, Marcos gira alrededor de la pregunta: ¿Quién es Jesús?, respuesta que en el curso narrativo, el lector la irá encontrando hasta llegar al momento de la cruz: “Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios” (Mc 15, 39).
Para precisar la trama en el texto de Mc 5, 1-20, se tiene en cuenta que es una historia a través de la cual Jesús afronta uno de los conflictos con las fuerzas del mal y a partir de ahí surge la pregunta por la identidad que los discípulos en el relato de “la tormenta del lago”, ya se habían formulado: “¿Quién es éste que hasta el viento y el mar le obedecen?” (Mc 4, 41). Siendo que “la trama no es más que el esqueleto, por lo demás indispensable, que, revestido de carne dada por el personaje y la acción, constituye el cuerpo necesario para que pueda serle fundido el aliento de vida” [145], entonces, Romero Sánchez anota “que en el relato de Mc 5, 1-20 prevalece una trama de acción, donde se muestra el poder de Jesús, el Hijo de Dios, frente a los demonios que oprimen a la humanidad” [146]; aclara este autor, que aunque el conflicto mayor es de Jesús con los espíritus inmundos, no se puede olvidar el conflicto con los habitantes del lugar (los gerasenos) que excluyen a Jesús de su territorio, actuando con los mismos esquemas de las autoridades de Israel que no querían ser desestabilizados.
Teniendo en cuenta los elementos desarrollados del método narrativo y otros enunciados según su pertinencia con el texto de Mc 5, 1-20, se considera importante profundizar el plan trazado por Mercedes Navarro Puerto para la perícopa en estudio, y los aportes que al respecto, le hace el citado Luis Manuel Romero Sánchez.
En lo referente a los hechos (Mc 5, 1-13) la trama muestra la siguiente composición narrativa:
2.6 Interpretación de los versículos
Sumario [147]: Mc 5, 1
Al inicio del relato mayor (Mc 4, 35 – Mc 5, 43), Marcos pone en Jesús la decisión de pasar a “la otra orilla del lago”, según Vicent Taylor: “la orilla de enfrente” (v. 35), y aunque el lugar sigue siendo impreciso, contextualmente se prepara el camino de Jesús hacia territorio pagano. Romero Sánchez [148] considera las formas verbales como los motores del mundo de la narración, y precisa, que Marcos comienza el relato usando la forma verbal del aoristo (h=lqon), situando en un primer plano la llegada de Jesús a la región de los gerasenos, y el movimiento del endemoniado hacia él, que como es característico en el evangelista, es inmediatamente (tono de urgencia). Marcos, el narrador, deja en la penumbra a los que le acompañaban en la barca y pone por primera vez a Jesús fuera del territorio judío, quedando el lector a la espera de algún suceso.
Puesta en marcha del relato: Mc 5, 2
Nuevamente se usa la forma verbal del aoristo (u`ph,nthsen) para expresar – movimiento- que le salió al encuentro, en palabras de Vicent Taylor: “desde el cementerio un hombre poseído por un espíritu inmundo”. Esta acción se interrumpe con una pausa narrativa expresada, sobre todo, con el imperfecto (ei=cen, evdu,nato, y i;scuen), que a manera minuciosa y expresiva describe la situación del hombre poseído [149], e indirectamente, también describe los miedos de los gerasenos que lo quieren controlar por medio de cadenas. Esta pausa es necesaria, pues, ayudará al lector a entender mejor el desarrollo de la historia.
Escena 1ª Jesús y el endemoniado: (Mc 5.6-10)
Se pasa de nuevo de la descripción a la acción, y para ello, se usan dos formas verbales en aoristo (e;dramen y proseku,nhsen), devolviendo al primer plano el movimiento del hombre poseído hacia Jesús. Vicent Taylor dice: “Viendo de lejos a Jesús, echó a correr” (v. 6) [150], con ello se recuperan algunos verbos de movimiento (corrió y se postró) y comienzan los de conocimiento (ver, decir, rogar). También se subraya la iniciativa del hombre poseído para someterse a Jesús, pero esto luego será desmentido, debido al tono y contenido agresivo de su discurso. En palabras de Mercedes Navarro, “el espíritu impuro tiene pretensiones de exorcista” [151]. El exorcista, Jesús, es exorcizado sin éxito.
Pareciera que el “loco auto-agresivo”, como lo llama la teóloga en mención, llega a Jesús pidiendo curación, pero la narración antepone la reacción del espíritu impuro que emplea una fórmula de exorcismo dirigida al exorcista: “Te conjuro por Dios a que no me atormentes” (v. 7), y que para el lector suena irónica. Jesús no sigue con el exorcismo sino que entra en conversación con el espíritu impuro en un intento no sólo de dominarle, sino de entenderlo. Le pregunta el nombre [152], y el relato presenta una ironía reflejada en que el espíritu conoce el nombre de Jesús, mientras que Jesús, no conoce el suyo, dejando entrever una lucha de poderes y autoridad entre Jesús y los demonios.
El lector de Marcos va recopilando la información, ya Jesús había vencido al demonio en tierra judía (Mc 1, 21-28), ahora lo hará en tierra pagana. Además, el lector, gracias al discurso directo del espíritu inmundo, puede conocer algo de él, pero sigue sin saber del nombre, de ahí el énfasis en que Jesús libera al hombre y domina los demonios. Así se podrá percibir el método de Jesús en contraste con el de los paisanos del hombre poseído, pues, ellos utilizaron la violencia y Jesús utiliza la fórmula del exorcismo y el diálogo con el espíritu impuro. Los resultados son favorables para Jesús más no para los paisanos-gerasenos, los cuales, lo “habían aislado en un lugar de impureza, marginación y muerte, mientras que Jesús se dejaba encontrar por él sin sentirse amenazado o contaminado, ni tener que huir” [153].
Escena 2ª Los demonios y los cerdos: (Mc 5, 11-13)
El cambio del punto de vista, del escenario, de actores y de acción, indica el paso a la segunda escena y el desenlace del exorcismo. El lector conoce por el v. 10 el deseo [154] de los espíritus, pero no la manera como se cumpliría. El evangelista en su narración hace responsable a Jesús del exorcismo a partir de la utilización de una palabra en imperativo (v. 8) y otra de permisión, demostrando otra forma de autoridad sobre ellos, pues, narrativamente y de manera indirecta, se prueba que el poder de Jesús supera al de Legión. Tan pronto el deseo es permitido por Jesús, el lector recibe otra información, esto es, la cercanía de los acantilados y del mar, considerado por el mismo Marcos, como lugar de caos y destrucción.
La narración se acelera en el v. 13, pues, se relatan muchas acciones seguidas, en un solo versículo, de manera que el tiempo de la historia es mayor que el de la narración: “los espíritus salen del hombre, entran en los cerdos, éstos se precipitan por el barranco y se ahogan en el mar, todas estas acciones narradas sobre todo en aoristo (evpe,treyen, eivsh/lqon y w[rmhsen), situándolas en el primer plano de la trama narrativa” [155].
Desde el punto de vista exegético los vv. 6-13 son considerados en la estructura de exorcismo como el centro de la perícopa en los cuales se expresa la supremacía de Jesús sobre Satanás.
Así concluye lo referente a los hechos, y por tanto, el exorcismo en cuestión. Seguidamente se da comienzo al momento de la interpretación (Mc 5, 14-20), desde la mirada del narrador que hablará acerca del hombre (ex-endemoniado), y desde la de Jesús que es la más importante y decisiva en todo el relato y el evangelio mismo.
Escena 3ª Los cerdos y los cuidadores / lugareños: (Mc 5, 14-17)
El relato sigue con Kai., dando continuidad narrativa al texto. El narrador introduce a los porquerizos como nuevos personajes, sumándolos a Jesús y los demonios. La entrada de éstos lo hace en un relato rápido y en secuencia de acciones y reacciones en cascada [156]. La mayoría de las acciones y reacciones mencionadas (vv. 14-17) vienen contadas en aoristo o presente histórico, dándole vivacidad al relato y situándolas en primer plano. Estos testigos, sin que el lector sepa de qué, dan un testimonio, que indirectamente, es importante en la narración, pues son el lente a través del cual se pueden ver los efectos del exorcismo. Por supuesto, los evangelios fueron escritos involucrando a la comunidad receptora.
El testimonio de los porquerizos tiene un progreso narrativo, pues, el relato muestra un ir y venir de personajes; aparece la gente a la que los porquerizos le contaron y un grupo que viene del pueblo a ver, y cuando llegan, entonces, contemplan al ex-endemoniado sentado [157], vestido [158] y en sano juicio [159]. Mercedes Navarro resalta como irónico que el miedo se produzca ante la calma del curado y no ante la violencia de la posesión, sin embargo, el miedo les lleva a distinguir lo sucedido al hombre y lo sucedido a los cerdos; bajo la emoción del miedo [160], ellos pedirán a Jesús que se marche de la región.
Escena 4ª Jesús y el sanado: (Mc 5, 18-20)
Jesús ante la petición de los gerasenos se dispone a marcharse y con ello quedaría el episodio concluido, pero al momento de embarcar, el narrador añade otra escena, que como es característico en Marcos contiene la clave y el sentido de todo el episodio. El narrador cuenta la petición del hombre y no emplea el término técnico del seguimiento, a pesar de que el hombre sanado se lo ha pedido a Jesús y el lector lo sabe, más bien Jesús le concede anunciar (avpagge,llw) y no predicar (khru,ssw) que está asociado al seguimiento (Mc 3, 14), lo cual se considera alusivo a la elección de los doce enviados.
Como afirma Henao Mesa en relación con el discipulado en Marcos acerca del seguimiento:
Toda la primera parte del evangelio de Marcos finaliza, emblemáticamente, con un relato de milagro en el que Jesús cura al ciego de Betsaida (Casa de la Pesca). Digo emblemático porque también la segunda parte del evangelio concluye con la curación del ciego Bartimeo (Hijo del Temor). Apoyado en la autoridad de los Santos Padres, quienes nos invitan a conocer los misterios del evangelio haciendo uso, cuidadoso, de la alegoría, podemos decir que se trata del mismo discípulo quien es curado en su ceguera. Y las dos veces que Jesús pone sus manos en el ciego de Betsaida son las dos partes del evangelio donde Jesús decididamente interviene para que el discípulo abra sus ojos, comprenda, vea, entienda y asimile el significado de su vida: ser discípulo; de hecho, el segundo ciego se convierte en discípulo de Jesús (Mc 10, 46-51), deja de ser el ciego de Betsaida, para convertirse en el ciego milagrado Bartimeo. Pasa de ser el Pescador a ser Hijo del Temor de Dios [161].
En palabras de Mercedes Navarro, y con ella de otros autores, Jesús se marcha de entre los gerasenos, pero les ha dejado un testigo que será su misma presencia en toda la Decápolis (X. León Dufour, J. Calloud, G. Combet, J. Delorme, Jean-NoêlAletti y Luis Romero). La escena final es la clave que le comunica sentido a todo lo narrado, pues en ella el evangelista escribe la interpretación que hace Jesús de lo acontecido. Lo mandó a anunciar (avpa,ggeilon) [162] y el contenido del anuncio lo entrega el propio Jesús: lo que el Señor (Dios) ha hecho contigo, es decir, su misericordia. Mercedes Navarro considera estas palabras como la verdadera y definitiva interpretación del exorcismo de Jesús realizado a favor de este hombre, que ella misma denominó “loco auto-agresivo”. Jesús es el personaje principal de la historia narrada, y su interpretación contrasta con los demás personajes involucrados, por ejemplo, el espíritu inmundo interpreta la acción de Jesús como manifestación de poder que viene a destruirlo, y los porquerizos y gerasenos, como un acto de poder peligroso que amenaza su economía [163].
En última instancia, como la palabra de Jesús reorienta todo lo sucedido, entonces, el lector debe considerarla como única válida y autorizada, y volver sobre el episodio desde este final. Además, parafraseando a Romero Sánchez, el relato termina con el “hombre curado” cambiando levemente la orden dada por Jesús; él no anuncia (avpa,ggeilon) sino que predica (khru,ssein) y en su predicación habla de Jesús (o` VIhsou/j) y no del Señor (o` ku,rio,j) [164]. Dirá Mercedes Navarro, el narrador asocia Señor y Jesús, y el lector deberá sacar sus propias conclusiones.
A manera de recopilación, es importante resaltar la perícopa de Mc 5, 1-20 como una unidad narrativa que está conectada con el proyecto teológico de Marcos, pues en ella se abordan las cuestiones de la identidad de Jesús y la autoridad con que él actúa, además, se evidencian sus actos de milagro y/o exorcismo como acciones de Dios que alcanzan un carácter universal, pues, traspasan las fronteras judías hasta llegar a los paganos.
En contacto con Jesús, vencedor de todos los miedos por su fe incondicional al Padre, un “loco auto-agresivo” ha restaurado su vida, y si antes era un hombre psíquicamente perturbado y socialmente excluido, ahora Jesús le ha recuperado para la comunidad y ha elevado en él su dignidad de creatura. Este anuncio lo seguirá predicando todo lector que se acerque al proyecto que Marcos expresa en su evangelio.
John Freddy Tamayo Cruz, en repository.upb.edu.co/
Notas:
90 HENAO MESA, Op. Cit., p 319
91 Mc 5, 1 pertenece (por el cambio de espacio y personajes en 5, 2) al relato de la tempestad calmada y es el final del viaje que comenzó en 4, 35. A pesar de ello, se considera que establece el marco geográfico de la acción de Jesús: la región de los gerasenos (PELÁEZ DEL ROSAL,Op. Cit., p. 20)
92 La actividad taumatúrgica de Jesús se desarrolla en el espacio humano, superando las fronteras geográficas del país judío. (Ibid., p. 68)
93 La primera función fue mencionada entre los elementos comunes a los sinópticos y es tipificada como situación inicial, la cual, referencia el comienzo del relato, indicando el espacio (el país de los gerasenos), tiempo y personajes (Ibid., p. 66)
94 En los relatos de milagro alude a la enfermedad física o posesión demoniaca que aqueja la persona, ofreciendo detalles de la misma: síntomas, gravedad, consecuencias (Ibid., p. 72-73)
95 Lucas “presenta […] un camino intermedio entre la sobriedad estilística de Mateo y el mal denominado 'pintoresquismo'de Marcos”.(Ibid., p. 140)
96 Se describe en los relatos de milagro como "noticia recibida por Jesús sobre la existencia de una adversidad sea por comunicación oral o por acercamiento espacial, seguidos o no de súplica". Es importante anotar que la información falta o no se explicita en los relatos de confrontación, como es el caso de Mc 5, 1-20 (Ibid., p. 76)
97 Se puede describir en los relatos de milagro: cambio espacial de la persona que padece la adversidad, o de Jesús o de ambos, y tiene como finalidad el mutuo encuentro en orden a la superación de la misma adversidad (Ibid., p. 79)
98 Peláez anota que la reducción del caudal verbal de los relatos hasta estilizarlos y reducirlos casi a la mínima expresión literaria en comparación con Marcos, obedece a considerar lo esencial de cada relato, eliminando circunstancias o personas secundarias que no favorecen su concepción de milagro. (Ibid., p. 125)
99 Palabras de Jesús, o diálogo con la persona que padece la adversidad que crean un clima de reparación a la misma (Ibid., p. 82)
100 Es el enfrentamiento de Jesús con el adversario en un clima de combate (Ibid., 83). Mc 5, 1-20 es típico de confrontación.
101 Se describe como la superación de la adversidad gracias a la intervención de Jesús con su palabra y/o tacto (Ibid., p. 86)
102 La palabra de Jesús actúa de modo enérgico y eficaz. Se trata, por lo común, de una orden expresada en imperativo [...] que vence la enfermedad, el demonio, el viento/mar, y libera al individuo o al grupo de la adversidad que le afecta (Ibid., p. 87-88)
103 Es la constatación de la reparación de la adversidad efectuada mediante la curación o liberación. La adversidad queda superada definitivamente (Ibid., p. 89-90)
104 Está seguida de la demostración y describe el mandato o prohibición de Jesús a la persona (Ibid., p. 91)
105 En este relato se describe la reacción de varios grupos: los porquerizos huyen y anuncian lo sucedido ; la gente viene, ve y teme (vv 14-15), para terminar rogando a Jesús que se vaya (v 17); el endemoniado curado pide quedarse con Jesús, éste no se lo concede (vv 18-19); al final, todos se admiraban (v 20) (Cfr. Ibid., p. 93)
106 Peláez describe la reacción como palabras o acciones de diverso tipo con los que los actantes del relato responden positiva o negativamente ante la reparación efectuada. (Ibid., p. 92)
107 De los tres evangelistas es, sobre todo, Lucas quien configura el milagro como confrontación […]. Los milagros para Lucas no son solo ni principalmente un encuentro privado entre Jesús y el paciente, sino mucho más: son un encuentro público en presencia de testigos que dan fe de la actuación de Jesús y se proponen la cuestión de su procedencia divina. Son signos claros de la presencia de Dios en Jesús, presencia reconocida por pacientes y testigos, pero contestada y cuestionada por los adversarios. (Ibid., p. 160-161)
108 Cfr. ALAND, Kart y otros. The Greek New Testament. USA, United Bible Societies, 4 ed. 2002, p 135
109 ESTÉVEZ LÓPEZ, Elisa. Estudio histórico crítico. En: AGUIRRE, Rafael. Los milagros de Jesús. Perspectivas metodológicas plurales. Estella: Verbo Divino, 2002. p. 61
110 Ibíd.
111 ALETTI, Jean-Noêl. Una lectura en preguntas. En: LEON-DUFOUR, Xavier. Los milagros de Jesús según el Nuevo Testamento. Madrid: Cristiandad, 1979. p. 187-188
112 ROMERO, Op. Cit., p. 84
113 El relato mayor en el que se inserta Mc 5, 1-20, consta de los siguientes relatos de milagro: La tormenta del lago (Mc 4, 35-41), el poseso de Gerasa (Mc 5, 1-20), la hija de Jairo (Mc 5, 21- 24.35-43) y la hemorroísa (Mc 5, 25-34). El propósito de Marcos, según Taylor, será mostrar que Jesús es autor de obras maravillosas. (TAYLOR, Vicent. Evangelio según San Marcos. Madrid: Cristiandad, 1979. p. 311)
114 NAVARRO PUERTO, Mercedes. Análisis narrativo. En: AGUIRRE, Rafael. Los milagros de Jesús. Perspectivas metodológicas plurales. Estella: Verbo Divino, 2002. p. 73
115 ROMERO SÁNCHEZ, Luis Manuel. La eficacia liberadora de la palabra de Jesús. La intención pragmática de Mc 5, 1-20 en su contexto lingüístico y situacional. Estella: Verbo Divino, 2009. p. 26
116 NAVARRO PUERTO, Mercedes. Marcos. Estella: Verbo Divino, 2006. p. 174
117 Luis Manuel Romero Sánchez divide el texto en cinco partes: 5, 1: introducción (localización de la historia), 5, 2-5: I escena (puesta en marcha del relato), 5, 6-13: II escena (complicación de la trama y desenlace del exorcismo), 5, 14-19: III escena (reacciones de los diferentes personajes) y 5, 20: conclusión (situación final).
118 Se elige esta composición narrativa por el énfasis que hace Mercedes Navarro en el exorcismo, lo cual, es pertinente para el posterior desarrollo del trabajo de investigación.
119 Ibid., p. 173-174
120 Ibid., p. 194
121 LEON-DUFOUR, Op. Cit., p. 188
122 NAVARRO PUERTO, Análisis narrativo. En: AGUIRRE, Op. Cit., p. 87
123 El texto Mc 5, 1-20 maneja otras técnicas narrativas importantes porque son los medios con los que se vale el narrador para interpelar al lector, tales como la dualidad y uso recurrente de algunas conjunciones y preposiciones. En el texto se destaca el fenómeno de la dualidad: a) doble venida del endemoniado hacia Jesús (vv. 2 y 6), b) doble mención de que el poseído habitaba en las tumbas (vv. 2-3 y 5), c) doble súplica del espíritu impuro (vv. 10 y 12) y d) doble relato de la llegada de los testigos (vv. 14 y 16). La conjunción copulativa kai. es muy frecuente, pues, aparece 16 veces en los 20 versículos que contiene el relato (ROMERO, Op. Cit., p. 80-84)
124 Afirma Luis Manuel Romero Sánchez que los escenarios en Marcos son cruciales, y por tanto, no neutros, pues contribuyen al desarrollo temático, por lo que se considera que la acción no tendría sentido si se separa de su determinación espacial, además, proporcionan a la narración un mundo lleno de posibilidades y limitaciones en el cual los personajes trazan sus vidas (Ibíd., p. 32-42)
125 RHOADS, David, DEWEY, Joanna y MICHIE, Donald. Marcos como relato. Introducción a la narrativa de un evangelio. Salamanca: Sígueme, 2002. p. 73-75
126 ROMERO, Op. Cit., p. 32
127 H.L. STRACK – P. BILLERBECK. Komentar zum Neuen Testament aus Talmud und Midrasch, I, p. 492. Citado por: ROMERO, Op. Cit., p. 40
128 Mc 5, 2: mnhmei/on; 5, 3: mnh/ma; 5, 5: mnh/ma
129 ROMERO, Op. Cit., p. 39
130 En Marcos el monte es el lugar donde Jesús realiza acciones significativas en conexión con la esfera divina (el llamado de los discípulos, la oración en el monte como contacto con el Abba, la transfiguración como anticipo de la resurrección, la presencia de Jesús en el Monte de los Olivos), y en palabras de Juan Mateos, “el monte” (Mc 5, 11), “los montes” (Mc 5, 5) se consideraban morada o lugar de manifestación de divinidades (Mc 3, 13; Mc 5, 5; Mc 5, 11; Mc 6, 46; Mc 9, 2; Mc 9, 9; Mc 11, 1; Mc 11, 23; Mc 13, 3; Mc 13, 14; Mc 14, 26). Importante alusión porque allí Jesús triunfará como “el más fuerte” (MATEOS, Juan y CAMACHO, Fernando. El evangelio de Marcos. Análisis lingüístico y comentario exegético. Córdoba: El Almendro, 1993. p. 444)
131 TAYLOR, Op. Cit., p. 326
132 Ibid., p. 327
133 Entre las incoherencias se pueden mencionar las siguientes: emprender una travesía al caer la tarde y llegar al día siguiente, cuando el lago solía atravesarse en un par de horas, además, las tres curaciones: el endemoniado (territorio pagano), la sanación a la hemorroísa y resurrección de la hija de Jairo (en territorio judío), todo en un mismo día, reflejan excesivas horas de trabajo (ROMERO, Op. Cit., p. 43)
134 euvqu,j, aparece 42 veces en Marcos, lo que indica que es característica redaccional del propio evangelista que mueve su relato en tono de urgencia (BALZ, Horst y SCHNEIDER, Gerhard. Diccionario exegético del Nuevo Testamento. Salamanca: Sígueme, 2001. p. 1661-1663)
136 Jesús no sólo es el protagonista del relato de Mc 5, 1-20, sino de todo el evangelio de este autor sagrado, que a través de su relato, permite al lector ponerse de su parte, aunque, hasta el final, mantenga la tensión acerca de la identidad real de Jesús: “el Ungido, el hijo de Dios” (Ibíd., p. 48)
137 Marcos maneja la ironía en el texto, pues, el espíritu conoce el nombre de Jesús, mientras que Jesús tiene que preguntar el suyo, lo cual, manifiesta la tensión de poderes y autoridad entre Jesús y los demonios… Jesús será el más fuerte (NAVARRO, Marcos, Op. Cit., p. 175)
138 La mano redaccional de Marcos hará que la sensación de fracaso, por la petición de los gerasenos para que abandone su territorio, no sea tal, pues, su persona y sus obras continuarán por el testimonio del ex endemoniado (ROMERO, Op. Cit., p. 53)
139 HENAO MESA, Op. Cit., p. 318
140 KINGSBURY, J. D. Conflict in Mark. Jesus. Authorities, Disciples. Minneapolis, 1989. RHOADS, D. DEWEY, J. MICHIE, D. Marcos como relato. Introducción a la narrativa de un evangelio. Salamanca: Sígueme, 2002. p.112-136.
141 Cfr. HENAO MESA, Op. Cit., p. 319
142 En esta primera sección (la actividad de Jesús en Galilea) Marcos resalta la duna,mij del Reino en la acción curativa de Jesús que aparece de modo significativo. Mientras que en la segunda sección (Pasión, Muerte y Resurrección en Jerusalén) el amaestramiento a los discípulos ocupa gran parte de la labor de Jesús. Él les exige vivir según los términos de Dios y no simplemente según los dictámenes humanos (Mc 8, 33). Al respecto, la respuesta de Pedro ante la pregunta ¿vosotros, qué me decís? (Mc 8,29a) refleja lo que está pasando en su interior como discípulo (y como en él, también en los demás discípulos), sus corazones están siendo marcados por el señorío de Jesús y no por el del Emperador y el Tetrarca. Entonces, Pedro pensaría no como la gente, los hombres, sino como Dios (Cfr. Ibíd., p. 321)
144 En Cesarea de Filipo Jesús, con sus seguidores, inicia el camino hacia la ciudad capital de Judea, lugar del desenlace (Cfr. Ibíd., p. 321)
145 R. SCHOLES – R. KELLOGG. La natura della narrativa. Citado por ROMERO, Op. Cit., p. 55-56
146 Ibíd., p. 64
147 El texto griego es tomado de Bible Works 7 y la traducción al castellano de José O'Callaghan. Nuevo Testamento. Griego-español. Madrid: BAC, 1997
148 ROMERO, Op. Cit., p. 80
149 El narrador usa también algunos verbos en voz pasiva (dede,sqai, diespa,sqai y suntetri/fqai), que refuerzan la condición alienada del geraseno (ROMERO, Op. Cit., p. 73)
150 TAYLOR, Op. Cit., p. 319-320
151 NAVARRO, Marcos, Op. Cit., p. 175
152 Anota Romero Sánchez que la pregunta por la identidad (¿cómo te llamas?) no indica la ignorancia de Jesús, sino que cumple una función narrativa: informa al lector sobre la clase de fuerza que oprime y deshumaniza al geraseno y prepara la destrucción final de esta Legión de espíritus, haciendo que el triunfo de Jesús sea grandioso y definitivo (ROMERO, Op. Cit., p. 122-123)
153 NAVARRO, Análisis narrativo, Op. Cit., p. 78
154 Este ruego expresa la creencia de que los espíritus inmundos se resistían a dejar el lugar en el que habitaban (NAVARRO, Marcos. Op. Cit., p. 175)
155 ROMERO, Op. Cit., p. 73
156 Los porquerizos huyen (e;fugon); cuentan (avph,ggeilan) en el pueblo y los campos (no se dice qué); la gente (implícita) llega a ver (ivdei/n) lo sucedido (ti, evstin to. gegono.j); vienen donde Jesús y contemplan (qeorou/sin) al endemoniado; tienen miedo (evfobh,qhsan);y cuentan con todo detalle (dihgh,santo) los que vieron (oi` ivdo,ntej) cómo había sucedido (pw/j evge,neto) al endemoniado y a los cerdos (NAVARRO, Análisis narrativo, Op. Cit., p. 81)
157 Se opone a la descripción de movimiento descontrolado, el que se comportaba como un animal salvaje, y al que sus conciudadanos habían intentado someter con cepos y cadenas, se convierte en una persona tranquila y sosegada, este hombre sentado muestra con su postura la nueva condición adquirida (ROMERO, Op. Cit., p. 144)
158 Vestido, sin embargo, es un dato nuevo que informa indirectamente de que estaba desnudo, y que ahora sano ha recuperado de nuevo su honor y dignidad, dejó su aislamiento y ya puede socializar (Ibíd., p.145)
159 Este rasgo evidencia la verdadera curación porque ha recobrado el equilibrio psíquico y el dominio de sí, en otras palabras, recupera la capacidad de razonar coherentemente (Ibíd., p. 146)
160 Jesús no echa en cara a los gerasenos su cobardía ni su falta de fe (en Marcos lo opuesto a la fe es el miedo no es la incredulidad), ellos no saben de dónde viene el poder de Jesús y qué disposición tiene ese poder para con ellos; en cambio los discípulos (4, 39: en la tormenta del lago) si tenían motivos para intuir al menos el origen divino de su autoridad. No deja de ser paradójico que el miedo se produce ante la calma y el orden como resultado de una palabra autorizada de Jesús, lo que indica que los discípulos no están en mejores condiciones que los gerasenos para comprender a Jesús ni para descifrar el enigma de su identidad y discernir sobre el origen de su autoridad (NAVARRO, Marcos, Op. Cit., p. 180-181)
161 HENAO, Op. Cit., p. 320
162 El v. 19 está constituido por dos imperativos (u[page y avpa,ggeilon) que colocan en primer plano las acciones de “ir y anunciar”, un perfecto (pepoi,hken) que indica una retrospección y un aoristo (hvle,hse,n) que subraya el carácter puntual del don que ha recibido la persona curada (ROMERO SÁNCHEZ, Op. Cit., p. 77)
163 El lector del relato conoce de los cerdos (piara de unos 2000) cuando Jesús permite ante el ruego de la Legión entrar en ellos, y el mismo lector no puede olvidar que los cerdos eran la riqueza del país de los gerasenos, por lo tanto, así Jesús no lo pretendiera directamente, la manera de liberar al endemoniado tiene consecuencias económicas (NAVARRO, Marcos. Op. Cit., p. 177)
164 ROMERO, Op. Cit., p. 95
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