1. Hipótesis
La presente tesis doctoral surge como consecuencia de investigar y analizar de manera pormenorizada el tratamiento periodístico de un hecho histórico en España: el final de la violencia de la banda terrorista ETA.
Se trata, por tanto, de un trabajo original, ambicioso y nunca realizado hasta la fecha. Viene, en definitiva, a cubrir un vacío académico. Nadie hasta ahora había analizado el comportamiento de los principales medios de comunicación escritos durante los últimos años de existencia de una banda terrorista que ha asesinado a casi un millar de personas en España, que ha dejado más de mil heridos y que ha provocado igualmente que miles de familias tuvieran que cambiar de domicilio por sentirse perseguidas. Una banda terrorista, por cierto, que todavía no se ha disuelto y que sigue provocando que todavía algún político tenga que salir a la calle con escolta policial.
No se tratara de hacer un recorrido periodístico completo por los últimos años de la historia de esta organización asesina. Lo que se presente es analizar qué tipo de cobertura informativa ha tenido ETA en los principales diarios de papel en España: El País, El Mundo, ABC, La Vanguardia y El Correo (estos dos últimos se han escogido por ser las principales cabeceras en Cataluña y en País Vasco, respectivamente).
Para ello, como se explicará a lo largo de la tesis doctoral, se estudiará de manera pormenorizada la cobertura informativa que han tenido los comunicados de la banda terrorista ETA a lo largo de sus últimos años hasta que decide poner punto y final a la violencia, al menos de manera expresa y pública.
La hipótesis de partida de esta investigación es clara: ETA ha recibido un tratamiento privilegiado por parte de las prensa y de los periodistas españoles. Se han dedicado páginas y páginas a difundir a la población las palabras y amenazas de la banda terrorista. Los medios de comunicación, se supone que de manera inconsciente e involuntaria, han contribuido a difundir la propaganda etarra entre la población.
La pregunta que surge ante esta hipótesis también es evidente: ¿ha sido esa cobertura la adecuada? ¿Hemos actuado los profesionales de la información con rigor? ¿O se ha dado una importancia excesiva a los etarras? ¿Nos han colado su propaganda? Son cuestiones a las que se intentará dar respuesta a lo largo de esta investigación.
1.1. Objetivos de la investigación
Esta tesis doctoral se presenta en un tiempo en el que ETA todavía no se ha disuelto y sigue conservando armas y explosivos, aunque, en principio, aseguran que su intención no es utilizarlos. Un periodo en el que los terroristas no han perdido perdón por el daño causado y en el que la situación de sus dirigentes es totalmente precaria.
ETA cuenta, además, con más de 500 presos repartidos en cárceles, principalmente, de España y Francia. Su situación tampoco se encuentra resuelta, ni mucho menos. De hecho, hay quien apunta que el futuro de los reclusos es el único ‘caballo de batalla’ que conservan los etarras y que hasta que no se obtenga una solución no se disolverán.
Un presente incierto para muchos y un futuro todavía en el aire. El más contundente en este sentido ha sido el fiscal del Tribunal de París François Molins, que ha asegurado que ETA sigue siendo “peligrosa” y “conserva todo su potencial militar”. El alto funcionario considera que “todos los etarras detenidos en territorio francés han sido arrestados en posesión de revólveres o armas”. Su colega en España, Javier Zaragoza, fiscal jefe de la Audiencia Nacional, considera que “mientras se produzcan acciones de esta naturaleza y mientras haya detenciones e individuos pertenecientes a ETA con documentos falsificados, con vehículos robados, con armas, con explosivos, mientras se sigan llevándose a cabo acciones de aprovisionamiento, de reagrupamiento y contactos y la banda terrorista siga existiendo evidentemente no podemos hablar de la desaparición”.
A lo largo de la investigación que he desarrollado para elaborar esta tesis doctoral he conversado y hablado con una docena de expertos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para conocer cómo se encuentra ETA y cómo ha sido su evolución hasta renunciar a la lucha armada. He mantenido contactos con especialistas en terrorismo de la Guardia Civil, del Cuerpo Nacional de Policía o, incluso, de la Ertzaintza. Una de las personas que más ha colaborado en la realización de esta tesis doctoral es un operativo adscrito al Centro Nacional de Coordinación Antiterrorista (CNCA). Otro: un alto cargo de la Guardia Civil con máximas responsabilidades en la estrategia contra ETA y que ha trabajado en el Ministerio del Interior para los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero y de Mariano Rajoy.
Es oportuno destacar que el periodo de investigación abarca a dos gobiernos diferentes y a tres ministros del Interior. Alfredo Pérez Rubalcaba ocupó la cartera entre los años 2006 y 2011, precediendo al que era su secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho. En 2011, con la victoria del PP en las generales, Jorge Fernández Díaz es designado ministro [1].
El presente estudio realiza un análisis de contenidos de todos los artículos publicados en los principales medios de comunicación nacionales sobre todos los comunicados que difunde ETA. Se analiza únicamente el día que se informa de dicho texto para comprobar cómo abordan los diarios las palabras que difunde la organización terrorista.
Los objetivos de la presente investigación, teniendo en cuenta la situación de incertidumbre descrita, son:
1. Estudiar y analizar la relación entre información y publicidad de las palabras de la banda terrorista. La pregunta inicial que surge es: ¿cómo es posible informar con rigor sobre un comunicado de una organización armada que ha asesinado a casi mil personas sin poner trabas a la libertad de expresión?
2. Descubrir si los principales diarios de España han abordado con rigurosidad la información relativa a ETA. Conocer si han actuado con profesionalidad o si, sin embargo, han caído en la trampa que se ha tendido la banda terrorista.
3. Conocer cuál ha sido la auténtica estrategia de ETA y su entorno con los medios de comunicación y los periodistas. Las bombas y las pistolas contra la pluma y la tinta.
4. Explicar también cuál ha sido la actitud de los informadores para con los terroristas. ¿Hemos realizado un trabajo responsable o los periodistas han hecho el trabajo de ‘voceros’ de unos asesinos?
ETA ha intentado utilizar los medios de comunicación para acercarse a sus objetivos, como se intentará descubrir en esta tesis doctoral. La banda terrorista ha librado una dura batalla por conseguir llegar a la opinión pública y los formatos empleados han sido mensajes en televisiones, radios y periódicos. ¿Hemos actuado, en definitiva, los medios de comunicación de manera responsable? A todos estos interrogantes se buscará dar respuesta a lo largo de las siguientes páginas.
La presente tesis doctoral tiene como objetivo dilucidar hasta dónde los profesionales de la información han ejercido una labor responsable o hasta qué punto han servido de cómplices de la propaganda asesina cumpliendo así las pretensiones de los etarras.
El objetivo final de la investigación, por tanto, pasa por tratar de dilucidar el impacto de los comunicados de ETA en los periódicos que se publican en España y si dicho diarios se limitan a informar o llevan a cabo valoraciones subjetivas con una excesiva tendencia desfavorable a la percepción de realidad y, por tanto, distorsionan lo que de verdad está ocurriendo.
1.2. Justificación de la investigación
Entre las múltiples definiciones de la disciplina del análisis de contenidos, en esta investigación se ha utilizado una de las más estandarizadas. Se trata de la que ofrece Fred N. Kerlinger, quien define este trabajo como “un método de estudio y análisis de comunicación de forma sistemática, objetiva y cuantitativa, con la finalidad de medir determinadas variables”. [2]
Las variables que he decidido analizar son principalmente dos: la tendencia y el impacto. La tendencia nos mostrará la inclinación favorable, desfavorable o neutra que tiene un medio de comunicación hacia la información relacionada con motivo de la difusión de los comunicados de ETA. Es decir, ante un texto publico de la banda terrorista (confirmado y contrastado), el periódico se comportará de determinada manera dependiendo de los enfoques de sus informaciones.
El impacto, por su parte, es el predecible efecto que la información que publican los periódicos tendrá en los lectores. El impacto es una de las variables más importantes que hay que tener en cuenta para analizar los efectos en la población de los medios de comunicación. El impacto está relacionado con la llamada teoría de la agenda-setting que enunció Donald Shaw:
“Como consecuencia de la acción en los periódicos, de la televisión y de los demás medios de información, el público es consciente o ignora, presta atención o descuida, enfatiza o pasa por alto elementos específicos de los escenarios públicos. La gente tiende a incluir o a excluir de sus propios conocimientos lo que los media incluyen o excluyen de su propio contenido. El público tiende a asignar a lo que incluye una importancia que refleja el énfasis atribuido por los mass media a los acontecimientos, a los problemas, a las personas [3]”.
También hay que tener en cuenta que todos los medios de comunicación publican las informaciones siguiendo unos criterios propios. No sólo a la hora de elegir las noticias que difunden, sino la posición en la portada y en las páginas del diario siguen una orientación determinada teniendo en cuenta la línea editorial, la opinión de su dirección y el tipo de lector al que se dirigen. Estas circunstancias no son casuales, sino buscadas y elaboradas a propósito por periodistas y directivos.
Llama la atención la definición que realiza Andrea Garbarino sobre qué es una información de masas, la cual enlaza con el enfoque de las piezas que difunde un medio de comunicación:
“Un inextricable amasijo de retóricas de fachada y astucias tácticas, de códigos y estereotipos, símbolos, tipificaciones latentes, representaciones de roles, rituales y convenciones relativos a las funciones de los medios y de los periodistas en la sociedad, a la concepción de los productos-noticia, y a las modalidades que dominan su confección. La ideología se traduce luego en una serie de paradigmas y de prácticas profesionales adoptadas como naturales [4]”.
1.3. Metodología y análisis de contenido
En esta investigación he utilizado una metodología sistematizada en la que he analizado los titulares, subtítulos y antetítulos, junto a la información suministrada en el cuerpo de cada artículo informativo, así como los sumarios que publican algunos periódicos. Lo que he pretendido, en definitiva, es intentar comprobar si los artículos siguen unos sesgos determinados o, por el contrario, son piezas meramente informativas y objetivas.
Para su análisis he establecido una metodología empírica de investigación de carácter intersubjetivo, que toma como punto de partida el sentido común general, escapando a las categorías y evaluaciones basadas en la mera percepción subjetiva del autor y superando subjetivismos reduccionistas, en general.
Es decir, como explica Iñaki Gutiérrez, lo que se persigue es acercarse de una manera pertinente al objeto de estudio y sacar unas conclusiones que se adecúen lo más posible a lo que denominaríamos criterios de sentido común [5].
En definitiva, esta investigación cumple lo que se denomina “realidad intersubjetiva de estudio”, ya que cada una de las piezas informativas de análisis es analizada por varios codificadores distintos para dar fiabilidad y validez a los resultados [6].
Para el análisis de contenido de las piezas periodísticas de esta investigación he aplicado una metodología mixta, ya que además del análisis cualitativo de las publicaciones, he tenido en cuenta criterios cuantitativos.
He analizado los principales diarios en papel que se editan en Madrid. Por su orden de importancia, según los datos de la Oficina para la Justificación de la Difusión (OJD): El País, El Mundo y ABC. También he incluido un periódico que se edita en Cataluña, La Vanguardia, y otro que se edita en el País Vasco, El Correo. En ambos casos se trata de diarios líderes en su respectivo territorio. El objetivo de analizar estas dos últimas cabeceras responde a conocer si existen conexiones o tratos diferenciados hacia ETA por ser dos medios de comunicación que se editan en comunidades con historia nacionalista.
- El País fue fundado en 1976 y pertenece al Grupo Prisa. Su actual director es Antonio Caño, que sustituyó a Javier Moreno en mayo de 2014. Es el periódico generalista más leído de España y cuenta con delegaciones en las principales ciudades, como Barcelona, Sevilla, Valencia y Bilbao.
- El Mundo fue fundado en 1989 por Pedro J. Ramírez, director hasta enero de 2014. Fue sustituido por Casimiro García-Abadillo, que sólo estuvo un año al frente del mismo. David Jiménez es su actual responsable. Estos son los tres directores que ha tenido este diario perteneciente al Grupo Unidad Editorial.
- ABC tiene más de 100 años de historia. Fue creado en 1903 por Torcuato Luca de Tena. El gallego Bieito Rubido es su actual director y pertenece al Grupo Vocento. A este holding también pertenece El Correo, diario dirigido por Juan Carlos Martínez que se edita en el País Vasco y que es el líder de la prensa local, compitiendo con Deia.
- La Vanguardia, por último, pertenece al Grupo Godó y es líder de la prensa catalana, compitiendo con El Periódico, del Grupo Zeta. Su actual director es Màrius Carol, que sustituyó en 2013 a José Antich.
Sólo he analizado las versiones impresas de los diarios y no las digitales o las ya disponibles en otros formatos. Es motivo de esta decisión es que la agenda-setting todavía, a día de hoy, la siguen marcando los periódicos de papel.
También la investigación se ha limitado a los artículos informativos de los periódicos. Es decir, no han sido objeto de análisis otros géneros periodísticos, como el reportaje, el editorial, la columna de opinión o la entrevista.
2. Introducción
ETA es la organización terrorista más antigua del mundo en activo, por delante incluso de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) también colombiano, según se recoge en el estudio más exhaustivo sobre organizaciones terroristas que ha elaborado la firma Periscopic [7]. ETA ha marcado la vida política y social de España en los últimos cincuenta años. Desde su nacimiento, la banda terrorista ha intentado conseguir una serie de fines (independencia del País Vasco y anexión de los tres territorios vascos en suelo francés) utilizando una serie de medios (principalmente, la violencia y la extorsión).
El Ministerio del Interior considera que ETA cometió su primer atentado en 1960 [8]. Hasta el día de hoy, los etarras han asesinado a más de 800 personas, aunque no existe unanimidad sobre la cifra concreta. El Gobierno calcula que existen 829 víctimas mortales, a las que hay que sumar heridos de todo tipo, tanto mutilados como con secuelas psicológicas. Los etarras ocupan, independientemente del recuento que se realice, el puesto 22 de la lista de de organizaciones terroristas de todo el mundo en función del número de víctimas ocasionadas, por delante incluso de Hezbolá (Líbano).
ETA ha cometido en sus más de 50 años de historia un total de 2.472 acciones terroristas, según un detallado informe que los servicios antiterroristas de la Policía Nacional enviaron en febrero de 2015 al juez de la Audiencia Nacional Javier Gómez Bermúdez, que está instruyendo una causa contra la banda terrorista por crímenes de lesa humanidad, la primera de este tipo en España [9]. Entre estas acciones se pueden distinguir: los atentados mortales, los secuestros, los ataques a sedes políticas y empresariales o las acciones criminales contra bienes (por ejemplo, la colocación de una bomba en repetidores de televisión).
La Benemérita ha sido la institución que más atentados ha recibido por parte del terrorismo etarra. Los profesionales de la Guardia Civil han sufrido 352 ataques terroristas; los de las Fuerzas Armadas, 234; los de la Policía Nacional, 212; y los de la Ertzaintza, 11. Entre las víctimas de ETA también se encuentran políticos, integrantes de la judicatura, periodistas, ciudadanos civiles… El último atentado mortal de ETA se produjo en julio de 2009 en Palma de Mallorca, donde murieron dos guardias civiles [10].
El citado informe policial que se encuentra en manos del juez del alto tribunal es, en cierta medida, novedoso ya que hasta ahora no se había realizado un balance tan exhaustivo del terror desplegado por ETA en toda su historia. Pero no es el único presentado recientemente. En diciembre de 2014, tres años después de que ETA decretara el cese definitivo de la violencia, la Secretaría General para la Paz y la Convivencia del Gobierno vasco dio a conocer otro documento de 67 páginas que analizaba “la situación procesal” de los atentados terroristas mortales entre 1960 y 2014 cometidos en España, entre ellos los perpetrados por ETA.
La primera conclusión llamativa del informe del organismo dependiente del Ejecutivo vasco es que no existe un acuerdo unánime sobre cuántas muertes ha causado ETA. Interior, como se ha mencionado, contabiliza 829 en su página web. Pero la propia Dirección General de Apoyo a Víctimas del Terrorismo del mismo ministerio aumenta la cifra a 843 (ya que, por ejemplo, incluye la muerte de gendarme francés Serge Nèrin a manos de un comando en marzo de 2010 y otros 13 casos dudosos) y añade, además, otras 12 víctimas más “por el radicalismo afín a la banda”. En total, hace referencia a 855 asesinados. Para echar más leña a la hoguera de la confusión, otro informe de la Dirección General de Apoyo a Víctimas del Terrorismo, elaborado en el año 2010 con motivo de la presidencia española de la Unión Europea, contabiliza 856 víctimas mortales de ETA.
Las víctimas del terrorismo, por supuesto, también tienen su propio recuento. La Fundación de Víctimas del Terrorismo (FVT) comparte la cifra de Interior: 829. El Colectivo de Víctimas del Terrorismo (COVITE) de Consuelo Ordóñez, por su parte, cifra en 858 el número de personas asesinadas por ETA. Por último, el libro ‘Vidas Rotas [11]’, escrito por Rogelio Alonso, Florencio Domínguez y Marcos García, y basado en una exhaustiva investigación de seis años, también ofrece el dato de 858 muertos. A esta disparidad de datos hay que añadir el balance de la Secretaría de Paz, que califica como 44 los casos “controvertidos”, es decir, atentados de autoría desconocida. Según su informe, ETA y sus grupos afines han asesinado a 849 personas.
En conclusión, no existe una cifra concreta, hasta el momento, sobre a cuántas personas ha asesinado o herido la barbarie etarra.
Florencio Domínguez distingue, además, tres etapas en la evolución del nivel de violencia de ETA –medida en el número de atentados cometidos-: la primera se extiende de 1978 a 1984, la segunda entre 1985 y 1991 y la tercera a partir de 1992. En cada una de estas etapas el nivel de violencia es sensiblemente inferior al anterior.
Sus atentados han ocasionado un irreparable daño en varios aspectos:
- En primer lugar, las pérdidas humanas.
- En segundo lugar, el daño económico y material. Atentados, escoltas, indemnizaciones…
- En tercer lugar, de imagen para España y, en particular, para el País Vasco. [12] Durante muchos años, la imagen de los vascos ha estado asociada a la de personas que practican o amparan la violencia terrorista.
Los atentados sin esclarecer añaden todavía más confusión. Sobre esos 849 crímenes, la Secretaría de Paz del Gobierno vasco hace un exhaustivo balance de su situación procesal. Hay 197 sin esclarecer, un 23,2%, sumando los 170 que han sido sobreseídos y los 27 casos que han sido archivados. Sí existe sentencia sobre 546 crímenes. Otros 65, por su parte, fueron amnistiados al verse afectados por la Ley de Amnistía de 1977.
La Justicia española ha reabierto 18 casos en los últimos años y siete más han sido “expurgados”, es decir, su expediente judicial ha sido destruido porque, por su antigüedad, no tienen visos de ser resueltos. De once casos no hay datos, dos están pendientes de diligencias y en otros tres la instrucción de la causa depende de las autoridades judiciales francesas. De todas las víctimas, 833 (98,11%) han sido indemnizadas por el Ministerio del Interior, concluye el informe del Gobierno vasco.
2.1. ETA y la prensa
ETA ha puesto su punto de mira en los periodistas, uno de los colectivos más incómodos para los terroristas. Los etarras han asesinado a dos profesionales de la información en España: José María Portell [13] y José Luis López de la Calle [14]. La banda terrorista también ha atentado contra redacciones o imprentas de medios de comunicación y ha amenazado o intentado matar a profesionales como Luis del Olmo, Carlos Herrera, Carmen Gurruchaga, Antonio Burgos, Gorka Landáburu, Jesús María Zuloaga, José Javier Uranga o José María Calleja, entre otros. Muchos de ellos han tenido que convivir con escolta personal durante muchos años o emigrar del País Vasco.
Hasta hace muy poco tiempo, los profesionales de la información no se han podido expresar con libertad y han recibido la presión de una organización terrorista amenazante en todo momento. Este acoso hacia los periodistas o gestores de medios de comunicación comenzó en los años noventa y se fue amplificando con el paso de los años. El único mal que han hecho estos ciudadanos es informar y denunciar que el terrorismo de ETA debía desaparecer.
Y es que los etarras han sabido que los periodistas son uno de los eslabones más importantes de la sociedad. Unos profesionales capaces de influir y cambiar estados de opinión, a los que han tratado de influenciar y presionar. A ETA le ha importado el periodismo más incluso que la política, ya que resultaba de trascendental importancia para los violentos trasladar a la sociedad una imagen amenazante.
En esta investigación se ofrece un repaso minucioso a como ETA no sólo ha empuñado pistolas, ha colocado bombas o ha extorsionado y amenazado. Los etarras también han utilizado la palabra, la escritura y la imagen para intentar conseguir sus objetivos, que no son otros que la implantación del terror.
Los periodistas y los medios de comunicación, por tanto, son para ETA “enemigos” y, a la vez, cooperadores necesarios de su estrategia asesina.
- Periodistas con escolta
ETA ha provocado que numerosos periodistas hayan tenido que llevar escolta durante muchos años y hayan tenido que estar sometidos a severas medidas de seguridad por parte de la Policía Nacional, la Guardia Civil o la Ertzaintza.
Uno de los primeros periodistas amenazados, en 1982, fue Ander Landaburu, de Cambio 16, por un reportaje sobre el cobro del chantaje en la parte vieja bilbaína. ETA también intentó asesinar a José Javier Uranga, director de Diario de Navarra, ametrallado el 27 de agosto de 1980, que sobrevivió. Alberto Surio (San Sebastián, 1963) fue otro de los amenazados. Fue director de EiTB, la televisión y radio públicas vascas, para más tarde convertirse en jefe de opinión de El Diario Vasco, el periódico de mayor tirada de Guipúzcoa. En el verano de 2000 comenzó a llevar protección para todos sus desplazamientos, una escolta que ha mantenido durante doce años. Pocos meses antes, en mayo, se había producido el asesinato de José Luis López de la Calle y la banda terrorista comenzó a amenazar a periodistas.
Las Fuerzas de Seguridad han encontrado en diferentes operaciones contra comandos información para atentar contra Surio y otros periodistas. La Ertzaintza, por ejemplo, descubrió que el llamado ‘comando Totto’ pretendía hacer volar la redacción del periódico. El director de El Diario Vasco, José Gabriel Múgica, también se encontraba entre los objetivos de ETA, que no paró hasta asesinar a un directivo de este periódico. La trágica noticia llegó en mayo de 2001, cuando la banda terrorista mató a Santiago Oleaga, director administrativo. Se decidieron por él porque sus otros dos objetivos, Surio y Múgica, tenían protección. Desde entonces, todo el equipo directivo de El Diario Vasco tuvo que llevar seguridad personal.
Juan Carlos Martínez (Vitoria, 1957), director desde 2007 de El Correo, el diario de más tirada e influencia en Vizcaya y Álava, también ha sido víctima de la barbarie etarra. En junio de 2008, ETA puso una bomba en la rotativa del periódico. Antes, habían atacado con cócteles molotov la redacción de Vitoria. Tanto él, como sus antecesores, Ángel Arnedo (1998-2007) y José Antonio Zarzalejos (1993-1998) llevaron escolta por encontrarse entre los objetivos de ETA. El 30 de diciembre de 2008, ETA colocó una bomba en la sede de EiTB que dejó el edificio totalmente destrozado. Un intento de provocar una masacre. Anteriormente, los periodistas que la corporación habían recibido cartas con amenazas y dibujos con una diana rodeando su nombre.
Pero, ¿por qué ETA puso en su punto de mira a los periodistas? Fue, como ya se ha destacado, a mediados de los noventa cuando los etarras colocaron entre sus objetivos prioritarios, dentro de su estrategia de socialización del sufrimiento, la generalización de los ataques terroristas, cuyo primer aldabonazo fue el asesinato del concejal donostiarra del PP, Gregorio Ordóñez, en enero de 1995. ETA dedicó incluso a los informadores una ponencia específica, ‘Txinauriak’, en la que se podía leer: “Resultaría muy conveniente una acción muy selectiva contra los periodistas”, a los que se les calificaba de “agentes del enemigo”.
Las amenazas, por tanto, tomaron cuerpo coincidiendo con la estrategia de socialización del sufrimiento, en 1995. Entre ese año y 2002 tuvieron que abandonar el País Vasco Pedro Briongos y José Antonio Zarzalejos, de El Correo; posteriormente, su hermana Charo, de Vasco Press; José María Calleja, de EITB; José Ignacio Iribar, de RTVE; Carmen Gurrutxaga, de El Mundo; y Aurora Intxausti, de El País. Hay que recordar, además, que en los años ochenta, en las ruedas de prensa de Herri Batasuna, algunos de sus representantes dirigían reproches a periodistas, con nombres. Amenazas que, con frecuencia, eran reproducidas en el diario Egin.
Otros optaron por quedarse en el País Vasco. Es el caso de Gorka Landaburu, de Cambio 16, al que una carta-bomba hirió de gravedad y le dejó sin varios dedos de una mano; Marisa Guerrero, de Antena 3; Santiago Silván, de RNE y Enrique Ibarra, de El Correo, también atacados. Otros amenazados fueron José Luis Barbería, Genoveva Gastaminza e Isabel Martínez, de El País.
En total, la prensa vasca y sus periodistas sufrieron 140 ataques entre 1992 y 2002. Y medio centenar de periodistas vascos fueron escoltados durante una década. Pero hasta los noventa la situación era diferente. Tras la dictadura, en los finales de los años setenta, ochenta y hasta mitad de los noventa, la prensa no fue objetivo de ETA. Tampoco políticos, ni profesores o jueces. Lo eran policías, militares y personas consideradas confidentes o relacionadas con la droga [15].
¿Cómo hemos informado los periodistas sobre las palabras de ETA? ¿Hemos sido neutrales y hemos ofrecido a los lectores una información aséptica? ¿O hemos informado de manera negativa sobre las opiniones que quiere difundir la banda terrorista? ¿Hemos colaborado, inconscientemente, con la propaganda etarra? Estas cuestiones se intentarán dar respuesta en esta tesis doctoral.
- Cómo está ETA a día de hoy
ETA se encuentra en 2016 en una situación agónica. Pero la banda terrorista todavía no se ha disuelto, mantiene activistas en la clandestinidad y, lo que es más importante, aún no ha entregado las armas. Tampoco se descarte que alguien, en un momento dado, empuñe un arma y provoque alguna víctima.
Los servicios antiterroristas españoles mantienen controlada a la cúpula de ETA, reducida a su mínima expresión y oculta en el extranjero. El comité ejecutivo de la banda, la “Zuba”, está compuesto hoy por un recudido número de dirigentes (aunque se encuentra asesorado por otros dirigentes históricos), que se mantienen en la clandestinidad con recursos económicos muy limitados. Los jefes de ETA cambian cada cierto tiempo de escondite, y solo establecen los contactos imprescindibles con enlaces de Sortu, con los portavoces de sus presos y con enlaces de la Comisión Internacional de Verificación, dirigida por Brian Currin. Por su parte, el Ministerio del Interior lanza mensajes a la cúpula etarra cada cierto tiempo con algunas detenciones, dejando claro que no se ha bajado la guardia en la lucha antiterrorista, mientras investiga el origen del dinero que ETA y sus efectivos siguen recibiendo.
La cúpula etarra ha ordenado a los pocos militantes que aún mantiene operativos y en la clandestinidad que restrinjan sus movimientos y sus comunicaciones internas. También frenó, hace ya tiempo, la incorporación de nuevos miembros. Desde que ETA decidió poner fin al llamado “impuesto revolucionario” (la “extorsión” a los empresarios), que suponía el 50% de sus ingresos, la banda dispone de poco dinero para los gastos que conllevan esa clandestinidad: comida, pago de alquiler, gasolina...
Los militantes operativos, no más de un veintena, se mantienen ‘dormidos’, sin hacer mucho ruido ni llamar la atención, discretos, a la espera de nuevas órdenes. Un termómetro que refleja a la perfección el frenazo de la actividad etarra es el robo de coches. Si en el periodo 2005 - 2008 la media anual de robos de vehículos en Francia era de 70, en el periodo 2009 - 2011 la cifra bajó a 30 y en 2013 solo se robaron 11 vehículos. En 2014 y 2015 únicamente hay constancia de cuatro sustracciones en el país galo. Ante la presión policial que continúa en Francia, esta “reserva especial” de ETA, si las posibilidades económicas lo permiten, debe buscarse la vida en otros países europeos, limítrofes con Francia, como es el caso de Italia, Alemania, Bélgica y Reino Unido.
La estructura etarra se resume en un ‘aparato político’, en el que podrían estar integrados Mikel Irastorza, ex miembro de Ekin, y, probablemente, Josu Ternera, asesorados por el “Biltzar Ttipia”, una especie de comité asesor formado por veteranos militantes refugiados desde hace años en Venezuela, México, Cuba, Cabo Verde, Santo Tomé y Uruguay. El ‘aparato militar’ ha quedado reducido a la mínima expresión y encuadrado dentro del logístico, cuya principal labor es el mantenimiento de los zulos. La propia ETA ha definido este aparato como “una estructura técnico-logística que tiene como labor completar el sellado de armamento”.
Del aparato logístico depende el ‘subaparato de falsificación’, vital para seguir suministrando a los efectivos etarras la documentación falsa indispensable para vivir en la clandestinidad. Sigue funcionando.
La mayoría de etarras huidos son terroristas con causas pendientes ante la Justicia española, que llevan ya muchos años en la clandestinidad y que incluso han rehecho su vida en otros países. ETA les aconsejó hace tiempo que se buscaran trabajo (sólo les iba a seguir ayudando con documentación) ante el problema de financiación que sufre la banda terrorista. El presupuesto anual de ETA solo se puede destinar a pagar la manutención de la cúpula y de su “reserva especial”. Los demás deben buscarse la vida.
Desde la lucha antiterrorista se apunta que las detenciones se van a seguir produciendo ante el estancamiento del proceso de desarme y la no disolución por parte de ETA. Lo único reseñable que se ha producido, hasta el momento, fue la escenificación en febrero de 2014 de una pequeña entrega de armas a dos miembros de la comisión internacional, una comisión que no es reconocida por el Gobierno español. Los etarras se llevaron las armas tras inutilizarlas delante de los verificadores.
Mientras no hay avances significativos en el proceso de desarme, los servicios antiterroristas están investigando el origen del flujo de dinero que sirve para que la cúpula de ETA y su “reserva especial” sobrevivan en la clandestinidad. Un duro golpe para cortar sus fuentes de financiación fue el que efectuó la Guardia Civil en enero de 2015 con la desarticulación del ‘frente de makos’ de ETA. De los 16 detenidos, 12 eran miembros del denominado “colectivo de abogados”, a los que también se les imputa delitos de blanqueo de capitales y contra la Hacienda Pública al no haber declarado al fisco 1.300.000 euros durante los años 2012 y 2013, procedentes de la asistencia jurídica a los presos etarras. Los otros cuatro arrestados eran tesoreros de ‘Herrira’, el colectivo de familiares de presos, una organización suspendida judicialmente.
Llamativas fueron las imágenes proporcionadas por la Guardia Civil en uno de los registros, en la sede del sindicato LAB en Bilbao. Los agentes hallaron unos 90.000 euros en billetes de cinco y diez euros (había pocos de 20) y monedas. Dinero procedente de donaciones de simpatizantes, de rifas y de la venta de productos de ‘merchandising’ de la izquierda abertzale. Esta es la clave de la cuestión: ETA ya no puede contar con el “impuesto revolucionario”, que antes suponía el 50% de su financiación. Ahora el dinero procede de aportaciones voluntarias (también de empresarios afines), ayudas que proceden del colectivo de refugiados en el extranjero, sobre todo en Sudamérica.
La banda terrorista mantiene el arsenal del que ya disponía antes del cese definitivo de la violencia, como amenaza latente ante una hipotética negociación con el Gobierno, y porque su entrega a cambio de nada visualizaría una derrota sin paliativos que la actual cúpula de ETA no quiere asumir. España y Francia solo han recuperado hasta la fecha 152 de las 404 pistolas que un comando de ETA robó en una armería de Vauvert (Francia) en octubre de 2006, lo que significa que falta por conocerse el paradero de otras 252. A lo que hay que sumar 1,3 toneladas de polvo de aluminio (elemento fundamental del destructivo amonal), cantidades indeterminadas de otros componentes de explosivos (como clorato sódico y nitrometano), unas 300 armas largas y 28.000 matrículas que también robaron en Francia.
ETA controla un grupo muy pequeño de zulos, ya que la banda terrorista teme que la mayoría de sus escondites estén vigilados desde que la Guardia Civil detuviera en mayo de 2013 a los etarras que controlaban e inventariaban los zulos. A pesar de que la Comisión Internacional de Verificación (CIV) informó en diciembre de 2014 de que ETA continuaba el proceso de “sellado y puesta fuera de uso operativo de sus armas, munición y explosivos”, nadie ha ofrecido pruebas al respecto ni existe un inventario de las armas inutilizadas [16].
Este ‘punto muerto’ se mantendrá hasta que un Gobierno decida emprender una negociación con ETA para gestionar el futuro de sus presos, según expertos de la lucha antiterrorista del Ministerio del Interior.
- El ‘aparato de propaganda’ de ETA
Un comunicado de ETA se difunde para lograr unos objetivos a través de la prensa. Es decir, el fin principal de los etarras es que sus palabras lleguen al mayor número de personas posible y en los términos que ellos pretenden. En lo primero que piensan los terroristas a la hora de difundir un comunicado es en su réplica en los medios de comunicación, de los que se intentan servir como altavoces.
De esta forma, para ETA lo más importante de sus comunicados es que se informe sobre ellos de una manera predeterminada o, dicho de otra forma, que lleguen sus palabras del modo que los terroristas pretenden. De ahí que intenten difundir sus amenazas, intentando conseguir que el nombre de ETA se repita constantemente y quede asociado a una banda de liberación que busca conseguir la independencia de, bajo su punto de vista, un pueblo oprimido, el vasco.
ETA, por tanto, ve en los periódicos, radios y televisiones un canal clave en su estrategia comunicativa y propagandística. Y para conseguir influir en ellos creó un departamento de comunicación propio: el ‘aparato de propaganda’ [17].
¿Por qué ETA pone en marcha un ‘aparato de propaganda’? El objetivo primordial es difundir a la ciudadanía sus reflexiones y hacer llegar amenazas concretas y veladas a gobiernos y agentes que se encuentran en su punto de mira. Es una estrategia claramente ofensiva que ha utilizado históricamente a los medios de comunicación como apéndices de esa actitud que busca provocar miedo, principalmente.
ETA da solemnidad a su intento de influir en la sociedad a través de la creación de este ‘aparato de propaganda’. La misión inicial de la puesta en marcha de esta estructura fue servir de mecanismo de comunicación directo entre ETA y los ciudadanos, sin tener que depender de intermediarios. No obstante, con el paso de los años, la cúpula etarra comprobó también la importancia de los medios de comunicación en la difusión de mensajes y centró su atención también, como veremos en esta investigación, en influir en ellos de manera directa.
En 1976, ETA creó su ‘aparato de propaganda’ “propio y suficiente que evite a la organización militar la necesidad de intermediarios políticos, quienes, en un momento determinado, podrían intentar desfigurar el sentido y los objetivos de la actividad armada [18]”.
ETA configuró el ‘aparato de propaganda’ como una estructura autónoma independiente de la red de ‘comandos’. Su primer dirigente fue Juan Ramón Aramburu Garmendia [19]. El funcionamiento de este grupo operativo se encontraba estrechamente vinculado a este dirigente etarra hasta tal punto que el aparato como tal desaparecerá después de la detención de Aramburu.
Florencio Domínguez, uno de los investigadores que mejor conoce las entrañas de ETA, explica que los miembros del ‘aparato de propaganda’ tenían que rellenar una ficha y entregar fotografías y copia del DNI [20]. Las citas clandestinas eran en su día prácticamente las mismas a las que aplicaban los terroristas que asesinan, los comandos, aunque su cometido consistía en difundir panfletos, fabricar pancartas o realizar pintadas.
En un principio, “las actividades realizadas por el ‘aparato de propaganda’ tenían dos tipos de destinatarios: por un lado, los propios militantes de la organización terrorista, para los que se elaboran determinadas publicaciones de carácter interno; y, por otro, el resto de la sociedad, a la que se dirigirán con otros instrumentos de comunicación diferenciados [21]”. Es importante señalar que el contenido de los mensajes no lo decidía el ‘aparato de propaganda’, sino el aparato político. El primero sólo se dedicaba a su difusión.
El objetivo del ‘aparato de propaganda’, por tanto, era la difusión de mensajes por dos vías: aquellos que llegaban a militantes y simpatizantes de ETA y los que se difundían al exterior. Para la propagación de estos últimos los terroristas se percataron de que necesitarían la ayuda de los medios de comunicación. La pretensión era alcanzar audiencias masivas, para lo que la prensa, la radio y la televisión se convirtieron en la única vía. Los etarras, como veremos a lo largo de esta tesis doctoral, buscaban que los medios de comunicación les sirvieran de cooperadores necesarios de su estrategia propagandística.
Una de las actividades principales del ‘aparato de propaganda’ fue la confección y difusión de panfletos para consumo propio. La publicación interna más antigua de ETA es Zutik, que significa “en pie” en euskera. Comenzó a difundirse en 1960 y desapareció en 1978. Se publicaron, según la investigación de Florencio Domínguez, hasta 69 números [22]. Otras herramientas propagandísticas que ha elaborado ETA a lo largo de su historia fueron ETAk Euskal Herriari, Barne Buletina o Zuzen. Para difundir su propaganda, los etarras han recurrido también a la interceptación de emisoras de radio y televisión para intentar que sus propios mensajes lleguen a la ciudadanía [23].
ETA, en definitiva, crea el ‘aparato de propaganda’ para evitar el intermediario de los periodistas y para que sus palabras no se malinterpreten. Su estrategia perfecta sería la difusión textual de su comunicado en los diferentes medios de comunicación. La pregunta, a la vista de todo esto, vuelve a ser: ¿hemos actuado los periodistas de manera responsable a la hora de abordar informativamente los textos etarras?
ETA ha dejado escrito que los periodistas y los medios de comunicación realizan una “intensa campaña de intoxicación y desprestigio” hacia la banda terrorista. Son, por tanto, considerados enemigos del País Vasco dependiendo de la información que publiquen. El ‘aparato de propaganda’, por tanto, en palabras de los terroristas, tenía el objetivo de hacer frente a “la manipulación informativa de que es objetivo nuestro pueblo”.
Los periódicos y los periodistas son considerados para ETA enemigos de Euskal Herria, de ahí que una parte de su estrategia asesina sea amedrentar a los profesionales de la información. Es una decisión, por un lado, ofensiva (son enemigos), pero, por otro lado, necesaria, ya que sólo los medios de comunicación pueden difundir sus proclamas y hacerlas llegar a audiencias masivas.
ETA disolvió el ‘aparato de propaganda’ en 1985 cuando la Policía descubrió en un garaje de Berriozar (Navarra) una emisora de radio, multicopistas, fotocopiadoras, una prensa de encuadernación y otros equipos para trabajos de imprenta [24]. Una vez desaparecido este compartimento estanco, las labores de difusión de mensajes con el objetivo de influir entre la población pasaron a cargo del ‘aparato político’, que mantiene estas funciones en la actualidad.
3. Primera parte. Marco teórico
Los medios de comunicación han sido testigos (incómodos) de la estrategia asesina de ETA. Los periodistas han formado parte de una realidad violenta en el País Vasco y en el resto de España durante más de cincuenta años, un trabajo que siempre ha criticado ETA y que ha acompañado al de otros profesionales considerados enemigos por la banda terrorista, como los guardias civiles, los policías o los jueces.
En España no ha habido hasta hace muy poco tiempo una libertad de prensa total. La banda terrorista ETA se ha encargado en los últimos decenios de amenazar y poner en su punto de mira a los informadores que intentaban, con sus palabras o sus letras, informar sobre el problema armado más antiguo de Europa y el único que a día de hoy todavía no se ha cerrado. Estas amenazas han influido en la labor de los periodistas en nuestro país.
Por su parte, los etarras han desplegado una estrategia propagandística que ha buscado la complicidad de estos medios de comunicación a los que no ha importado atacar y, a su vez, utilizar cuando lo consideraba oportuno, como se verá a lo largo de la investigación.
En esta situación, la relación entre prensa y ETA entra en conflicto. No sólo se podría hablar de problema armado, sino también de conflicto informativo. ¿Cómo los periodistas han abordado el día a día con una banda terrorista que asesina y, a la vez, que intenta utilizar a los medios de comunicación para difundir su propaganda?
3.1. ¿Qué es el terrorismo?
La definición más adecuada y comúnmente aceptada de terrorismo la enunció la Comisión de las Comunidades Europeas, en su “Propuesta de Decisión Marco del Consejo sobre la Lucha contra el Terrorismo” presentada en Bruselas el 19 de septiembre de 2001. Establece que “los delitos terroristas pueden definirse como delitos cometidos intencionalmente por un individuo o un grupo contra uno o más países, sus instituciones o ciudadanos, con el fin de intimidarles y de alterar gravemente o destruir las estructuras políticas, económicas, medioambientales o sociales de un país”.
Según esta propuesta aprobada por la Unión Europea se considera como infracción de tipo terrorista “cualquier acto intencionado que atente gravemente contra un país o una organización internacional, que tenga como objeto intimidar gravemente a la población, que desestabilice o destruya las estructuras políticas, constitucionales, económicas y sociales de un país u organización internacional, o que por la vía de la destrucción de lugares públicos o privados ponga en riesgo vidas humanas o produzca pérdidas económicas considerables”.
Carlos Marletti, uno de los investigadores de mayor prestigio en el tratamiento informativo de la violencia política, asegura por su parte que en el fenómeno terrorista se dan dos paradigmas: la manipulación política y la espectacularidad. Efectivamente, como comprobaremos a lo largo de la investigación, bajo el paradigma del espectáculo se enfatizan elementos psicopatológicos de los terroristas: su carácter asocial, desequilibrado, sanguinario o mafioso, destacan Idoiaga y Ramírez de la Piscina [25].
A continuación se enumeran algunas definiciones de terrorismo [26]:
1. Acto de violencia en el que individuos o grupos se rebelan contra el sistema político.
2. El uso de violencia para fines políticos en unas circunstancias en las que importan las expresiones y la propaganda utilizada. El uso de esta violencia en cualquier circunstancia provoca muertes, daños o miedo en los ciudadanos.
3. Violencia motivada por cuestiones políticas de un grupo minoritario al que no le importan los valores humanos en general y que causa víctimas inocentes.
4. Actos de desobediencia política con fines ilegales mediante bombas, pistolas u otros.
5. Un acto de violencia en el cual se ataca a personas que no tienen aparente relación con la finalidad del atentado.
6. Una forma de violencia utilizada para influenciar a las autoridades, y que se rebela directamente contra el sistema, con la intención de atemorizar a la población y que está caracterizada por ser impredecible e incomprensible.
7. Aplicar la violencia para conseguir ventajas políticas.
8. El uso de la violencia para fines políticos.
9. Un acto disparatado.
10. Cualquier actividad en la que exista violencia (bombas, disparos, asesinatos, etc.) y que es empleada para conseguir un objetivo.
11. Violencia, física o psicológica, ejercita para provocar terror con fines políticos.
12. Un crimen de extrema violencia como muertes, asesinatos, atrocidades, etc. cometido por grupos organizados con fines normalmente políticos. Provocan víctimas inocentes.
13. Un acto dirigidos a conseguir destrucción, violencia… Son hechos ilegales por su naturaleza.
14. El uso de la violencia realizado por organizaciones inconstitucionales e ilegales contra grupos de ciudadanos y que se realizan por motivos políticos.
15. Uso de la coacción contra personas con un determinado fin.
16. Acción violenta dirigida a provocar miedo en la población, incluidos atentados contra las fuerzas de seguridad y contra cualquier organismo público o privado.
17. Acto de violencia con medios ilegales.
En resumen, en la definición de terrorismo coinciden varios aspectos: el uso de la violencia, los fines políticos, la utilización de medios ilegales, el temor que se busca provocar en la población y las víctimas inocentes que provoca. Y los medios de comunicación juegan un papel importante en la difusión del terrorismo [27].
3.2. El punto de partida: ETA marca la historia del País Vasco
En España, ETA ha marcado la vida de millones de ciudadanos durante más de cinco décadas. La banda terrorista ha provocado multitud de daños humanos, materiales, psicológicos, desplazados… hasta el punto que pasarán todavía muchos años para que la sociedad deje de asociar a los vascos con la violencia.
- Notas sobre el panorama español e internacional
ETA ha pasado en apenas quince años de cometer atentados indiscriminados en España a apostar por vías exclusivamente políticas. Se podría decir que la banda terrorista ha sufrido una evolución y los ‘pacifistas’ han podido imponerse a los ‘duros’. En este periodo de una década y media, los etarras se han adaptado a las exigencias de la mayoría de la sociedad vasca que, ansiada por ver el final del terrorismo, ha sabido premiar o castigar al llamado varazo político de ETA en las diferentes elecciones.
ETA, por tanto, acuciada por conseguir representación institucional, ha pasado de asesinar a defender una apuesta por la política. En este momento, Bildu dispone de una importante cuota de poder en diferentes ayuntamientos del País Vasco [28] y ha llegado a gobernar en el consistorio de San Sebastián y en la diputación de Guipúzcoa. Los etarras, por tanto, también han sabido adaptarse a las necesidades políticas abandonando las armas.
En este momento, el único ‘caballo’ de batalla’ que le queda a ETA son sus presos. Como se mencionó en la introducción, en 2015, todavía más de quinientos etarras se encuentran internados en centros penitenciarios de, principalmente, España y Francia. Los expertos antiterroristas consideran que ETA no entrega las armas porque no ha solucionado la situación, precisamente, de estos presos.
La actual cúpula etarra, además, está intentando implicar a la llamada “comunidad internacional” en la solución de lo que ellos llaman el “conflicto vasco”. Para ello ha contacto con unos verificadores [29] para que certifiquen que el fin de la violencia es real. Sin embargo, ni el Gobierno español ni el galo han mostrado el más mínimo interés en negociar con una banda terrorista en situación de extrema debilidad.
- ETA: estructura organizativa y fines
ETA ha mantenido diversas estructuras organizativas a lo largo de su historia. El nexo en común en sus diferentes etapas ha sido la existencia de un potente ‘aparato militar’. Es decir, de un grupo de terroristas encargados de programar y ejecutar los atentados. Precisamente, la violencia ha permitido a los etarras mantener una amenaza latente sobre los Gobiernos español y francés y también sobre los ciudadanos de ambos países, por lo que el ‘militar’ ha sido el departamento más importante de la banda terrorista durante toda su historia.
Dentro del ‘aparato militar’, otro compartimento de gran relevancia en la organización terrorista ha sido el logístico. Se trata de una estructura encargada de facilitar los medios necesarios para que los etarras puedan perpetrar sus atentados. Controla los zulos, viviendas, pisos francos, etarras disponibles (conocidos en la jerga de la banda terrorista como “legales”) o en la clandestinidad (llamados “liberados”), falsifica documentos y demás acciones que requiere la organización armada.
El ‘aparato político’ también ha disfrutado de una importancia destacada en la estructura de ETA. A día de hoy es el único en pleno funcionamiento. Se trata de un grupo de etarras encargados de fijar la acción estratégica de la banda criminal. En este sentido, lanza los mensajes oportunos, toma las decisiones más destacadas, intenta mantener la cohesión interna y, en algunos casos, ha llegado a negociar con el Gobierno español [30].
El ‘aparato militar’, el ‘logístico’ y otros departamentos internos han desaparecido o se encuentran prácticamente inoperativos gracias a la eficacia policial, con sucesivas detenciones de los máximos dirigentes del momento [31]. Es, por tanto, el ‘aparato político’ el encargado de mantener la amenaza etarra. De hecho, ETA todavía no ha entregado la mayor parte del material asesino del que dispone. ¿Dónde están las cientos de armas que, por ejemplo, la banda terrorista robó en Vauvert? ¿O las toneladas de explosivos que los etarras todavía continúan almacenando?
Otro compartimento que continúa activo a día de hoy es el citado de presos, conocido también como ‘frente de makos’. Es la única reivindicación que le quede a ETA y, por ello, la banda terrorista va a intentar mantener hasta el final su amenaza hasta solucionar el futuro de los más de 500 presos que se encuentran en centros penitenciarios de España, Francia y otros países. De hecho, los máximos responsables de la lucha antiterrorista del Ministerio del Interior afirman que ETA no se disolverá hasta alcanzar un acuerdo con estos varios centenares de presos que cumplen condena [32].
- ETA y la negociación con el Gobierno
A lo largo de toda su historia, ETA ha mantenido varias negociaciones con el Gobierno español para intentar poner fin al terrorismo de manera dialogada.
El primer Ejecutivo en sentarse cara a cara con la banda terrorista, ya en la etapa democrática, fue la Unión de Centro Democrática (UCD). El 30 de noviembre de 1976 se establecieron los primeros contactos en Ginebra (Suiza) entre Ángel Ugarte -jefe del SECED (antiguo servicio secreto) en el País Vasco entre 1974 y 1979-, y la rama político-militar (ETA p-m). Los etarras que se reunieron con el representando del Gobierno español fueron Javier Garayalde, ‘Erreka’ [33], y Jesús María Muñoa Galarraga, ‘Txaflis’.
Estas negociaciones entre ETA y el Gobierno continuaron en 1977. El elegido, en este caso, para hablar con los terroristas en nombre del Gobierno de Adolfo Suárez fue el periodista José María Portell. En febrero de este año, Portell se reunió con Juan José Etxabe, un histórico de ETA, para pactar la base de futuras negociaciones. El objetivo del Gobierno era la paz y, sobre todo, llegar a los comicios del 15 de junio de ese año sin atentados. A cambio estaba dispuesto a negociar con los presos vascos. Durante 1977 año se produjeron un total de cuatro contactos en Suiza, Francia y España.
Tras un parón en 1978, al año siguiente se reanudaron los contactos con ETA en Ginebra. Ya con Leopoldo Calvo Sotelo al frente del Gobierno, el ministro del Interior Juan José Rosón impulsó los contactos con los máximos dirigentes de ETA político-militar. Como recuerdan Antonio Rubio y Manuel Cerdán en su libro ‘Lobo. Un topo en las entrañas de ETA’ [34], la negociación funcionó y el 30 de septiembre de 1982 llegó la disolución de ETA p-m VII Asamblea, que optó por la vía exclusivamente política.
Ya con el PSOE en el Gobierno y en el marco de las denominadas conversaciones de Argel [35], en 1987, 1988 y 1999 se reanudan los contactos con ETA para lograr la paz a cambio de la implantación de la denominada “alternativa Kas”. Los interlocutores principales fueron el secretario de Estado de seguridad, Rafael Vera, y Eugenio Etxebeste, Antxon. Tras varias treguas temporales, las negociaciones no fructificaron.
El 16 de septiembre de 1998, cuatro días después de que se firmara la Declaración de Lizarra, ETA anunció, por primera vez en su historia, un cese de la violencia total, “unilateral” e “indefinido”. El Gobierno de José María Aznar mostró su disposición a dialogar y en mayo de 1999 se celebró un encuentro en Suiza. Pero en agosto de ese año ETA señaló que el diálogo de paz se hallaba bloqueado y la comunicación con el Gobierno rota.
Los últimos contactos entre ETA y el Ejecutivo se remontar a los años 2004, 2005 y 2006, cuando el equipo de José Luis Rodríguez Zapatero mantuvo negociaciones avanzadas con la banda terrorista para culminar con la violencia [36].
Ahora, en el momento histórico que nos ocupa, el Gobierno de Mariano Rajoy se ha negado a mantener abierta cualquier negociación con ETA. La organización armada atraviesa el peor momento de su historia, con una debilidad operativa evidente. Esta circunstancia ha sido aprovechada por el Ministerio del Interior para declarar en numerosas ocasiones a lo largo de los últimos años que el único mensaje que espera de los etarras es el de su disolución. También lo ha reconocido el propio presidente del Gobierno.
Entre los expertos de la lucha antiterrorista, por su parte, se destaca el nombre de Josu Ternera como el etarra que puede posibilidad la disolución histórica de ETA. José Antonio Urrutikoetxea Bengoetxea es considerado desde hace al menos cuatro años el promotor a nivel interno del abandono definitivo del terrorismo. Algunos agentes, incluso, le consideran como el ‘caballo de troya’ de los servicios antiterroristas en la cúpula etarra.
Lo cierto es que Josu Ternera ha escapado ‘in extremis’ de varias operaciones en las que se le iba a detener (su hijo Egoitz fue apresado en París en octubre de 2015). En alguna ocasión, incluso, se capturó a sus compañeros de vivienda, pero no a él, que logró huir. Ternera ha sido fotografiado en la clandestinidad por algún medio de comunicación [37]. Entre los funcionarios de la Guardia Civil y la Policía se comenta que Josu Ternera es el nexo entre ETA y el Gobierno. Afirman que es el hombre que dará carpetazo final al terrorismo etarra, de ahí que al Estado le interese que continúe moviéndose en libertad [38].
Fernando Hernández Valls, en dialnet.unirioja.es/
(*) Es solo una extracto de la tesis completa
Notas:
1. El 10 de enero de 2011, el ex presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se reunió en el número 5 del Paseo de la Castellana de Madrid (sede del Ministerio del Interior) con Jorge Fernández Díaz. Sobre el contenido de ese encuentro poco se sabe, aunque algunas personas del departamento aseguran que el ex jefe del Ejecutivo pidió que el nuevo Gobierno de Rajoy continuara con la misma política antiterrorista que él había iniciado.
2. KERLINGER, Fred N. Foundation of Behavioral Reasearch. Nueva York: Holt, Rinehart and Winston, 1986.
3. MCCOMBS, Max y SHAW, Donald. Agenda-setting and Mass Communication Theory. Gazzete, International Journal for Mass Communication Studies. 1979, vol. 25, 96, 105. ISSN 10.1177/001654927902500203.
4. GARBARINO, Andrea. La ‘normalizzazione’ dei giornalisti. Ipotesi sugli esiti della socialozzazione professionale negli apparati dell´informazione. Sociologia dell´organizzazione. 1982, nº 1, 7, 53.
5. GUTIÉRREZ, Iñaki. Cómo los diarios españoles inventaron nexos entre Venezuela y ETA. Caracas: Colección guerra mediática, 2010.
6. BERGANZA, María Rosa, RUIZ, José A. y DEL RÍO, Olga. Investigar en Comunicación. Guía práctica de métodos y técnicas de investigación social en Comunicación. Madrid: Mc Graw-Hill, 2005.
7. Perioscopic es una compañía de análisis de datos: http://www.periscopic.com/. El estudio se ha realizado con información del Consorcio Nacional para el Estudio del Terrorismo y Respuestas al Terrorismo, dependiente de la Universidad de Maryland (Estados Unidos) y del Global Terrorism Database (GTD), que analiza las acciones terroristas con información sobre fecha, lugar, armas, objetivo, víctimas y responsables. Incluye los datos a partir de fuentes abiertas en todo el mundo desde 1970 a 2013.
8. El primer atentado de ETA fue el asesinato del guardia civil José Ángel Pardines Arcay, el 7 de junio de 1960. El agente moría a consecuencia de una bomba colocada en la vía férrea de San Sebastián. Precisamente, la operación de la Guardia Civil en la que se detuvo a la cúpula de ETA en septiembre de 2014 se bautizó como ‘operación Pardines’.
9. En febrero de 2014, la Audiencia Nacional declaró al juez Javier Gómez Bermúdez “competente” para investigar si ETA cometió crímenes de lesa humanidad. El caso continúa abierto gracias a una demanda de la asociación Dignidad y Justicia.
10. El 30 de julio de 2009, ETA asesinó en Palma de Mallorca a los guardias civiles Carlos Sáenz de Tejada García, de 28 años, y Diego Salva Lezaun, de 27 años. El método utilizado fue el mismo que en el primer atentado: una bomba, en esta ocasión, lapa adosada a su todoterreno.
11. ALONSO, Rogelio, DOMÍNGUEZ, Florencio y GARCÍA, Marcos. Vidas rotas. Todas las víctimas de ETA. Barcelona: Espasa, 2010.
12. ETA ha provocado un gran perjuicio en la imagen del País Vasco en la prensa norteamericana. “Los titulares de las noticias, de los artículos, de los comentarios y de los editoriales lo indican claramente: en los ochenta, palabras connotativas de violencia como asesinato, matar, incendiar, bombas, explosiones, terror, etc. aparecen en 62 de los 143 ítems que componen nuestra muestra, es decir, en más de un 43%”. López Aranguren, Eduardo. La imagen del nacionalismo vasco y de la violencia política en el País Vasco en la prensa americana. Departamento de Cultura. Gobierno Vasco. Vitoria, 1991. Pág 68 y 69.
13. En 1978, José María Portell recibió tres tiros a las puertas de su vehículo en la localidad de Portugalete.
14. En 2000, José Luis López de la Calle fue asesinado mientras volvía de desayunar con el periódico. Era una mañana lluviosa y el etarra Ignacio Guridi Lasa le disparó cuatro tiros por la espalda. Su cadáver quedó en la calle junto a un paraguas.
15. AIZPEOLEA, Luis R. “La prensa vasca hace autocrítica de su actitud en los años de plomo de ETA”. 8 de mayo de 2015. http://politica.elpais.com/politica/2015/05/05/actualidad/1430853441_737112.html
16. FERNÁNDEZ, David. “ETA agoniza con menos de 20 militantes e Interior investiga el dinero que sostiene a la cúpula”. 11 de mayo de 2015. http://www.20minutos.es/noticia/2402491/0/eta-cupula/interior-vigila- controla/dinero-ingresos/
17. Son palabras reflejadas entre comillas ya que se trata de terminología etarra.
18. Documento presentado por ETA militar en la VII Asamblea de ETA político-militar.
19. DOMÍNGUEZ, Florencio. ETA: estrategia organizativa y actuaciones 1978-1992. Bilbao: Servicio editorial de la Universidad del País Vasco, 1998.
20. DOMÍNGUEZ, Florencio. Ibíd.
21. DOMÍNGUEZ, Florencio. Ibíd.
22. DOMÍNGUEZ, Florencio. Ibíd.
23. Florencio Domínguez explica que la primera vez que ETA intercepta una emisora de radio fue en 1963, cuando consiguió interrumpir la emisión de Radio Tolosa para difundir sus mensajes.
24. DOMÍNGUEZ, Florencio. Ibíd.
25. IDOIAGA, Petxo y RAMÍREZ DE LA PISCINA, Txema. Al filo de la (in)comunicación. Prensa y conflicto vasco. Madrid: Fundamentos, 2002.
26. SCHMID, Alex y DE GRAAF, Janny. Violence as commnication. Insurgent terrorism and the wester news media. London and Beverly Hills: Sage Publication, 1982.
27. SCHMID, Alex y DE GRAAF, Janny. Ibíd.
28. La coalición de particos abertzales, EH Bildu, consiguió 308829 votos y 1195 concejales en las elecciones municipales y autonómicas de mayo de 2015.
29. Se trata de Ram Manikkalingam, director del Dialogue Advisory Group y profesor visitante en la Universidad de Amsterdam; Ronnie Kasrils, político retirado, miembro del Comité Ejecutivo del Congreso Nacional Africano (ANC) durante más de 16 años. Fue viceministro de Defensa (1994-1999), ministro de Aguas y Bosques (1999-2004) y ministro de Inteligencia (2004-2008) del Gobierno de Sudáfrica; Chris Maccabe, que fue director Político de la Oficina de Irlanda del Norte (NIO) del Reino Unido y, como tal, participó en las negociaciones que llevaron a los Acuerdos de Viernes Santo en 1998; Satish Nambiar, militar indio, fue Teniente General y exVicejefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de su país; Aracelly Santana, ex Representante Especial Adjunta del Secretario General de la ONU en Nepal (2008) y ex Adjunta al Asesor Especial del Secretario General de la ONU para la planificación del periodo postconflicto en Libia (2011); y Fleur Ravensbergen, directora adjunta del Dialogue Advisory Group (DAG).
30. Es de obligada referencia para conocer mejor la estructura organizativa de ETA las siguientes obras que son consideradas por los expertos en información de Interior los manuales de referencia para conocer las interioridades de la banda terrorista: ELORZA, Antonio (coordinador). La historia de ETA. Madrid: Temas de Hoy, 2006. GURRUTXAGA, Carmen. Los jefes de ETA. Madrid: La Esfera de los Libros, 2001. PORTERO, Daniel. La trama civil de ETA. Madrid: Arcopress, 2008. DOMÍNGUEZ, Florencio. La agonía de ETA. Madrid: La Esfera de los Libros, 2012. AIZPEOLEA, Luis R. Los entresijos del final de ETA. Madrid: Catarata, 2013. BUESA, Mikel. ETA, S.A. El dinero que mueve el terrorismo y los costes que genera. Barcelona: Planeta, 2011.
31. La última operación contra el ‘aparato logístico’ consiguió descabezar a sus máximos responsables.
32. Conversación en un encuentro celebrado en la secretaría de Estado de Seguridad en el verano de 2014 con motivo de la derogación de la doctrina Parot. Atribución con reserva.
33. ‘Erreka’ era miembro del Comité Ejecutivo de los poli-milis y la mano derecha de Pertur, ideólogo de esta división de la banda terrorista. En su libro ‘Espía en el País Vasco’ (descatalogado) cuenta sus días en ETA.
34. CERDÁN, Manuel. Lobo. Un topo en las entrañas de ETA. Madrid: Plaza y Janés, 2003.
35. RIVAS TROITIÑO, José Manuel. Desinformación y Terrorismo: análisis de las conversaciones entre el Gobierno y ETA en Argel (enero-abril 1989) en tres diarios de Madrid. Tesis doctoral inédita. Universidad Complutense de Madrid, Facultad de Ciencias de la Información, 1992.
36. Las mejores investigaciones para conocer cómo se desarrollaron estas conversaciones son MURUA, Imanol. El Triángulo de Loyola. San Sebastián: Tartalo, 2010 y AIZPEOLEA, Luis R. Los entresijos del final de ETA. Madrid: Catarata, 2013.
37. La revista Época publico en exclusiva las imágenes del etarra oculto en una vivienda de Italia.
38. “Está muy bien dónde está”, llegó a declarar al autor de esta tesis doctoral un destacado cargo del Ministerio del Interior sobre Josu Ternera. Sin ofrecer ningún tipo de detalle, dejó claro que el dirigente etarra está localizado, pero que no se le va a detener.
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