La Política de Población, elaborada en el año 2005, pretende contribuir a impulsar el desarrollo sustentable y elevar la calidad de vida de los habitantes. Para ello considera a la familia como un eje fundamental y plantea su fortalecimiento, dada su condición de “núcleo básico de la sociedad e importante escenario de socialización de valores, actitudes y pautas de conducta y su transmisión intergeneracional, en cuyo seno es posible registrar y constatar las condiciones de vida de la población y las relaciones entre sus miembros”.
En todo tiempo, la familia ha sido per se el lugar normal y originario para la formación de los niños y jóvenes en el desarrollo de sus capacidades y valores.
Los otros anillos que intervienen en la constitución de la persona son las instituciones educativas y la sociedad. Actualmente, esta última detenta mayor poder y absorbe a los demás. Por esta razón, es necesario que los dos primeros se unan y apoyen. La sociedad educa hoy sobre todo a través de la televisión, la calle, los amigos, etc.
Los padres no pueden estar satisfechos con solo evitar lo peor -que los hijos se droguen o adquieran conductas delictivas- sino que deben comprometerse con una educación renovada por las virtudes de la fe, la esperanza y el amor: la libertad, la responsabilidad, la paternidad y la maternidad, el servicio, el trabajo profesional, la solidaridad, la honradez, el arte, el deporte, el gozo de ser hijos de Dios y, por consiguiente, hermanos de todos los seres humanos, etc.
Del mismo modo, los gobiernos y organismos internacionales se han preocupado de aportar a las instituciones correspondientes –como UNICEF, Secretaría de la Mujer y otras– los instrumentos necesarios para atender todo tipo de conflictos en ambientes familiares.
Las familias están formadas por personas de la misma sangre: padres, hermanos, primos o abuelos. A éstos se les llama parientes consanguíneos. También están integradas por familiares que no tienen la misma sangre: suegros, cuñados, hijastros o padrastros. Cada grupo familiar desarrolla su propia manera de relacionarse y de resolver los problemas domésticos. Además, cada uno construye proyectos distintos y hace de su hogar un espacio único, privado e irrepetible. Pero las familias son valiosas si responden a las distintas necesidades y posibilidades de los diversos grupos de personas.
Las familias se organizan en hogares, espacios donde se desarrolla la vida cotidiana de sus integrantes. Éstos pueden ser:
a) hogar familiar nuclear: es aquel donde viven, bajo un mismo techo, padre, madre e hijos, o bien, padre y madre solos.
b) hogar familiar extenso: en un mismo hogar están el padre, la madre, los hijos y otros parientes como abuelos, primos o tíos.
c) hogar familiar monoparental: es el que alberga a un padre o a una madre sin pareja con sus respectivos hijos. También puede ocurrir que la crianza de estos niños haya sido asumida por otro adulto: un tío, una abuela o una madrina.
d) hogar unipersonal: es aquel donde vive sola una persona adulta.
e) hogar no familiar: se trata del hogar donde viven algunos amigos o conocidos, sin lazos consanguíneos ni políticos, que se unen para compartir gastos, compañía, recursos, problemas y soluciones.
La vida familiar del cristiano puede resumirse en los siguientes versículos de la santa Biblia:
Col 3, 18-21:
“Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien y seas de larga vida sobre la tierra”.
Asimismo, algunas de las funciones religiosas de la familia son:
No hace mucho tiempo, en el año 2005, la Secretaría Técnica de Planificación, el Ministerio del Interior y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) elaboraron, validaron y publicaron la Política de Población. Su propósito es contribuir, junto con las demás políticas sociales y económicas, a impulsar el desarrollo sustentable del país y elevar la calidad de vida de sus habitantes, favoreciendo la creación de condiciones sociodemográficas adecuadas a este fin, a través de medidas vinculadas con la dinámica, la estructura y la distribución territorial de la población. Para que esto se convierta en realidad tangible se considera a la familia como uno de los primeros y fundamentales ejes. En este sentido, la Política de Población plantea como objetivo general de este eje lo siguiente:
“Fortalecer a la familia como núcleo básico de la sociedad e importante escenario de socialización de valores, actitudes y pautas de conducta y su transmisión intergeneracional, en cuyo seno es posible registrar y constatar las condiciones de vida de la población y las relaciones entre sus miembros”.
Se sugieren además, entre otras, algunas políticas y estrategias concretas, citadas a continuación:
a) Impulsar la actualización continua del marco legal de la familia, en lo referente a derechos y responsabilidades emergentes de las uniones legales y de hecho del hombre y la mujer, la procreación, la tenencia, alimentación y educación de los hijos, entre otros aspectos.
b) Vigilar y controlar, desde los ámbitos institucionales respectivos, la aplicación efectiva de la legislación que protege a la familia: Código de la Niñez y la Adolescencia, Ley 1600 contra la Violencia Doméstica, Código Penal y Procesal Penal, Ley 1885/02 de Adultos Mayores.
c) Realizar el seguimiento y evaluación de la política de Salud Integral de la Mujer y de los planes nacionales de Salud Sexual y Reproductiva, Asistencia Integral a la Adolescencia y la Niñez y de Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres, en cuanto a la reducción de la mortalidad materna e infantil, mayor nivel de atención del embarazo y parto calificado, satisfacción de la demanda de planificación familiar y eliminación de toda forma de violencia intrafamiliar.
d) Promover programas de información, comunicación y educación no formal destinados al ámbito extraescolar sobre los valores de la vida familiar y los derechos sexuales y reproductivos, en especial la paternidad y maternidad responsables, la igualdad entre sus miembros, el cuidado de los niños y las madres, la lactancia y nutrición adecuadas, la estimulación temprana, la afectividad paterna y materna en la crianza de los hijos, la planificación familiar y la erradicación de la violencia doméstica.
e) Desarrollar programas de información, educación y comunicación, formales y no formales, de similares contenidos a los citados anteriormente, orientados al ámbito extrafamiliar y que abarquen a todas las personas, en especial a las que han sufrido las consecuencias de la desintegración familiar o carecen de familia constituida.
Las familias son unidades sociales dinámicas, dado que están integradas por seres vivos que nacen, crecen, asisten a la escuela, sufren accidentes o enfermedades, adquieren habilidades y conocimientos, conocen nuevas personas, se emplean, sufren la muerte de algunos amigos y parientes, eligen pareja, se casan, viajan, cambian de lugar de residencia, etc. Todas estas situaciones hacen que los recursos vayan adaptándose a las necesidades emergentes.
La familia es una institución con funciones sociales propias. Así como la escuela es responsable de transmitir a los niños el conocimiento que las sociedades han acumulado, enseñarles valores y normas grupales y ofrecerles un espacio para la convivencia con otros niños, la familia, como institución, es:
a) el espacio donde las personas desarrollan relaciones personales íntimas.
b) el ámbito natural para la procreación de la especie.
c) la célula en la cual las personas de todas las edades resuelven sus necesidades de protección, compañía, alimento, cuidado de la salud y crecimiento espiritual.
d) a través de la familia, las sociedades transfieren a los hijos sus valores y costumbres, su lengua, el modo de vestir, la manera de celebrar los nacimientos o de enterrar a los muertos, las estrategias para el trabajo, etc.; son todas herencias culturales que se transmiten en la familia.
e) una función de vital importancia es la socialización. La familia es la encargada de propiciar que los niños se desarrollen como miembros de una nación y de un grupo social, con un sentido de pertenencia, con capacidad de entender y respetar la cultura de su grupo y de su país.
f) es el escenario donde los niños construyen su identidad personal (personas con habilidad, conocimientos, preferencias y carácter propios).
Esta última función es vital, pues la identidad construida desde la infancia determina, en gran medida, la manera en que el niño se relacionará, producirá o participará como adulto en la vida familiar y social. Esa identidad se construye a partir de modelos humanos.
Pero la socialización y la construcción de la identidad personal no se dan solo a partir de la familia. La escuela es un importante espacio en el que ocurren procesos de transmisión de culturas y valores, y de observación de modelos. Por eso es importante la participación de la familia en el proceso escolar de los hijos y el permanente contacto con los maestros. Así se ejerce el derecho a involucrarse de manera directa en la educación escolarizada y en la socialización de los niños.
La adolescencia es el período durante el cual aparecen los caracteres sexuales secundarios, se produce el crecimiento corporal del final de la edad evolutiva y se desarrolla la personalidad.
En todos estos cambios confluyen factores genéticos, fisiológicos, internos y externos. Surgen actitudes de independencia, curiosidad por el mundo externo y búsqueda de intereses fuera del hogar. Esto impulsa a los adolescentes a relacionarse con nuevos grupos, lo cual los ayuda a crecer y les da seguridad.
Es así que los círculos de amigos se consolidan aún más durante la adolescencia y tienden a favorecer, o no, el proceso iniciado en la familia. Esto, considerando que el joven tenderá a adquirir las mismas conductas del grupo de pertenencia, sean ellas positivas o negativas. Así, la familia tiene una importancia socializadora superior en la infancia, mientras, en contrapartida, los amigos tienen mayor trascendencia en la adolescencia. Esta situación genera fricciones entre adolescentes y padres, debido a la permanente confrontación entre el modelo de conducta de estos últimos y el del entorno del joven.
Por último, es importante conocer las diferentes instancias a las cuales puede recurrirse para realizar consultas, defender derechos, conocer obligaciones, políticas, proyectos, programas, estudios y leyes referentes al área de familia.
A continuación, se citan algunas instituciones públicas y privadas vinculadas, directa o indirectamente, con el área:
Juan Carlos Balbuena Martínez, en dialnet.unirioja.es/
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