La masonería invisible
(I): Símbolos, grados y organización
por Manuel Guerra Gómez
Cfr “Burgense” 44/1 (2003) pp. 167-204: Revista de la Facultad de Teología del Norte de España, sede de Burgos. En torno a un libro de Ricardo de la Cierva [1]
Sumario
1. Introducción.- 2. La realidad “invisible” de la masonería y sus vertientes.- 3. La simbología masónica: a) Los símbolos verbales; b) Los símbolos gestuales; c) Los símbolos cósicos de la masonería; d) Los ritos.- 4. La escala de los grados en la masonería.- 5. Las logias encubiertas.- 6. Las organizaciones/pantalla: a) De naturaleza y finalidad educativas; b) En los medios de comunicación social; c) Instituciones políticas y económicas.
1. Introducción
August Wolfstieg recoge más de 50.000 títulos de libros sobre la masonería en los tres volúmenes de su Bibliographie der freimauerischen Literatur, publicados en 1911-1913. Su reedición en Hildesheim (año 1967) incluye un cuarto volumen con el suplemento elaborado por Beyer. Desde 1967 se ha incrementado considerablemente el número de estudios sobre la masonería. Alguien puede pensar que la obra de Ricardo de la Cierva será una de tantas y despacharla con una recensión anodina. De intento he dejado transcurrir un año para comprobar las reacciones y su tono. No me he equivocado al suponer que iban a ser escasas y como con recelo, por no decir temor, a reconocer los méritos de esta obra, así como la valentía del autor, su honradez y su afán por buscar y encontrar la verdad con una metodología concorde con el rigor científico en la medida de lo posible mientras se adentra “en un campo sembrado de minas” (p. 4), en “la oscuridad visible” como llama a la masonería el ritual de su tercer grado, título también de un excelente estudio [2].
Antes de tratar de algo, cuyo léxico y semántica no son comunes a todos los hablantes, es preciso acotar el valor y los matices semánticos de las palabras de que se van a usar. De otro modo los hablantes se exponen a un diálogo entre sordos o –más acertado- a hablar el mismo idioma en el plano de los significantes, pero distinto en el de los significados, es decir, están condenados a precipitarse en una algarabía y no entenderse, incluso aun supuesta la mejor buena voluntad.
Al menos desde el s. III a. C. se usó el griego laikós, laiké, laikón para designar lo perteneciente al laós = “pueblo”, presente ya en los poemas homéricos (s. VIII a. C.). Su derivado laicus, laica, laicum fue introducido en el latín por los cristianos en las últimas décadas del s. II d. C. Pero muy pronto se generalizó el empleo de la terminación masculina válida o aplicable también para el femenino. Por eso a las lenguas romances, concretamente al castellano, pasó en la época medieval en su forma derivada: “lego” [3], que designa a los monjes o religiosos no clérigos. Es muy raro el uso del femenino “lega”. En época tardía (s. XIX) se introdujo el cultismo “laicismo” con un significado extraño y hasta hostil a su uso cristiano y al cristianismo mismo, así como incluso a lo meramente religioso, sagrado, sea cristiano o no. Es el conservado por el femenino “laica(s)”: “escuela laica, enseñanza laica, constitución laica, leyes laicas”. Pero, recuperado ya el sentido cristiano del masculino “laico(s)”, ha sonado la hora de hacer lo mismo con el femenino “laica”. Su significado no cristiano ni religioso e incluso anticristiano y antirreligioso corresponde a “laicista” que, además, ofrece la ventaja de ser un caso de lenguaje inclusivo (abarcante del masculino y del femenino) tan caro a las feministas radicales. No obstante, tengo la certeza de que los laicistas o participantes del laicismo, término masónico en cuanto a su significado al menos en su origen, no están dispuestos a llegar a un acuerdo.
La misma disparidad se observa en el uso de los abstractos correspondientes: “laicidad, laicismo”. En el léxico católico y en general en el cristiano “laicismo” (intento de recluir lo cristiano y lo religioso en el foro de la conciencia individual y de los templos y aledaños) y “secularismo” (la visión agnóstica de lo temporal y terreno) se contraponen a “secularidad” y “laicidad” que proclaman la autonomía de lo temporal (realidades y actividades socio-políticas, culturales, sindicales, económicas, profesionales) respecto de lo “eclesiástico” o clerical, no de Dios ni de lo divino como pretenden el secularismo y el laicismo. La laicidad se opone al clericalismo (mangoneo de los clérigos en ámbitos profanos que no son de su incumbencia específica), pero no rompe ni deshilacha su ligazón con Dios ni con lo divino o, si se trata de católicos, con la Iglesia y con lo “eclesial”. La laicidad y la secularidad, como la unidad, la apostolicidad, la historicidad, etc., son notas de la Iglesia católica; el laicismo, el secularismo, el historicismo, etc., son sus deformaciones.
La masonería tiende a usar “laico, laica, laicidad” y sus correspondientes en las lenguas romances con el significado de “laicista, laicismo”. Piénsese, por ejemplo, en “la filosofía humanismo laico”, base de la Fundación Cives (p. ), en la Confédératon générale des oeuvres laïques, de las que se habla más tarde; también en el Institut d´ Étude des Religions et de la Laïcité de la masónica Universidad Libre de Bruselas. Una de sus revistas más representativa se titula “Latomus”, palabra latina que significa “cantero, albañil, masón”. Al leer este y otros términos conviene tener presente que la polisemia, o pluralidad de significados, es una propiedad de todos las palabras. Para descubrir su significado preciso en cada texto, es preciso conocerlas no aisladas, como leídas en un diccionario, sino enmarcadas en su contexto con todas sus ondas.
En 1951 se celebró en Montevideo (Uruguay) el Primer Congreso Internacional de Laicidad, ”auspiciado por la masonería de Argentina y de Uruguay” [4]. El Gran Oriente de Francia ha instituido un “Observatorio Internacional de la Laicidad contra el clericalismo el integrismo y el dogmatismo. Y ha elaborado un Libro Blanco de la Laicidad, concepto que dice haberse institucionalizado en Francia desde 1905. Se apoya sobre dos pilares: la libertad absoluta de conciencia y la separación total de la Iglesia y del Estado... Todo se concreta, como antaño, en la educación laica y libre” (p. 423) [5].
2. La realidad “invisible” de la masonería y sus vertientes
No pocas realidades conjugan una doble vertiente, la visible y la invisible, que son como el cuerpo y el espíritu, constitutivos del ser humano. La peculiar importancia de lo invisible en la doble dimensión psico-somática es, si cabe, mucho mayor en la masonería por su condición “discreta” según el léxico masónico o “secreta” como traducen tanto el vulgo como los expertos no masones. Precisamente el autor trata de describir y descubrir la vertiente invisible, siguiendo el consejo de León XIII: “Arrancad su máscara a los masones”. “La masonería desenmascarada” se titula otro estudio [6].
Dada la complejidad y amplitud de la obra, esta nota bibliográfica va a quedar reducida a desentrañar el adjetivo “invisible” del título y poco más. El autor habla de “Masonería Visible e Invisible” al mismo tiempo que dentro de la Visible diferencia dos vertientes, a saber, la de la “Masonería aparente” y la de la “Masonería real”. Por “Masonería aparente” entiende “las logias, las ceremonias, ornamentos y ritos en los que aparentemente se centra la actividad masónica”, o sea, “lo que la masonería dice ser”. En cambio, vincula “la masonería real” con su “poder histórico, estratégico, social y político”, es decir, “lo que realmente es”. Califica a ambas de “visibles” porque, si bien “la Masonería real puede estar oculta y de hecho así se encuentra muchas veces”, sin embargo “podemos indagar sobre ella, descubrirla, por eso es visible a la investigación”. Al contrario, “la Masonería Invisible” es “una configuración masónica más difícil de detectar y hasta de definir, pero que intentaremos revelar a nuestros lectores, una vez conseguidas las rutas de acceso y los puntos de observación que nos permitan captar sus secretos”. Con sus palabras, la Invisible comprende la Masonería “satanista” y la “mundialista” (p. 372).
Respeto esta clasificación del autor. Pero casi siempre resulta difícil deslindar en la masonería “lo aparente” de “lo real”, ni esto en cuanto “visible” a la luz de los sentidos y de la investigación de lo “invisible”. Prefiero considerarlo todo como partes o pasos que tratan de adentrarse en la obscuridad de la masonería cada vez más invisible. He aquí una serie de síntomas convergentes en la misma dirección y, por lo mismo, demostrativos de la “invisibilidad” masónica. Al mismo tiempo contesto a un profesor que me reconocía no ver “la masonería invisible” y no estar demostrada.
3. La simbología masónica
Todo lo humano rebosa simbolismo; mucho más lo masónico. En una de las visitas del autor a una exposición en la que se escenificaba una logia con sus tres columnas en la sede del Grande Oriente Francés (París) la “guía me explicaba que las tres columnas se referían a la Masonería visible, pero que existía allí mismo una cuarta columna sólo visible a la luz masónica que naturalmente yo no poseía. `Entonces –le pregunté, dado su alto grado en la Orden- ¿usted la ve?´ Sin vacilar me respondió: `Naturalmente, aunque sólo en el plano de los símbolos´” (p. 352). He aquí algunas de sus manifestaciones.
a) Los símbolos verbales
i) La jerga masónica. La palabra, por su misma etimología, es una “parábola (> gr. parabolé)” o “lo lanzado hacia fuera”, una “proyección” exterior, sensible, de lo mental y, a la vez, una referencia a lo invisible. Como todos los signos, consta de significante y significado. El significante es lo audible de la palabra pronunciada y lo visible de la escrita. El significado es como el alma encarnada en el cuerpo o significante; se estructura en varios estratos: el conceptual, el psíquico-afectivo, el simbólico cultural. Las palabras “masón, masonería”, tecnicismos de origen francés/inglés, incorporados ya al léxico español, originariamente significaban “albañil, albañilería”, alusión evidente a la “masonería operaria” o constructora de catedrales, monasterios e iglesias en el Medioevo.
Los albañiles, sobre todo los cualificados, estaban organizados en cofradías de impronta cristiana que celebraban las fiestas de sus santos patronos, participando en una Misa, en la comida de confraternización, etc. A lo largo del s. XVII fueron “aceptados” otros profesionales (abogados, cirujanos, mercaderes, filósofos, etc.) que, con el tempo, se impusieron de modo exclusivo. Así se incubó la “masonería especulativa”, o sea, la masonería actual, cuya partida de nacimiento fue expedida el 24 de junio del año 1717. Desde entonces “masón, masonería” son palabras dotadas de un significado metafórico, técnico.
Todas las palabras, usadas o no por la masonería, son símbolos o signos compuestos de significante y de significado. Pero la simbología de algunas es específicamente masónica en cuanto solo son inteligibles desde la jerga o lengua especial de un grupo social diferenciado, el masónico. Prescindo ahora de su alfabeto que llama la atención por su sencillez, la facilidad de su memorización y el juego de las mismas figuras geométricas con o sin punto, así como por el predominio de dos tan masónicas como la escuadra y el triángulo [7]. Me refiero a tecnicismos o palabras portadoras de un valor semántico de curso legal sólo en el ámbito masónico, por ejemplo: “valle” = cada región o subdivisión de una nación, “tenida” = reunión reservada a los masones, “tenida blanca” = reunión masónica a la que pueden asistir uno o más no masones, “tronco de proposiciones” = caja cerrada en la que los masones depositan las “planchas, piezas de arquitectura”, o sea, los trabajos intelectuales (cartas, artículos, documentos escritos) ordinariamente leídos y corregidos en las tenidas y que a veces se publican en los periódicos; ”alzar” y “abatir columnas” = la apertura o clausura de los trabajos en la logia conforme al ritual, “durmiente” = el masón que obra como si no lo fuera, pues no cumple con sus obligaciones (no asiste a las reuniones, etc.) [8]; “pólvora” = licores, “llana” = cuchara (“pala” en algunos ritos), “recibir la Luz” = ser iniciado en la masonería, “de los pasos perdidos” = pasillo o vestíbulo de la logia, en el cual no puede hablarse de religión ni de política, etc. ¿Quién ha puesto este nombre al pasillo de acceso al hemiciclo del Congreso de los Diputados españoles (Madrid)?
ii) La “palabra perdida”. Si todas las palabras de cualquier idioma son simbólicas, mucho más las masónicas, y, entre todas ellas, la llamada “palabra perdida”, clave de las creencias religiosas de los masones, sobre todo en la masonería “regular”, la nacida en 1717, llamada así porque “se regula” por unas normas y principios de obligado cumplimiento (los Landmarks = “mojones”), conocida también como “masonería inglesa, Grandes Logias”. En la mitología tradicional de la masonería se refiere a los secretos del arquitecto del templo de Jerusalén: Hiram Abiff, que se habría perdido cuando este fue asesinado. El rey Salomón habría ordenado reemplazar la palabra perdida por otras provisionales. Figura en el rito iniciático del Arco Real [9]. La palabra perdida, encontrada por la masonería, sería el verdadero nombre propio de Dios, nombre sincrético y pagano: JAHBULON, compuesto de JAH (nombre hebreo: Yahweh y caldeo de Dios), BUL (abreviatura siriaca de “Baal”, joven dios mistérico cananeo, que significa “Señor, Poderoso”) y ON (palabra egipcia, abreviatura de Osiris-Apis en la religión telúrico-mistérica de Isis en el antiguo Egipto). Un caso paradigmático de sincretismo religioso, concorde con el talante de la masonería, empeñado en descubrir y aceptar lo común a todas las religiones. Al ser descubierta la palabra perdida de la masonería por Hannah, Knight, etc., y quedar patente su incompatibilidad con el cristianismo, la masonería regular, abrumada por las críticas, “recomienda al Supremo Capítulo la supresión en el ritual de toda referencia a la palabra (perdida: Jahbulon)” en el año 1989, si bien se ha conservado en varios ritos y rituales. ¿Pero es verdad que la han substituido por “Jehová”, el nombre de Dios en el judaísmo? ¿Si lo es, la han seguido todas las Grandes Logias (al menos 160) vinculadas a la inglesa? Pero “la trama paganizante y neognóstica de los Rituales masónicos se mantenía prácticamente completa, incluso en el resto del Ritual mutilado (p. 399)”. “Mientras invocar el nombre falso de Dios es idolatría, invocar falsamente el nombre de Dios verdadero es blasfemia” (Clifford Longley) (p. 390).
b) Los símbolos gestuales
Se llama “retejar” la forma peculiar de saludarse, específica de los masones, o de reconocerse en y fuera de la logia, mediante los “toques” (dar con el dedo pulgar de la mano derecha tres golpecitos en la primera falange del índice del otro, real o supuesto masón) mientras se le estrecha la mano. En la iniciación del primer grado el Maestro explica este y otros gestos (asentimiento o promesa, orden, etc.) con o sin palabras. Está comprobado que la señal de détresse, o “de desamparo y socorro” (mano perpendicular y pegada a la garganta, etc.), por la cual se pide auxilio a otros masones, ha sido eficaz tanto en tiempo de guerra como de paz, aunque para ello hayan tenido que ser violadas las leyes civiles [10].
c) Los símbolos cósicos de la masonería
En la masonería, además de los verbales, abundan los cósicos, o sea, las cosas u objetos cargados de valencias simbólicas. Baste enunciar los principales:
- La escuadra, el triángulo, la plomada
- El mandil o delantal, simbólico del “trabajo” (masónico) con sus signos distintos en los diferentes grados (dos, tres rosetas azules en los grados 2º y 3º; la tau griega invertida en los demás grados, etc.).
- Las llamadas “joyas”, es decir las insignias características de cada cargo.
- El suelo ajedrezado, las columnas, los 3 grandes candelabros, el friso adornado por un cordel con nudos, el hemiciclo de bóveda azulada y estrellada (7 estrellas), al cual se asciende por 3 peldaños, el mallete o mazo, una espada flamígera, un peñasco o piedra [11], etc., de la “logia, templo o cámara”, o sea, la sala o lugar en reunión
d) Los ritos
De ordinario el rito comprende tanto el mito, la palabra, el relato, como la acción, los gestos; designa la ceremonia completa. En la masonería se llama “Rito” al sistema de reglas, preceptos, de acuerdo con los cuales se practican o realizan las ceremonias y se comunican las instrucciones de los grados.
Los ritos son o pueden ser comunes a varias Obediencias [12] masónicas. Cada rito está estructurado en un número determinado de grados, si bien son esenciales los tres primeros (aprendiz, compañero, maestro), sin los cuales propiamente no hay masonería. Según la Declaración de la Conferencia Episcopal de Alemania [13], las palabras y los gestos simbólicos de los rituales masónicos son de signo “sacramental”, o sea, eficaces por sí mismos en orden a lograr su significado, a saber, la auténtica transformación del hombre. La espiritualidad de la masonería se fundamenta en los ritos y símbolos masónicos, no en creencias dogmáticas, absolutas y reveladas, ni en la acción y gracia divinas.
Los ritos son un entramado de símbolos. Ya en la preparación de la iniciación “el Guardián Exterior despoja al candidato de su chaqueta, chaleco, corbata y de todos los artículos de metal que lleve... Su camisa se desabrocha y se abre para dejar el pecho izquierdo al descubierto; el guante derecho se enrolla sobre el codo. La pernera izquierda de su pantalón se enrolla sobre la rodilla. Se le quita el zapato derecho y se le sustituye por una zapatilla. Se le coloca alrededor del cuello un cordón anudado... Se cubren los ojos con un capuchón”. Dados los golpes estatuidos en la puerta e iniciada la marcha, el candidato debe “andar colocando los pies en forma de escuadra”, etc. Basta leer el texto del rito de iniciación para captar cómo todo el rito está entretejido de simbología [14]. Lo mismo puede afirmarse de su interpretación de la historia en clave masónica en las Constituciones originarias, las de Anderson (año 1723). He aquí algunos epígrafes o títulos de sendos capítulos: “El Gran Arquitecto y Adán, el primer masón”, “el arca masónica de Noé”, “Abraham, el Transmisor del Arte (= Masonería)”, “Israel, pueblo masónico”, “Moisés, Gran maestro Masón”, etc. [15].
La simbología masónica es como un idioma distinto del hablado en la vida ordinaria o fuera del contexto masónico. Quien desconoce el inglés no capta el sentido de lo escrito en dicha lengua aunque sepa deletrear sus signos o letras por ser latinas, no sánscritas ni hebreas. Lo mismo acaece con la compleja simbología masónica.
4. La escala de los grados en la masonería
Los grados son como peldaños en el camino de iniciación y de ascenso hacia el vértice de la pirámide, hacia la cima de la perfección masónica. Los tres primeros, los llamados “simbólicos o masonería azul” en el Rito Escocés Antiguo y Aceptado, a saber, “Aprendiz, Compañero y Maestro”, designaciones idénticas a las de los grados o categorías profesionales de los gremios medievales de la construcción, son el cimiento de la masonería y uno de los Landmarks en la masonería regular de suerte que, si faltan, no puede llamarse masonería. Los masones del primer grado conocen solo lo relacionado con él e ignoran lo de los restantes grados, a saber, 33 en el Rito Escocés Antiguo y Aceptado que es con mucho el más extendido, 90 grados el Rito Misraim, 9 el Rito de York, etc.
Por tanto, para la mayoría de los iniciados queda invisible una parte mayor o menor de los grados y de la masonería. De los aproximadamente 3.000 masones, existentes ahora en España, solo unos 250 se hallan en la cima del grado 33º. No sin razón, una de las máximas autoridades masónicas “Albert Pike reconoce que en los rituales de los primeros grados la propia Masonería engaña a sus adeptos para luego revelarles la verdad en los grados superiores” (p. 4).
No obstante, un masón grado 33, León Zeldis, “gran figura de la masonería regular de Israel” se lamenta de la degradación de la masonería en las últimas décadas. Entre otras causas, que deben remediarse con urgencia, destaca el hecho lamentable de que “las Grandes Logias practican una política de puertas abiertas,... y organizan reuniones multitudinarias de iniciación que un día confieren los tres primeros grados a una gran cantidad de candidatos y al día siguiente les inician en los Altos Grados hasta el 32” (pp. 636-638).
5. Las logias encubiertas
Se llaman así las logias cuya existencia es conocida solamente por los masones pertenecientes a las mismas y a los grados superiores (30º-33º). Sus miembros suelen ser personalidades del ámbito político, literario, militar, etc., que de esa forma infiltran la concepción masónica más fácil y eficazmente en su entorno socio-cultural. Las logias encubiertas son como la espina dorsal de la masonería por su influjo, tan eficaz como invisible, en el organismo socio-político, cultural y ético-moral. En ellas las personas más representativas e influyentes están agazapadas y dispuestas a lanzarse, si reciben la orden. La búsqueda de un alijo de droga, guardada en una logia en Calabria (Italia), permitió “descubrir 26 logias masónicas. De ellas solo 4 eran conocidas; las 22 restantes eran logias encubiertas” [16]. Sería interesante un estudio que estableciera la proporción entre los políticos, profesores, periodistas, jueces, etc., masones y no masones en esa región (la punta de la bota italiana) con algo más de dos millones de habitantes.
Todas las obediencias masónicas tienen logias encubiertas. En España, la Logia Europa (Barcelona), integrada en la Gran Logia o masonería regular, está formada especialmente por políticos sobre todo del PSOE. Los masones camuflados de CIU pertenecen más bien a la logia encubierta de la Gran Logia Simbólica o masonería irregular. En el año 2002 un masón de los grados altos me preguntó: ¿Por qué, en su Diccionario, habla de logias encubiertas tanto del PSOE como de CIU, pero nada dice del PP? Dígame nombres y su logia figurará en la próxima edición.
Espero confirmar por otra fuente la condición masónica de los tres altos cargos del PP, cuyos nombres y apellidos pronunció. Tengo como norma no escribir nada comprometido de la masonería a no ser que me conste al menos por dos fuentes consideradas por mí como fidedignas.
De la Cierva habla de la Logia Propaganda Due (P2), la de Licio Gelli, logia encubierta del Grande Oriente (masonería irregular) (pp.204-249) y hasta pone la lista (nombre, profesión, etc.) de 922 miembros (pp. 213-238).Entre ellos figura Silvio Berlusconi (actual jefe del gobierno italiano), Roberto Calvi (presidente del Banco Ambrosiano), el banquero Michele Sindona, etc. Cuando fue descubierta por la policía italiana, entre los afiliados a la P2 había 3 miembros del Gobierno italiano, 43 del Parlamento, 54 altos funcionarios, 183 altos oficiales del Ejército, de la Marina y de las Fuerzas Aéreas, 19 jueces, 58 profesores universitarios y varios propietarios de periódicos. Pero no dedica un apartado a las logias encubiertas, vacío muy difícil, por no decir casi imposible de llenar, dada su naturaleza.
6. Las organizaciones/pantalla
Son organizaciones sin relación visible con la masonería, pero totalmente dependientes de su pensamiento y directrices, cuyos directivos son o masones generalmente no conocidos como tales o no masones, pero de docilidad muy probada al talante y proyectos masónicos. La táctica y el secreto masónicos impiden o al menos dificultan en gran medida conocer con certeza cuáles son estas organizaciones, sobre todo mientras están en funcionamiento e influjo vivo.
a) De naturaleza y finalidad educativas
La Gran Logia de España (= GLE) ofrece un buen ejemplo cuando su maestre Francisco Esteva señala, en 1925, como prioridad la “escuela laica a fin de conseguir un cambio de valores y mentalidad en España”. Para ello propone la creación de una Liga de Enseñanza (en 1933 Liga de Enseñanza y Educación) encargada de propagar los principios democráticos y laicistas por medio de conferencias, congresos, publicaciones –periódicas o no-, cursos, educación física, artística y capaz de elevar peticiones al gobierno, etc. Esta Liga odia estar vinculada a otros centros de pensamiento para no comprometer a la masonería, pero todos sus directivos reales debían ser masones a fin de no exponerse a perder el control de la misma. Un documento dirigido a todas las Logias y Triángulos [17] de la GLE destaca a esta Liga “entre todas las instituciones profanas fundadas y regidas por masones” como “la que quizás merece una mayor colaboración por parte de todos los hermanos” [18].
La masonería ha estado siempre muy interesada en la educación. Propugna “la libertad de enseñanza”, pero entendida no como la libertad de los padres de enviar a sus hijos a un centro escolar de un ideario concorde con sus creencias y deseos, sino “la libertad de cátedra”, o sea, que cada profesor pueda impartir la enseñanza que quiera al margen de un posible ideario determinado del centro y de la edad de los alumnos. Es lo llamado por algunos masones “escuela omnilateral laica positiva” [19]. Ha bastado que el masón José Blanco, Secretario de Organización del PSOE, dijera que la reforma para la calidad de la enseñanza favorecía “la enseñanza privada” en contra de “la pública” para que se haya ido repitiendo, como su eco, en cada provincia, etc., la oposición entre la enseñanza privada y la estatal, especialmente por la CEAPA, confederación de padres de alumnos en la enseñanza estatal. Parece como si se pretendiera imponer el laicismo como “religión oficial”, como si laicismo se confundiera con laicidad y con libertad de enseñanza o de educación.
El 29 de noviembre de 1977 el diario “El País, siempre muy interesado y de forma no desfavorable por los problemas de la Masonería y la Internacional Socialista” informaba de la presentación pública de la masonería en España, hecha por “las tres cabezas visibles del Gran Oriente” (Jaime Fernández Gil Terradillos, Antonio de Villar Massó – quien pronto sucederá al anterior en su función de Gan Maestro- y Antonio García Horcajo). Los tres “reconocieron que la Institución Libre de Enseñanza, creada por el masón Francisco Giner de los Ríos `nació como una idea masónica´” (p. 497).
La Institución Libre de Enseñanza “controló la Residencia de Estudiantes” y representa “un horizonte tan genuinamente masónico como la secularización de la enseñanza, de la cultura y de la sociedad” (p.465). “La Institución Libre de Enseñanza, cuyos dirigentes, incluso en los frecuentes casos de que fueran masones, se preocupaban de no confesarlo abiertamente, y a la que tanto admira José Mª Aznar, es un ejemplo claro de Masonería Invisible” (p. 602). Algo similar puede afirmarse de la actual Residencia de Estudiantes.
El 27 de diciembre del 2002, en la Residencia de Estudiantes, se firmó el convenio que permitirá restaurar el edificio histórico de la Institución Libre de Enseñanza, “un laboratorio espiritual” según su director actual Francisco García Velasco. El Presidente del Gobierno, José Mª. Aznar, mostró su satisfacción porque “los valores de la Institución Libre de Enseñanza se vean perpetuados en el sistema educativo español” [20].
Lo mismo puede decirse de la Fundación Cives, instituida en 1996 en Madrid con el objetivo de”promover la ciudadanía plena en un estado social y democrático de Derecho, colaborando en la realización, efectividad y expansión de los Derechos Humanos universales y constitucionales, tomando como fundamento de su actuación la filosofía del humanismo laico” (sería mas acertado calificar de “laicista”). “Basa sus actividades en el ideal pedagógico de la Institución Libre de Enseñanza”. Sus actividades abarcan tres sectores, a saber, las relacionadas con cursos de formación para el profesorado [21], los seminarios dirigidos a la comunidad científica y las jornadas de reflexión.
La Fundación Cives promueve también la Plataforma Ciudadana por una Sociedad Laica (laicista), presentada en Madrid el 23.X.2002 y apoya las actividades de la Liga Española de la Educación y Cultura Popular [22].
b) En los medios de comunicación social
La actuación con la cara tapada o indirecta, o sea, enmascarada tras organizaciones/pantalla es típica de la masonería también en el campo de los medios de comunicación social. Algunos documentos masónicos muestran cómo actuaba la masonería argentina en la primera mitad del s. XX por medio de periódicos creados, sostenidos y dirigidos por sus adeptos o por sus simpatizantes, pero de tal manera que lo ignoraran los lectores a no ser los que lo dedujeran del contenido de sus artículos y editoriales o del “estilo” o talante de cada publicación. En este caso concreto se trata de diarios de ideas tanto liberales como socialistas [23].
Creo que la vinculación del grupo PRISA, llamado vulgarmente “imperio de Polanco” (periódico El País, la cadena de radio SER, etc.), con la masonería es ya un secreto a voces. Para disipar cualquier duda residual más de un masón me ha confirmado esa vinculación de El País precisamente con la masonería irregular, la más anticristiana y tradicionalmente militante contra la Iglesia católica.
Lo publican dos síntomas inequívocos de lo masónico, a saber, el silenciamiento de Jesucristo Dios y el ataque sistemático, a tiempo y a destiempo, contra la Iglesia, contra los miembros de la jerarquía católica, contra su doctrina dogmática, moral, etc. ¿Pero esto se debe a la condición masónica de Jesús Polanco, José Luis Cebrián, etc., los cuales, como es lógico, imprimen el sello masónico en sus medios de comunicación social o estos, además, merecen la calificación de organizaciones/pantalla de la masonería irregular?
c) Instituciones políticas y económicas
Ricardo de la Cierva alude a varias de indiscutible influjo y las describe. Las encuadra en la Masonería Invisible, pues, fundadas o dirigidas por masones, desarrollan actividades aparentemente ajenas a la masonería, pero a impulsos de los proyectos e ideal masónicos. Aunque abiertas ordinariamente a no masones, su “filosofía” y sus directrices son masónicas. Baste enunciar ahora la mayoría y exponer el desarrollo de las más importantes.
a) Los grupos de la Tabla Redonda (p. 602, 609 ss.), sociedad secreta creada en 1891. Sobre ellos se estructuró la trama del Royal Institutte of International Affairs.
b) El Royal Institute of International Affairs (RIIA), creado en 1919 en Londres, pero con una rama en EE.UU., llamada CFR (pp. 602, 609).
c) La sociedad secreta Order Skull and Bones = “Orden de la calavera y de los huesos” (su emblema: una calavera con dos huesos cruzados), llamada también simplemente The Order, “La Orden”, en EE.UU., fraternidad erigida en la universidad de Yale en 1832, es una orden masónica “salvaje”, independiente, o sea, no inscrita en ninguna Gran Logia regular. Su “trama de poder brotaba de las ideas del Iluminismo con las del idealismo hegeliano” (p. 587).
El número de sus miembros vivos no suele rebasar el de 600. Presidentes de EE.UU. iniciados en ella: Theodor Roosevelt y William Howard Taft (afiliados también a la masonería regular), George Bush I y II (el actual presidente de EE. UU.), el Secretario de Estado George C. Marshall (el del “Plan” homónimo de ayuda a Europa), etc. (pp. 579-585).
d) La Sociedad Fabiana (SF) (pp. 602-608) que debe su nombre al “dictador” romano Q. Fabio Máximo, llamado Cunctator (= “El Lento, El Precavido”) por sus amagos de lucha con Aníbal hasta que le dio el golpe definitivo.
Orientó la fundación del Partido Laborista. Ha dominado en las universidades de Oxford, Cambridge y Harvard así como en medios de comunicación de influjo mundial (New York Times, etc.). Su obra actual más representativa e influyente es la London School of Economics and Political Science.
Han sido alumnos suyos Fernando Morán, F. Fernández Ordóñez, Narciso Sierra, Luis A. Rojo, Ramón Tamames, Paul Preston, etc. Pienso que la vinculación de la SF con la masonería resulta bastante laberíntica y más intuida que demostrada.
e) El Council of Foreign Relations (CFR) (pp. 609-614), nombre del Royal Institute of International Affairs en EE.UU., implantado en Nueva York (1921) por el banquero y masón J. Pierpont Morgan. Integrado por 3.400 personas (año 1999, el doble que en 1976), de ordinario las más influyentes en el gobierno, negocios, banca, comunicaciones e intelectualidad de EE.UU. La mitad de sus miembros son masones, bastantes de ellos de la B´naï B´rith = “Hijos de la Alianza” en hebreo), Obediencia masónica integrada ahora por 600.000 judíos, a cuyas reuniones pueden asistir solamente los judíos. Al CFR pertenecen los masones H. S. Truman, Lyndn B. Johnson, Gerald. R. Ford, G. Bush I, W. J. Clinton, H. Kissinger, los miembros de la familia Rockefeller, también grandes personalidades que no han sido o no son masones (John, Robert y Edward Kennedy, Dwight D. Eisenhower, R. Nixon, etc.).
f) El “Bilderbergroup”, también “Bilderbergconferentie” o “Club de Bilderberg” (BG) (pp. 614-618). Miembros del CFR forman el núcleo que crea el BG por medio de Joseph Retinger, un sueco de origen judío polaco, alto grado de la masonería. Su denominación procede del nombre de la localidad holandesa, en la que está ubicado el hotel Oosterbeek, local de su asamblea constitutiva en mayo de 1954 bajo la presidencia del Príncipe consorte Bernardo de Lippe, también masón. “La financiación del BG corre a cargo del grupo Rockefeller, la Casa Rothschild, la Banca Dillon Read, la Banca Warburg, la banca Lehman y dos instituciones muy vinculadas al mundialismo: el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial” (p. 614). Al parecer está formado por:
- Un círculo interno: el Steering Committee o “Comité de Dirección”, compuesto por 24 europeos y 15 americanos (EE.UU.). De estos últimos casi todos pertenecen al CFR.
- Además algunos de estos, pertenecientes todos al CPR, integran un círculo reducido: el Bilderberg Advisory Committee o “Comité consultivo”. Su Secretario general por parte de EE.UU. es D. Rockefeller.
- El círculo más exterior está compuesto por los invitados ocasionales y por lo afiliados permanentes. Todos son ciudadanos prestigiosos e influyentes, con o sin actividad oficial en los gobiernos de sus respectivos países. Durante tres días exponen de manera informal sus puntos de vista sobre los asuntos económicos y políticos internacionales para, con su propia experiencia, aportar un entendimiento de tales problemas y de sus implicaciones. Aunque se trata de una reunión (Conferentie) en la que no se toman decisiones ni publica sus conclusiones, sus discusiones influyen en tomas de posturas posteriores. “Los debates y conclusiones de las sucesivas asambleas del BG se mantienen en estricto secreto, pero el interés de los medios se concentra en la lista de participantes” (p. 616).
He aquí el nombre de algunos españoles participantes: Esperanza Aguirre (1998, 1999, 2000), Joaquín Almunia (1998), Enrique Barón (1988), José Luis Cebrián (1988, 1993), Rodrigo Rato (1991, 1994), Narciso Serra (1989, 1991), Javier Solana (1998, 1999, 2000), Pedro Solbes (1999, 2000), la Reina Sofía (1991, 1992, 1994, 1996), etc.
El BG es “una sociedad secreta, satélite del CFR. Nada sabemos sobre los criterios que utiliza para el reclutamiento y la invitación a sus miembros, que no asisten a las reuniones a título privado, sino en virtud de sus altos puestos... El BG, como su matriz el CFR, es una promoción masónica” (p. 618).
g) La Trilateral (pp. 618-620). Una selección del BC, del CFR, de la B´nai B, rith más un grupo de japoneses constituyeron en noviembre de 1972 la Trilateral Comisión en una reunión confidencial, a la cual asistieron D. Rockefeller líder del BG, George S. Franklin dirigente del CFR, Max Kohnstam, etc. Constituida por tres años, prolongó su existencia y actividades por tres años más (Kyoto, 1975), y desde este año indefinidamente.
Su nombre alude, según unos, a los “tres lados” (EE.UU., Europa, Japón) y, según algunos, también al “triángulo” de innegables resonancias masónicas. Figuran como promotor el judío de ascendencia polaca: Zbigniew Brzezinski, autor de Entre dos eras: el papel de América en la era tecnotrónica, que es “como el fundamento ideológico de la Trilateral”, y como patrón de operaciones David Rockefeller. Sus miembros proceden de los ámbitos políticos, financieros, medios de comunicación social, etc.
Según el informe de la Comisión parlamentaria italiana encargada de investigar lo de la Logia P2 (Relazione della Comissione parlamentare d´ Inchiesta sulla Loggia Massonica P2) la Trilateral es próxima y afín a la masonería. Miembros españoles de la Trilateral: el financiero Claudio Boada, el socialista Julio Feo (asesor de Felipe González), Miguel Herrero de Miñón (miembro del Comité Ejecutivo de la Comisión desde 1995), Victoria Camps, la académica de la Historia Carmen Iglesias, Emilio Ibarra, el masón Antonio Garrigues Walker (vicepresidente de la sección europea), etc.
Ciertamente una cosa es la fundación del BG, de la Trilateral, etc., obra de masones que hasta cierto punto pueden dejar marcada la orientación de estos organismos. Otra que su dirección sea necesariamente masónica como sin duda lo es cuando está al frente un miembro de la familia Rockefeller. Y, en fin, otra que puedan ser catalogados como organización/pantalla de la masonería. Aunque el secreto masónico dificulta mucho la identificación de cada miembro y del organismo en cuanto tal, todos los síntomas e indicios convergen en la misma dirección. Invito a que alguien demuestre que estas exposiciones, hilvanadas en torno a la monumental obra de Ricardo de la Cierva, carecen de fundamento.
Notas
[1] La masonería invisible. Una investigación en Internet sobre la masonería moderna, Editorial Fénix, Getafe 2002, 678 pp.
[2] W. Hannah, Darkness visible, Augustine Publishing, Devon 1988.
[3] Ital. laico, port. leigo, francés: lai
[4] Afirmación de Juan Simeón Vidarte (“Erasmo” de nombre iniciático, masónico), “grado 33º”, según consta en la firma del “proemio” de la Historia de la masonería en Hispanoamérica, sin editorial ni lugar de edición, 1965 (la 1ª edición, pocos años después la 2ª, que es la que uso) p. X.
[5] De la obra comentada de R. De la Cierva: La masonería invisible. A ella remito cuando, en el texto, figura un número de página entre paréntesis sin cita bibliográfica alguna.
[6] G. F. Dillon, Grand Orient. Freemasonry unmasked, The Britons Publ. Socidety, Londres 1950.
[7] Véanse sus signos y su correspondencia con las letras en mi Diccionario enciclopédico de las sectas, BAC, Madrid 20013 , 51.
[8] Probablemente por influjo del bautismo, sacramento de la iniciación en el cristianismo, la iniciación masónica imprime “carácter”, o sea, una vez iniciado, uno no deja de ser masón, aunque no cumpla las obligaciones masónicas, a no ser que sea oficialmente “radiado” = “expulsado, excomulgado” de la masonería. Por este motivo los “durmientes” siguen figurando en las listas masónicas. En la de la logia P2 se lee in sonno después de 37 nombres, apellidos y lugar de residencia.
[9] R. De la Cierva, El triple secreto de la masonería..., Fénix, Madridejos (Toledo) 1994, 295-299, 339-343.
[10] Cf. J. A. Vaca de Osma, La masonería y el poder, Planeta, Barcelona 1992, 119-122, 211, etc.
[11] Una piedra así es lo único que hay en la sala del edificio de la ONU (Nueva York) destinada a la oración de cuantos lo deseen. Los guías explican que no se podía poner ningún símbolo de una religión determinada (la cruz cristiana, la media luna islámica, la rueda budista, la estrella del hebraísmo) para evitar cualquier discriminación e intolerancia. ¿Pero por qué está uno de los símbolos masónicos más conocidos?
[12] Conjunto de “logias” o “talleres” federadas, sometidas a la misma y única autoridad. En España las principales Obediencias son la Gran Logia de España (GLE, casi 2.000 miembros), Gran Logia Federal de España (unos 250), etc., de la masonería regular; la Gran Logia Simbólica (más de 350), Gran Oriente Español (GOE: unas decenas, pues el 31.3.2001 decidió su unificación con la GLE “en forma de confederación sin pérdida de la personalidad jurídica por ninguna de las dos Obediencias masonas”, aunque de hecho se trata de la integración del GOE en la GLE, fecha histórica, p. 504), Gran Oriente de Cataluña (más de 90) con 6 logias en Barcelona, Gerona (radicalmente anticristianas e independentistas; hace poco han incorporado la logia Agartha, “salvaje” o independiente hasta ahora con unos 20 miembros, varios de ellos de Fueza Nueva y de CEDADE, seguía la línea tradicionalista de R. Guénon), Gran Obediencia Femenina Española (unas 50 masonas), etc. Cada Obediencia suele tener su propia Constitución (basada en la Constitución originaria, la de Anderson) y su propio Reglamento o aplicación de la Constitución a lo concreto y de reforma más fácil. CEDADE es la sigla del “Círculo Español De Amigos De Europa”, fundado en 1966 en Barcelona, punto de referencia del nazismo español. En 1985 experimentó una escisión provocada por su vicepresidente Francisco Sánchez Blas, denominada Sociedad Thule, alusión sin duda intencionada a la homónima creada en 1918 en Alemania, a la cual pertenecieron no pocos dirigentes nazis (H. Himmler, R. Hess, etc., y el mismo A. Hitler).
[13] Erklärung der Deutschen Bischofkonferenz zur Frage der Mitgliedschaft von Katholiken in der Freimaurerei en “Amtsblatt der Erzbistums Köln”, 1 de junio 1980, 102-111, traducido al italiano en “L´ Osservatore Romano”, 2 julio 1980; al francés “Documentation Catholique” 78 (1981) 444-448 ¿Por qué no al español?
[14] Cf. R. De la Cierva, El triple secreto... 209 ss.
[15] Cf. R. De la Cierva, o. c.. 80 ss.
[16] Cronache. Italia, “Civiltà Cattolica” 2, abril, 1994, pp. 75-76.
[17] EL Triángulo (más de 3 y menos de 7 masones) es como el embrión de la logia, oficialmente implantado cuando, en una localidad, no hay el número mínimo requerido para formar una logia.
[18] La homónima Ligue Française de l´ Enseignement, fundada mucho antes (año 1866), cambió su nombre en 1926 por Confédération générale des oeuvres laïques. Estaba integrada en lo que, en el léxico interno de las logias, se llamaba Fraternelles Maçonniques, que se desmembraban en tres clases de Cercles = “Círculos”, a saber: D´ Éludes, Politiques y Sindicales.
[19] O sea, “la que no trata de inculcar ninguna creencia o ideología particular, sino formar hombres libres e independientes... La masonería no intenta negar el derecho de los padres a que elijan el centro que prefieran para sus hijos, pero ... solo entre centros omnilaterales, pero nunca para la elección de una escuela unilateral, es decir, la confesional, donde se enseña una religión (católica, protestante, etc.) o ideología (marxista, etc.) determinada” (F. Espinar de Lafuente (Gran Comendador del Grado 33), Esquema filosófico de la masonería, Istmo, Madrid 1981, 235-247.
[20] Las palabras entrecomilladas están tomadas de la prensa diaria.
[21] Por ejemplo: el curso “Las culturas en la escuela” coordinado por la Cátedra Manuel Azaña de la Fundación Cives y organizado por el Centro de Formación e Innovación Educativa de Burgos a finales de noviembre del 2002 para inmigrantes.
[22] Se autodefine como una ONG independiente y no confesional, integrada por profesionales de la educación y otras personas interesadas en conseguir que la educación y la cultura sean instrumentos para el desarrollo de los ciudadanos, en el seno de una sociedad basada en la tolerancia, la democracia y la solidaridad.
[23] Cf. E. De Guadalupe, La masonería según sus propios documentos, Buenos Aires 1952, 38-40, 46-51. No hace falta decir que los documentos pertenecen a las logias masónicas de Argentina.
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